III

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Los meses pasaron y con ello un año más llego a su final, mi vida a su lado era perfecta nos amábamos, no había nada ni nadie que nos separara, o eso creía yo, pero en el momento en que pase la línea del deseo y el placer, fue cuando mi peor pesadilla empezó.

—Amor, hoy por fin nos graduamos —dijo un alegre pelirrojo.

—Si, después de tanto estudio ya era hora —dando un suspiro me deje caer en la cama.

—¿Qué haremos para celebrar? —pregunto en lo que se acomodaba a mi lado.

—¿Qué quieres hacer? —abrazándolo lo acerco más a mí.

—Osamu hará una fiesta, ¿vamos? —pide.

—Está bien —respondo resignado, la verdad no me hacía gracia ir donde aquel castaño.

—Eres el mejor de todos —animado se levantó de la cama y tomándome de la mano me llevo con él.

Durante el camino no dije nada, pues aquel pelirrojo no paro de hablar de su gran amigo y de lo bien que la pasaba con este siempre que se veían, escucharlo hablar así me molestaba, ¿celos? Claro que eso era, pues sabía que ese "amigo" estaba más que interesado en MI protegido.

Al llegar a la casa de aquel castaño, este acaparo totalmente la atención de Chuuya, toda la noche la pase solo en aquella estúpida fiesta, iban hacer cerca de la una de la mañana cuando decidí irme de aquel lugar, estaba harto de tener que ver como mi hermoso pelirrojo le sonreía a ese idiota,

Salí de aquella casa de manera tranquila, el frio de la madrugada era acogedor por lo menos para mí, había caminado más de una cuadra cuando sentí como unos cálidos brazos me rodeaban de atrás hacia delante.

—¿Por qué me dejaste? —susurro aquella dulce voz en lo que apoyaba su frente en mi espalda.

—Te vi muy feliz con tus amigos, no quería molestarte —respondí.

—Pero debiste avisarme, para volver juntos a casa —murmuro— vamos, tengo sueño y quiero dormir a tu lado —sonrió.

Con suavidad tome su mano y entrelazamos nuestros dedos, caminamos en calma y tranquilidad de vuelta a nuestro hogar, durante el camino hablamos sobre lo que haríamos a partir de ahora, el plan de vida de Chuuya era ingresar a la mejor universidad de literatura, siempre le había encantado escribir, los más hermosos poemas estaban escritos en aquella libreta color violeta que tanto cuidaba.

El mío era seguirlo hasta lograr cumplir con mi misión de hacerlo feliz y un hombre de bien, aunque mi pelirrojo ya lo era quería asegurarme de que lo fuera siempre, que sus hermosos ojos siguieran brillando, que su sonrisa siguiera siendo tan pura, que todo en él, fuera felicidad.

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2019 ⏰

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Mi Condena, Valio la PenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora