El día transcurrió aburrido me quedaba sentada pensando cómo le iría al chico y no podía parar de mirar las mugrosas vendas que me había dado, solté una estúpida risa embobada por las vendas que hasta el momento era el mejor detalle que me habían dado, sí , unas unas miserables vendas me encantaban.
Creo que conocer el chico me hizo más expresiva... O tonta?
Espantada por mis pensamientos no me di cuenta que uno de los ancianos de pueblo está al frente mío.
Lo miré extrañamente, el abuelo tenía la mirada baja, cuando alzó la mirada me quedé sin aliento.
Cogiendo se acercó al templo, no procesaba nada de lo que pasaba; el señor estaba brutalmente quemado y golpeado. No vi en qué momento las puertas del templo se abrieron.
Sentimientos de alegría y miedo se apoderaron de mí haciendo un nudo en mi garganta.
Cuando salí una ráfaga de viento helado soplar sintiendo un escalofrío, un extraño escalofrío de alegría, el frío pasto congelando mis dedos, las pequeñas rocas que parecían de hielo puro, transpirada alegría sin saber qué decirle al pueblerino.
Para mi sorpresa cerca del templo había un lago que se estaba descongelando, sentía como si fuera la primera vez viendo uno, emocionada dejando de lado al señor y corrí hacia la orilla del río.
Me asomé y por primera vez en mucho tiempo vi mi reflejo, asustándome al verme como una loca con el pelo alborotado, parecía que un huracán hubiera pasado por mi cabello, cara sucia, lagañas y para qué mentir tenía barros... Emmm bueno más bien volcanes.
Después de ver mi horripilante cara me di cuenta que en el reflejo del río se veía humo salir a mis espaldas, mire por encima dónde provenía y abrí mis ojos como platos al ver qué provenía del pueblo.
Definitivamente mi alegría y momento de gozo se fue al piso, giré rápidamente para ver al anciano y preguntarle lo sucedido, pero no tuve tiempo.
Fue demasiado rápido para asimilarlo, en un abrir y cerrar de ojos no escuchaba nada pero veía todo, lentamente.
Me hundía en lo profundo del río, viendo desde el agua al anciano con un palo de madera y con sangre en este, no hay que ser muy grande para deducir lo que había pasado.
Me alejaba de la orilla más y más, había visto pocas películas como para saber que tenía que hacer; nunca aprendí a nadar y si supieras no podía, mi cuerpo no respondía ¿Me resigno y me dejo llevar? Odiaba mi vida en el templo y no había nadie que lamentara mi muerte, me gustaría creer que por lo menos la noticia del muerte alegraría al pueblo, pero algo en mi mente de niña pequeña me decía que cosas malas sucedieron en el pueblo prueba de ello era el humo que salía y probablemente nadie quedaría para festejar o simplemente estaremos ocupados en solucionar sus cosas.
No puedo creer que hasta mi muerte era aburrida, la razón de esto era que inconscientemente el interior de mí quería sobrevivir. mi mente y mi corazón peleaban.
Mi corazón quería descansar y dejar de funcionar por una razón inútil, pero mi cerebro no quería desistir acudiendo al peor recurso que tenía, mi particularidad.
Solo quería dejarlo pasar, como a los malos recuerdos que tenía con los del pueblo, simplemente cerré los ojos y desactivé mi particularidad.
No lo veré más, rompí mi propia promesa.
Apuesto que que no lo recordará, olvidará todo lo que pasó cuando haya salido del bosque.
Pensé y al darme cuenta a quién se dirige a mi pensamiento recordé al niño. abrí mis ojos instantáneamente al recordar su rostro, REALMENTE QUIERO ESTO?...
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Como Fuego En Invierno
FanfictionAerin Yukikuro una niña con mirada sencilla, alegre, crédula y curiosa. De padres normales; su madre siempre le decían que tenía que estar agradecida de las cosas que recibía y que tenía que servirle a aquellos que le brindaban bendiciones. La niña...