❀» ❝03❞

4.1K 258 62
                                    








0 3

Envueltos en un silencio tan reconfortante y dichoso, YoonGi se dijo a sí mismo que el hecho de querer murmurar un par de cosas tiernas al oído de JiMin, se consideraban un poco inadecuadas en ese instante; que el solo estar ahí, caminando a su lado mientras sus ojos eran dignos de la mejor imagen del mundo: con JiMin escondiéndose tras largos mechones de cabello sedoso, resultaba ya lo que no necesitaba ser pronunciado; lo que sus corazones sabían y daban por sentado. Suficiente con sentirle nervioso, tímido en cuanto desviaba el rostro a cada efímero minuto y evitaba mirarle para que su sonrojo dejara de delatarlo tanto, e incluso, con sentir por medio de ligeros apretones en sus dedos cómo ese objeto tan especial creaba fricción con los suyos y los ajenos.

Porque YoonGi aún seguía; reparaba una y otra vez en todo lo que eso significaba; en cómo su mano envolvía la pequeña manita regordeta y apreciaba los relieves que se formaban en ella cuando el menor la tensaba en torno a los suyos; calidez y suavidad siendo la causante de un escalofrío ascendente por toda su espina dorsal. Apreciaba feliz la textura del anillo rozándose con el suyo en cuanto cambiaban un poco la postura del agarre y esta llegaba incluso más asfixiante y ansiosa que la otra.

Incluso llegó a un punto en el que la necesidad de una cercanía se tornó tan densa dentro de su pecho que no soportó demasiado al acorralar a su novio para cuando ambos estuvieron dentro de la casa y la puerta fue azotada con fuerza en tanto la espalda del menor chocó con ella, un libre gemido resonando entre ambos con embiste poco medido. Los toqueteos del otro daban indicios de querer fundirse en uno solo con la piel erizada ajena, solo eran impedidos por tela estorbosa de la que se desprendían con demasiada lentitud a pesar de todo.

Y para YoonGi, fue inevitable el impulso cuando los labios de su novio lo recibieron tan bien que cualquier inseguridad se fue al caño, en tanto ellos buscaron deshacerse de las molestas prendas que solo servían un impedimento para que sus pieles se rozaran como tanto se demandaban más y más de sí mismos.

—Tan precioso —murmuró fogoso, YoonGi, sus labios brillantes y jadeantes en busca del aire que ambos compartían en ese momento—. Tan lindo. Tan perfecto, Fawnie.

—YoonGi —JiMin jadeó, solo así, perdido entre la creciente bruma que mandaba cosquillas a su entrepierna y que aumentaba los latidos frenéticos de aquel órgano tan hinchado de puro amor, de puro sentimiento inmensurable—. Tan dulce, cariño. Tan tú.

—Tan yo —ronroneó de vuelta, sintiéndose tan idiota, tan estúpido por ese lindo chico de mejillas regordetas y piel suave; de sonrisas tiernas y actitud perfecta debido a sus mezclas. Todo en JiMin contrastaba con un ser único—. Tan tuyo, lindo.

—Mío —jadeante, el menor respondió, sus uñas raspándole de forma ligera la espalda del más alto al aferrarse a ella. Buscaba un soporte al qué atenerse, para que pudiera pensar que todo eso era mucho de lo que una fantasía era capaz de producirle, de vibrar en su garganta a modo de susurros ahogados y reprimidos entre besos melifluos—. Más... —añadió a los segundos, su cuello atacado por marcas que tendría que ocultar al día siguiente sino quería problemas con personas ajenas a su gusto por ellas, personas con opiniones diferentes referente a ello.

Podría advertirlo justo ahora, sin embargo, el deseo ganó por mucho a cualquier palabra que sus labios quisieran decir, a cualquier acción de su cuerpo para impedirlo, a su pequeño disgusto por sentirse más criticado, señalado en medio de murmullos poco alentadores para su estable autoestima. Porque YoonGi lo conocía bien y solo fue cuestión de fuerza, para que un impulso en su delicado cuerpo se viera casi obligado a abrazarle las caderas.

Lil' Min » Y.M  | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora