Mi cuerpo estaba tan debilitado por culpa de Nayeon que parecía un ser sin vida en la sala, y a un lado de mi estaba el la responsable, la alfombra nunca fué tan confortable hasta ahora.
—Nayeon… — le dije.
— ¿Si? — respondió.
— ¿Realmente te gusto? De la otra manera me refiero… — pregunté.
—Tonta… ¿No es muy obvio? Jihyo lleva sabiendo que estoy enamorada de ti desde antes de debutar incluso— respondió.
— ¿Enamorada? — Pregunté muy estúpidamente. —Deberías de sentirte afortunada, no quería admitirlo ni pensarlo… porque pensé que me haría daño, pero si, Jeongyeon te amo—
— ¿Sabes algo? — Intenté dejarla un poco en tensión. — ¿Qué? — preguntó ella.
—Terminaste por enamorarme de ti… no sabía cómo catalogar lo que sentía por ti, pero puesta en una categoría simple, siempre fué amor… lo siento por nunca darte las gracias por ayudarme… ¿Recuerdas aquella vez que desee revertir el tiempo para no ser idol? Retiro lo dicho… no te habría conocido de esta manera— dije.
— ¿Eso significa que ya eres feliz con tu vida? — preguntó ella.
—En gran parte, emocionalmente podría decir que nunca en la vida podría haber estado mejor… físicamente aún siento que mi cuerpo se atraso en cuanto a la rutina… supongo que algún día seré la misma Jeongyeon radiante de antes—
— ¿Tu cuerpo aún no responde? Bien, haré que lo sientas— se sentó encima de mí y lentamente empezó a hacer leves cosquillas, que, aunque graciosas terminaron por elevarme la temperatura, y ella sabía lo que estaba logrando.
— +18 —
Tomó mis brazos aún débiles por el cansancio y los llevo por detrás de mí cabeza, apoyando una de sus manos en ellos, teniendo mayor control sobre la situación, para no decir que la situación corría completamente por su parte.
Suavemente empezó a besar mi cuello, haciendo que mi cuerpo tuviera reacciones muy gratificantes.
Con su otra mano libre empezó a subir desde mi abdomen hasta el cuello, su mano se ancló en la otra mitad de mi cuello que no estaba besando aún.
—P-por favor— supliqué.
— ¿Quieres seguir? Me dentedré si no quieres esto—
—Hazlo— dije.
Bajó su mano y empezó a desabotonar la camisa de mi pijama, lentamente se encargó de que mientras aún me hacía sentir en el cielo con sus besos iba bajando poco a poco desabrochando botón por botón.
Al tercer botón se dió cuenta de que no llevaba brasier, no hubo palabras de por medio puesto que con mi mirada para ella era más que suficiente que le pedía a gritos que hiciera lo que quisiera.
Se estancó en ese tercer botón, pero a cambio con esa misma mano empezó a tocar por debajo de la ropa, haciendo que mi cuerpo sintiera ciertas reacciones comparables a electricidad fluyendo por mi.
Paró de besar mi cuello, me miró una vez más y nuestras bocas se juntaron en un beso largo y profundo, su mano seguía haciendo todo lo que podía causarme placer mientras aún nos seguíamos besando.
Cuando nuestro segundo beso en toda nuestra vida terminó se acomodó de forma que podía hacer con su boca lo que quisiera con mis pechos.
Cuando empezó a usar realmente su boca con mis pezones solo podía sentir sensaciones nuevas, miles, una detrás de otra.
Cuando sentí que las sensaciones de electricidad y placer no podían ser más grandes, empezó a bajar su mano… llegó a mi pantalón, metió su mano por debajo, la temperatura en mi cuerpo probablemente herviría agua, con su mano exploró un poco y notó que desde hacía mucho estaba completamente empapada, con cara de sorpresa, y posterior malicia empezó a estimular.
Inmediatamente mi cuerpo se arqueó, se sentía demasiado bien, si tenía aún algún tipo de pensamiento sobre que podría controlar mis sentimientos hacia Nayeon en esta situación, y probablemente siempre después de esto es una completa farsa.
—M-mas— pedí.
Paró un segundo y me bajó los pantalones del pijama junto con la ropa interior de golpe.
— ¡Espera! ¿No importa si… soy virgen? — dije.
—Te prometo que seré lo más gentil que pueda— dijo ella.
Tomé su mano su mano y la llevé a mi entrada, simbolizando que lo hiciera.
Al principio el dolor fué el dominante cuando empezó a usar sus dedos, sin ningún problema entraron, me había causado tanta euforia que con lo mojada que estaba podía hacer lo que quisiera… cuando el dolor desapareció dejando paso al completo placer sentí un mundo totalmente nuevo.
Emociones un tanto prohibidas, amor desenfrenado, euforia imparable, tiempo distorsionado.
Cuando aumentó su ritmo exponencialmente mi cuerpo llegó a su límite, después de un largo recorrido de gemidos terminé por tener unas pequeñas contracciones mientras aún seguía gimiendo.
Mi cuerpo no se podía mover después de eso por unos minutos.
—¿Te gustó? Siento que podría hacerte hecho sentir mejor… — preguntó.
—
Es mi turno ahora— sacando las pocas fuerzas que a mí cuerpo le quedaban me posicioné encima de ella, repitiendo todo lo que hizo conmigo, pero más lentamente.
Cuando fué momento de bajarle los pantalones tal como lo hizo conmigo se apenó mucho más que antes, aunque momentos antes solo tenía rostro para expresar su placer.
—Yo… también soy virgen… — dijo una indefensa Nayeon.
—Seré cuidadosa… dime si duele… — dije yo.
Seguido procedí a insertar dos dedos lentamente, sentí como el dolor se hizo presente en ella, su capacidad de aguantar dolor nunca fué buena.
Cuando poco a poco empezó a sentir placer otra vez, no dejó que solo ella estuviera sintiendo placer, empezó a masturbarme con una de sus manos, debido a la poca estabilidad y resistencia de la que carecía, cuando tuve otra orgasmo caí desmayada, aunque me aseguré que también ella tuviera un orgasmo.
Cuando logré despertar, fuera de sentir cuanto tiempo habría sido el de mi desmayo, me encontraba encima de Nayeon, ambas desnudas completamente.
—Tonta… no deberías de esforzarte tanto… te amo—
—Grácias… Nayeon… me salvaste del vacío… te amo— dije.
Si yo, como autor no pensé que llegaría a este punto no se que podrían esperar lectores.
Este es el capítulo final, como es común, aunque final, está abierto a capítulos extras o especiales.
Este capítulo es el doble de largo debido al gran retraso en cuanto a desarrollarlo, lo siento por la espera.