Psicosis 2

Caso N°4: El pasado siempre regresa

Caso N° 4: El pasado siempre regresa

Los registros habían sido actualizados, y todo lo que existía en el subsuelo de la agencia Manifest ahora era el centro de operaciones de investigación, conjunta al ministerio de justicia. El departamento era una de las más grandes inversiones que el gobierno había hecho en la agencia, por lo que estos agentes tenían la seguridad que no los cerrarían. No pronto, claro.

Hermione y Víctor llegaron al "Archivero" como todos lo conocían. Ángela Lestreange los recibió en la entrada, con una carpeta amarillenta en sus brazos.

— Primita, ¿qué haces aquí?

— Busco información, querida Angi― dijo Hermione saludando a la muchacha.

— Pues, dime qué buscan y te daré algo― dijo caminando hacia un cubículo.

La agente Lestreange era una agente en entrenamiento de paranormal, sin embargo, y por sus estudios de economía y su habilidad con los computadores, la colocaron en uno de los cubículos de investigaciones. Aún temblaba cuando veía a algún nuevo fantasma, pero ya se había acostumbrado a su don... o maldición. Estaba comenzando una maestría en informática, pagada con la ayuda del subdirector Ryddle, quien, Angela estaba segura, quería algo con su madre. A ella no le molestaba; el tío Tom siempre había estado al pendiente de ellas desde que Rudolph, su padre, las había abandonado.

— Algo sobre los Stone. Hay algo ahí que me preocupa― dijo Hermione frunciendo el ceño.

— ¿Por qué, si se puede saber?

— Mis padres tenían negocios con los Stone cuando yo era una niña― murmuró Hermione mirando hacia otro lado.

— ... ok― dijo Ángela sonriendo y haciendo un gesto no entender.

Mientras indagaba por la gran red de la policía nacional, Hermione miraba alrededor simulando una concentración que no poseía, pues su cabeza estaba en otro lugar, hacían 10 años específicamente.

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— ¡No quiero ser una Gager si eso implica condenarme en una oficina!

— Eres mi única nieta, Hermione, la única heredera, y necesito que tomes partido por la empresa familiar— dijo Jacob Gager, abuelo de Hermione, la cual, en ese entonces, tenía apenas 17 años—. Sé que estás dolida, pero necesito saber que puedo contar contigo para que la empresa siga en pie. Sabes bien que tu madre lo hubiese querido así.

— No me chantajees con mi madre, tata— dijo Hermione con la voz rota.

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Hermione miró hacia otro lado, olvidando un poco aquellos recuerdos de su querido abuelo materno. Sin embargo, al fijar su vista en la esquina más alejada del archivero, junto a una planta que parecía un arbolito en miniatura con naranjas, la sombra que la perseguía la miraba. Se agachó a la altura del oído de Ángela y susurró sin dejar de ver al ente.

— Angie... mira el rincón donde está el arbolito de la felicidad... ¿lo ves?

Ángela sacó la vista del computador y miró en la dirección solicitada. Un respingo hizo la muchacha al mirar y darse cuenta del ente. Hermione tomó sus hombros para tranquilizarla.

— ¿Quién diablos es? ― murmuró Angela sin quitarle la vista, notoriamente asustada. Hermione achinó los ojos al notar que Ángela lo tomaba como una "persona".

— No tengo idea, pero hace dos meses me sigue. Necesito que, cuando puedas, le preguntes a Luna por esto. Ella nos puede ayudar. Ahora, te pido que no le digas a Draco; él está igual de nuevo en esto que tú, por lo que necesito que se mantenga ajeno.