Me Too

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Quería que esto fuera un Drabble, pero ya saben que soy un desastre escribiéndolos :'D voy a seguir practicando, lo juro :3 así que esperen leer más historias cortas quizá de esta y otras parejas en el futuro <3 

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El brillo azul metálico intenso que se filtraba a través de sus ojos entrecerrados rivalizaba con el fulgor de la luna plateada, cuya luz bañaba aquel cuerpo perlado en sudor. Calor, jadeos y ansias que no morían a pesar de que la extenuación de ambos vibraba en cada una de sus extremidades. Choques eléctricos llenaban la atmósfera de ese pequeño depósito de suministros deportivos, espasmos explotaban sus terminaciones nerviosas, el sabor del éxtasis coronaba el triunfo de una intensa pasión al fin consumada.

Él lo estaba mirando, pupilas dilatadas por el deseo, lágrimas deslizándose hasta perderse sobre la colchoneta. Temblaba, sus brazos y piernas cedieron tiempo atrás bajo la intensidad de sus embistes, sin embargo eso no detuvo a su lujuria, su trasero deseoso y necesitado se contraía en torno a su miembro en intensos espasmos que amenazaban con ponerlo duro una tercera vez. Deliraba, quería hacerlo llorar una vez más, quería que siguiera llamando a su nombre entre jadeos obscenos y gritos de éxtasis que ahora eran poco más que dulces sollozos rotos.

Quería que siguiera mirándolo así de deseoso, así...como si fuera su todo.

Salió de él, lentamente, su miembro emergió perlado en fluidos que se deslizaban de entre los enrojecidos muslos de su moreno compañero. Lloriqueaba bajito, sus labios rojos separándose suavemente en un gemido. Algo en su estómago se agitó. No pudo evitarlo, no pudo contenerse, fue imposible resistirse; apretó nuevamente los dedos sobre ese redondo trasero y se empujó bien dentro con un delicioso sonido húmedo que se mezcló con un sucio grito, hasta casi forzar la entrada a sus tensos testículos. Gloria era poco para definir la magnífica sensación de ese caliente agujero apretando su pene y la palabra éxtasis se quedaba corta para definir lo que el dulce sonido de su voz provocaba en él.

— Kuroo-san...por favor — le sonrió, maldita sea no debió hacerlo ¿No sé daba cuenta de que estaba enloquecido? ¿No sé daba cuenta de que lo enloquecía? Probablemente sí, Akaashi siempre fue un poco malicioso...y sabía que solo estaba tratando de torturarlo, jugaba con su mente y con su pasión de forma magistral; lo había llevado al límite y transformado en un ser primitivo y furioso de deseo por él.

Pero ¿Por qué no jugar también?

Salió de él, su miembro se deslizó con tortuosa lentitud, el agujero del moreno lo apretó, espasmos aún más violentos y calientes exigiendo nuevamente su dureza empujarse por su abusado canal. No había tenido suficiente, ninguno lo había hecho. Akaashi sonrió, estaba duro otra vez, Kuroo no pudo evitar inclinarse y repartir besos sobre su sudorosa columna vertebral tiempo que lo masturba. Sabía a gloria y lujuria. Su moreno amante había ganado esta partida, pero él solo estaba comenzando y Kuroo aún tenía algunos deliciosos trucos para usar.

Gruñó. El glande se deslizó fuera de aquella caliente cueva, Akaashi jadeó bajito en reproche. La lengua de Kuroo saboreó la imagen de su sensual cuerpo recostado sobre la colchoneta, su culo alzado en su dirección, se maravilló con el deseo en los ojos contrarios, con la belleza de su expresión echa un sensual desastre y volvió a apretar los dedos sobre su trasero, los pulgares separando sus glúteos para revelar a su rosado agujero. Una corriente de deseo le contrajo las bolas, ese obsceno anillo se contraria a espasmos que reflejaban la intensidad de su lujuria a medida que su espeso semen se deslizaba de su interior hasta sus temblorosas rodillas.

You're Not The Only OneWhere stories live. Discover now