VIOLINISTA.

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Epílogo.

Nos encontrábamos en Berlín, está vez pude acompañarlo. Era una de sus presentaciones más importantes, ahora hacía conciertos solo. La gente adoraba su particular forma de volcar sus sentimientos a través de las melodías, no eran tan oscuras como hace algunos años pero seguían conservando una melancolía agridulce que era su sello característico. La habitación del hotel era lujosa y habíamos decidido llegar días antes de su presentación para aprovechar la ciudad y en el encierro del hotel. Me encontraba verificando que el auto que nos llevaría al Conservatorio estuviese listo, nos esperaba afuera del hotel y por alguna razón Charles no aparecía, era extraño ya que era obsesivo con los horarios.

Erik salió minutos antes de la habitación, yo terminaba de acomodar la corbeta y mi cabello, antes lo llevaba un poco más largo pero ahora como desde le día en que nos casamos decidí usarlo más corto, aún me resultaba molesto tener que tardar en peinarlo y que se quedará en su sitio. Alise un poco el pantalón y acomode mi saco, gire la silla para avanzar y tomar mi móvil, la vista de la cama destendida y vuelta un pequeño desastre me hizo recordar la noche anterior. Un calor interno se apoderó de mi pecho, bajando lentamente por mi estómago y descendiendo hasta mi entrepierna. Siempre pensé que después del accidente jamás volvería a sentir nada pero Erik me enseñó a redescubrir el sexo, el placer y sobre todo el amor.

Regresé deprisa a la habitación, había tiempo de sobra pero aún así ya teníamos un auto esperando por nosotros. Toqué la puerta pero nadie respondió, entré con mi llave y lo encontré mirando hacía la cama, me apresure a preguntar si todo estaba bien o si necesitaba ayuda, me vio de modo sugerente diciendo que sí necesitaba ayuda. Fui hasta él y me arrodille para preguntar si eran los zapatos o algo más, rió sonoramente para después mostrarme la erección que crecía en el interior de su pantalón. Le sonreí, le besé los labios para decirle que era un travieso. Desabotone su pantalón y bajé la cremallera, me acomode entre sus piernas e introduje su miembro en mi boca. De forma tranquila acomode una mano bajo su camisa para tocar su suave y caliente piel. Sus leves gemidos me estaban poniendo sobre excitado, le besé el pubis en donde crecía ese fino bello pelirrojo, tenía un aroma exquisito y volví a lo mío, subía y bajaba con mi boca y recorría con mi lengua su rosada erección. Su cuerpo se puso tenso y eyaculó dentro de mi boca, yo me bebí por entera su esencia. Después de relajarse, tomó con sus cálidas manos mi nuca y me llevó hasta sus labios para besarlos, con un ardiente "te amo" sello el momento.

Recuperé el aliento, nos reímos mucho y Erik siempre me decía que tenía las mejores ideas para enloquecerlo. Me ayudó con la ropa, nos aseamos un poco y salimos de la habitación rumbo al auto. Estando en camino a la presentación con la mano de Erik tomando la mía, pensé en todo lo que había cambiado mi vida, jamás pensé querer de este modo y sobre todo ser correspondido. Erik era todo lo que siempre imaginé del amor, de las relaciones de pareja y sobre todo de lo que es un compañero de vida. Aprendí más en el que en mi mismo, Erik me enseño a vivir.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2019 ⏰

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