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Los chicos me contaron que nuestro destino de un principio era islas Canarias pero después de todo lo que sucedió no alcanzó el tiempo para organizar un viaje hasta allá. Así que decidieron alquilar una cabaña por unos 4 días en un pueblito cerca, que  tiene fama de ser muy turístico por una hermosa laguna azuleja de aguas claras que se encuentra allí.

Se encontraba unas 3 horas y media de la ciudad , Evan quien se sentó junto a mi en los asientos traseros, Stephen conducía y Cara estaba a su lado en el asiento de copiloto. Mientras que Sophie se había ido con los gemelos en el que imagino es su auto.

Los paisajes que se veían a nuestro alrededor eran maravillosos, demasiada vegetación, simplemente espectacular, cuan maravillosa es la vida y la naturaleza. La vida me brindó una segunda oportunidad y la aprovecharé al máximo, cuidare a los que amo y me cuidare a mí misma, no me gustaría ver a alguno de ellos sufrir nuevamente por no tenerme a su lado o yo en otro caso sufrir yo por perderlos a ellos. Sé que no recuerdo mucho sobre lo que hemos vivido juntos o más bien nada, pero mi corazón se hincha cada vez que estoy junto a ellos sobre todo con Evan y para mi el corazón siempre es sincero.

Voy mirando a través de la ventana tratando de recordar alguna cosa pero es casi imposible, es tan estresante no recordar, una sensación de haber vivido todo pero no recordar, es algo así como un dejavú infinito. Una mano fría toca mi pierna y me saca de mis pensamientos, es él. Arrastró mi mirada de la ventana para observar a la persona que se encuentra junto a mí y esa hermosa sonrisa hace que mi corazón de un vuelco de felicidad.

—¿En que piensas?

—En que tan frágil es la vida Evan y como un día estas con los que quieres. Pero quizás 5 segundos después ya no. - pude observar como Stephen y Cara se miraron entre sí tensos.

—Ya eso pasó cariño, no tienes porque pensar en eso nunca más. Yo te cuidare.-tomo mi mano.

—No sabes lo horrible que se siente no poder recordar a las personas que amas. - se me salió una lagrima.

—Me imagino como se debe sentir hermosa. Pero ya pasara, ya recordarás todo, ten paciencia. - me abrazo. -—¿Te digo un secreto?. - hice un ademán con la cabeza diciéndole que sí.—Sí yo hubiera olvidado tan sólo un recuerdo de los que tengo contigo, sería el chico más triste del mundo, porque tú eres todo lo que tengo en mi mente Emma y eso es lo que me mantiene feliz.-me susurro muy cerca a mi oreja.

—Yo.. No sé que decirte Evan. - lo mire.

—No tienes porque decir algo pequeña trata de dormir un poco, todavía falta una hora para llegar.-beso mi frente.

Me quedé en sus brazos mientras el acariciaba mi cabello, mis ojos se fueron cerrando lentamente y todo se volvió negro.

****************

—Emma despierta, ya llegamos.—Por favor pon ese culo gorda de pie niña. - dijo mi amiga.

—Esta bien, que grosera eres.—¿Donde estan los chicos?

—Bajando las cosas, asi que arriba y vamos.

Saque mi culo del asiento trasero y cerre la puerta del auto para admirar todo a mi alrededor, de verdad es hermoso, un lugar mágico. Se puede sentir la paz y la tranquilidad que hace falta en la ciudad, el aroma a pinos y tierra huemada hace que mis fosas nazales se existen. Todo es maravillosamente verde y azul, un paisaje digno de un cuadro.
Mientras caminaba junto con mi amiga hasta la cabaña detallaba cada pedazo, el camino hasta el lugar donde nos quedariamos tenia un hermoso camino de piedra.

La cabaña por fuera era preciosa y rustica, al entrar todo estaba perfectamente iluminado, los muebles en la sala de estar son de cuero cafe con una pequeña mesa de centro, un gran tv plasma en una pared, cerca a la cocina un comedor en madera para unas 8 personas, cuadros y muchas cosas más, la cabaña tenia un toque moderno y algo vintage, me encanto.

Enamorada de mi mejor amigo.© [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora