Luhan.
Estaba aterrado.
Victoria había aparecido tan de repente que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar y sacarnos a Yoona y a mí del auto.
No pude decir nada, tampoco.
-Ay, Luhan, finalmente estamos juntos...Veo que tienes una niña. Es muy bonita, se parece a mí.- Dijo Victoria mientras avanzaba en la carretera de vuelta a Seúl.- Vamos a estar muy bien los tres, ya lo verás. Nos iremos a un lugar donde nadie podrá encontrarnos.
La camioneta de Sehun tenía un GPS que podría rastrear vía satélite, pero no me parecía buena idea mencionarlo. Tampoco el rastreador que habíamos colocado en la medalla de Yoona y en la de Jisung o en los anillos de bodas de Sehun y mío. Queríamos estar prevenidos en caso de que algo así sucediera.
Yo sabía que Victoria volvería.
Al menos no se había llevado a mis hijos solos. Yo podría cuidar de Yoona hasta que Sehun pudiera encontrarnos. Él nos encontraría.
-¿P-por qué estás haciendo esto?- Pregunté y Victoria sonrió.
-Porque ellos te apartaron de mí, hijo. Te llenaron la cabeza con mentiras para que te alejaras de mí, de tu madre. Pero finalmente estamos juntos de nuevo y esta vez no dejaré que nadie te lleve lejos. Ni siquiera ese enfermo con el que vives.
-Él es mi esposo y el padre de mis hijos, no lo llames así.
-No, Luhan, estás confundido. Ese hombre está enfermo, él no es padre de tus hijos. Eso es una ridiculez. Tú embarazaste a una dulce chica y ella te dio a esta niña. Ella es tu hija y de tu mujer. Los machos beta no pueden tener hijos, Luhan.
-Yo soy un omega, Victoria, y Sehun es mi alfa.
El rostro de Victoria se contrajo en una mueca de disgusto, pero rápidamente desapareció, quedando una sonrisa en su lugar, como si estuviera tratando con alguien que es demasiado estúpido para comprender las cosas.
Ella detuvo el auto y abrió la puerta. Abriendo la puerta trasera para mí.
-Ahora, Luhan, vamos a tener que dejar el auto aquí para que sea más fácil para ellos encontrarnos.
Victoria caminó hacia la puerta trasera y tomó las maletas de Yoona y de Jisung mientras yo bajaba de la camioneta con mi hija en brazos y caminaba detrás de ella.
Sabía que sería una estupidez intentar escapar. Victoria podría enloquecer y atacarme a mí o Yoona. Lo más inteligente era seguirla, después de todo, ambos teníamos rastreadores.
Comenzamos a caminar y nos adentramos en el bosque hasta que, después de lo que se sintieron como horas, llegamos a una pequeña cabaña oculta.
-Bienvenido a casa de nuevo, hijo.
Victoria abrió la puerta y me instó a entrar mientras sonreía amablemente.
Entré a la cabaña y quedé realmente sorprendido por lo limpio y arreglado que estaba el lugar. Definitivamente no esperaba esto, pero, de nuevo, Victoria era una persona especial.
Tomé asiento en el sofá sin dejar ir a mi hija en ningún momento. Yoona miraba todo con los ojos bien abiertos. Ella no sabía lo que pasaba, pero los colores que había en el lugar llamaban su atención.
-Tu habitación está junto a la mía.- Dijo señalando las puertas que imaginé, pertenecían a las habitaciones. No me importaba, en realidad no planeaba quedarme aquí tanto tiempo.- Me temo que no tengo una cuna para la hermosa bebé en tus brazos, Luhannie, pero ella puede dormir conmigo.
-No hace falta, Vi-mamá...Yoona dormirá conmigo, de otra forma no se duerme.- Le dije y ella asintió.
-Tú eras igual cuando bebé. Tenía que estar junto a ti para que te durmieras o no lo hacías en absoluto. Fue así hasta que cumpliste 10 años.- Dijo Victoria con lágrimas en los ojos.- Puedes ir a tu habitación, Luhan, yo prepararé la comida. Tus vitaminas están en la cómoda junto a tu cama, no olvides tomarlas.
Me levanté y me dirigí a la habitación que me había dicho sin soltar a Yoona.
Dios, esperaba de todo corazón que Sehun se diera prisa. No estaba a punto de comer cualquier cosa que Victoria preparara. Tampoco iba a tomarme esas pastillas de nuevo.
Me sorprendí al encontrar la habitación exactamente igual a la que me había pertenecido hasta los veinte años. Todo era exactamente igual, a excepción de las ventanas. Esta no tenía ninguna.
Suspirando dejé a Yoona en la cama mientras recorría toda la habitación. Mirando los estantes con los libros que Victoria había conseguido para mí. Un escritorio exactamente igual al que había tenido antes...Recordé que en la maleta de Jisung, mi hijo había echado un viejo teléfono celular.
Rápidamente miré a mi alrededor y encontré las maletas junto a la puerta.
Corrí hacia ellas y abrí la maleta de Jisung, encontrando el aparato encendido y en silencio. Dios, Jisung, siempre un paso delante de tus padres.
Pollito:
ShìXūn, soy Luhan...Victoria nos trajo a una cabaña en medio del bosque. Yoona y yo estamos a salvo por ahora, por favor, date prisa en venir por nosotros.
Papá Hun:
Estoy siguiendo el GPS de la camioneta, Xiǎolù, voy con la policía.
Pollito:
No, dejamos la camioneta atrás y caminamos el resto del camino. Utiliza el rastreador de mi anillo o de la medalla de Yoona. Sean silenciosos. Creo que Victoria está armada.
Papá Hun:
En camino.
Guardé el teléfono dentro de mi ropa interior y me acerqué a la cama, donde Yoona me miró con sus ojos bien redondos. Suspiré.
-Papá está en camino, mi niña. Él nos rescatará a ambos.
Yoona sonrió como si realmente pudiera comprender lo que acababa de decirle y yo hice lo mismo.
Sehun no nos abandonaría. Él vendría a rescatarnos, confiaba en eso.
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El Amor Es La Clave [HunHan]
RomanceLuhan ha pasado toda su vida encerrado en casa, cuando finalmente puede salir y conoce a un sexy alfa que resulta ser su compañero, descubre que toda su vida a sido una mentira. ¿Cómo hará Sehun para ayudarlo a superar ese dolor? Y más importante...