-Doctor, ¿puedo pedirle algo?-le pregunto.
-Claro que sí, dígame señorita.
-Estoy embarazada y........
-¡¿QUE ESTÁS EMBARAZADA?!-grita Bruno, entrando de golpe en la habitación.
-Dije que quería, que te quedaras fuera-respondo, retorciendo mis manos en mi regazo.
-Responde Julieta.
-Fuera.
-Señor, lo mejor será que salga. Cuando termine, les dejaré solos-Bruno resopla nuevamente, y sale dando un portazo.-Ahora sí, dime ¿quieres que revisemos al bebé?
Asiento con la cabeza, y siento mis ojos llenarse de lágrimas. El doctor me pide que me recueste, mientras saca un aparatito que pasea por mi vientre. Ni siquiera sé exactamente qué es, en la carrera de medicina, no llegué a dar toda esta instrumental. Es muy parecido a un ecógrafo, pero sin imagen. El doctor no deja de moverlo, hasta que lo pone en un punto fijo. Es cuando del aparato, se comienza a escuchar sonidos rítmicos.
-¿Escuchas eso?-me pregunta, a lo que yo asiento con la cabeza.-Es el latido de tu bebé, parece que está perfecto.
Sonrío ampliamente, mientras veo como lo retira para guardar todo. Me recomienda reposo, sobre todo comer bien, y se despide de mí. Cuando se marcha, es René quien entra en la habitación primero.
-¿Cómo está, el bebé?-me pregunta, sentándose a mi lado.
-El doctor ha dicho que está perfecto, y hemos escuchado su corazón. Aún así, me ha pedido que guarde reposo por dos semanas.
-¿Ves?, te dije que todo iba a estar bien.
Ambos somos interrumpidos, por un Bruno furioso que entra golpeando la puerta. René se pone en alerta, levantándose de la cama.
-¿De quién es el bebé?-pregunta Bruno.
-¿Qué?
-He dicho que, ¿de quién es el bebé?-saca una pistola de su espalda, y apunta a René. Yo inmediatamente me levanto, poniéndome delante suya.-¿ES DE ESE MALDITO? ¿POR ESO ESTÁBAIS TAN UNIDOS?
-¿Bromeas?-le contesto.-¿DE QUIÉN VA A SER EL BEBÉ? ¡PUES TUYO! RENÉ SÓLO ES QUIÉN ME HACÍA COMPAÑÍA, CUANDO TU TRABAJABAS SIN PARAR. RENÉ ERA EL QUE HABLABA CONMIGO, CUANDO ESTABA ENCERRADA AQUÍ. ¡RENÉ ES QUIEN ME CONSOLÓ, CUANDO TÚ ESTABAS CON OTRA!.
Bruno baja la pistola, mientras trato de controlar mi respiración agitada. René apoya una mano en mi hombro, tratando de darme apoyo.
-Julieta, yo....
-Ahora no, Bruno. No quiero ni verte, ni escucharte.
-Julieta, es mejor que descanses. No es bueno para el bebé-dice René.
-René, acompáñame hacia la otra habitación.
Él asiente, saliendo ambos de allí, dejando solo a Bruno. René me acompaña hasta la habitación, abrazándome antes de irse. Por suerte, en el armario todavía hay algunas cosas que dejé. Tomo ropa cómoda, me doy una ducha y después me meto en la cama a descansar un rato. Mi cuerpo agradece la comodidad de la cama, de hecho no tardo en caer rendida.
A la mañana siguiente, cuando despierto, veo un ramo de rosas a un lado de mi cama y el desayuno en la mesita. Tomo las rosas, leyendo la tarjeta "Ahora mismo, soy el peor monstruo que existe. Hice sufrir a la persona que más quiero, y me arrepiento por ello. Me esforzaré, y lucharé por tu perdón. Te amo, príncipessa." Sonrío por el bonito detalle que ha tenido, pero aún no va a conseguir mi perdón. Si lo quiere, que luche.
Tomo la bandeja, poniéndola en mi regazo, para comenzar a desayunar. Termino todo en poco tiempo, estaba realmente hambrienta. Después me visto, con ropa cómoda y me dirijo a salir de la habitación.
-No puedes salir, debes de estar en reposo-dice Bruno, entrando en la habitación. Asiento, volviendo a la cama.-¿Cómo te encuentras?
-Bien.
-¿Te han gustado las rosas?-asiento. Él se queda parado, sin saber qué decir, mientras pasa las manos por su cabello.-Me voy a llevar la bandeja, si necesitas algo estaré abajo.
Asiento, y el toma la bandeja para después irse. Poco después entra René, para hacerme un poco de compañía.
-¿Cómo te encuentras?-pregunta, tomando asiento a mi lado.
-Mucho mejor, descansar me ha sentado bien-le respondo, sonriente.
-¿Has vuelto a hablar con Bruno?
-Poco, solo lo justo.
-Anoche, cuando te quedaste aquí, fui a ver cómo estaba él. A pesar de lo que había pasado, me preocupé por él. Estaba devastado, llorando en un rincón de la habitación. Sólo pronunciaba tu nombre, y decía lo muy imbécil que había sido contigo. No digo que le perdones ahora pero quizás, si te demuestra lo mucho que te quiere, podrías intentar darle una oportunidad.
-Ya veré René, ahora no quiero pensar en eso.
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Bruno De Luca (TERMINADA EN PROCESO DE EDICIÓN)
RomanceJulieta Caruso, una chica bondadosa, estudiante de medicina, y amante de ayudar a los demás. Era la hija menos querida, por su deseo de ayudar a los más necesitados. Pues para sus padres, era malgastar el tiempo. Pertenecía a una familia muy rica, L...