Mate Del Alpha.

CAPÍTULO 16

||ALYSA||

El sueño me abandonó cuando pesadillas horribles turbaron mi mente, en cada una pasaba lo mismo me encontraba con Evan, pero él hacía cosas terribles, vivía una y otra vez el mismo tormento y cada vez que despertaba mi rostro estaba empapado en lágrimas.

Al llegar la mañana llame a Thalía y ella se encargará de cubrirme en mi turno, pues no he descansado lo suficiente y no me siento bien para volver a ese lugar donde se que él estará.

Los segundos pasan y pasan, la paranoia ha vuelto y he cerrado cada ventana y asegurado bien la puerta. No puedo mantenerme tranquila en esta situación, cualquier ruido me espanta, comienzo a ver cosas que no están y siento que estoy perdiendo la cordura.

Mientras desayuno recibo mensajes de Thalía pero mis ánimos han desparecido, me siento extraña, me encontraba perfectamente hasta que me reconoció. Siento que todas mis esperanzas por olvidar lo sucedido desaparecen poco a poco.

Cuando horas han pasado comienzo a sentirme más relajada, nada ha pasado y tal vez nada pase así que decido dormir, ahora que me encuentro mejor puedo recuperar fuerzas y prepararme mentalmente para regresar mañana al trabajo.

Escucho la puerta ser azotada y mi pulso se acelera puesto que nadie más que yo tiene llave para entrar. Escucho fuertes pisadas y cierro mis ojos esperando que todo sea una ilusión.

—Te puedo oler princesa, se que estás por aquí —ríe y siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal— todo este lugar se encuentra impregnado de tu olor, deberías ver como se eriza mi piel por ti.

Intento contener la respiración y escucho sus pasos cada vez más cerca de mi habitación, el miedo recorre cada fibra de mi cuerpo, siento un gran nudo en mi estomago y garganta, las lágrimas salen de mis ojos sin permiso y aprieto mi mandíbula para no hacer ningún sonido.

—Sabes que puedo escuchar el acelerado ritmo de tu corazón ¿verdad?

Mi peor pesadilla se hace presente, la puerta ha sido abierta y ahí se encuentra Evan, viste una camisa blanca y unos pantalones grises, pero lo que más resalta es la sangre esparcida por todo su cuerpo.

—¿Qué hiciste? —mi voz sale en un susurro y él parece percatarse de lo que hablo.

—Oh, eso —dice mirando su vestimenta— tuve que deshacerme de algunas personas para poder llegar a ti, y creo que eso quedará en tu consciencia porque yo te advertí que no te gustaría lo que pasaría si escapabas.

Nada más sale de mis labios, ¿a quiénes mató y por qué?

—Tranquila —dice mientras se acerca— volveremos a casa y olvidaremos todo esto.

—No —grito e intento retroceder pero mi cuerpo no reacciona, no puedo moverme—¡no te acerques!

—¿Por qué no? Me perteneces Alysa y nada cambiará eso.