Tic... Toc... Tic...Toc...
Porpentina Goldstein, una bruja norteamericana muy poderosa, qué en el pasado se había dedicado a ser una Auror para MACUSA y los últimos cuatro años para el Ministerio de magia británico pues había decidido cambiar su lugar de residencia a Londres.
Ahora la bruja de cabello obscuro caminaba sola por una calle apenas poblada. Tenía la mirada baja y las manos ocultas en los bolsillos de un elegante y largo abrigo negro; Su mente estaba dispersa en muchos pensamientos sin si quiera prestar atención en cuál sería su rumbo...
Su hermana Queenie ahora vivía con su esposo Jacob. Tras su deseo de querer formar una familia, ambos optaron por crear su vida juntos en Hampshire, donde no habían leyes qué prohibieran las relaciones entre Magos y Muggles (como se les conocía a los hombres sin magia en aquél país); Había que reconocer que al principio Tina no estaba de acuerdo del noviazgo de su hermana con quien ahora era su cuñado sin embargo, cierta persona había cambiado su perspectiva, ahora ellos atendían una panadería en la acogedora ciudad de Eastleigh y recientemente habían dado la bienvenida a su segundo hijo, el pequeño Edward Goldstein. La pareja decidió darle el apellido de Queenie a éste segundo bebé, Jacob lo sugirió, pues no deseaba qué desapareciera con las generaciones siguientes, después de todo el Apellido Kowalski ya lo portaba el primogénito de la familia, entonces la bruja legeremante sugirió el nombre de "Edward" pues de esa manera junto con el apellido, rendiría homenaje al padre de las hermanas Goldstein, quién había fallecido cuando ellas eran pequeñas.
Por otro lado, se encontraba la Familia Scamander, conformada por Theseus Scamander, su esposa Leta Lestrange y su única hija Amelia, quién cumpliría cinco años de edad. En el pasado Tina trabajó para Theseus, pues él era el jefe del departamento de aurores de Londres. Éste era muy amable con ella; dadas las circunstancias él siempre le ofreció su ayuda, pues su relación era más cercana desde que la mujer había comenzado a salir con el hermano del Auror.
Sin embargo todo ello se encontraba al otro lado del Atlántico, pues hace pocos días decidió regresar a Nueva York, ya no tenía nada más que esperar en el país anglosajón.
Sin darse cuenta las calles comenzaban a vaciarse por completo pues la lluvia había comenzado a caer; lentamente el torrente se hacía constante, pero la chica no le dio importancia...
De pronto, se encontraba en frente de un edificio significativo; un gran almacén con maniquíes en las vitrinas que parecían juzgar a cualquiera que los viese. Un sin fin de recuerdos pasaban frente a ella. Podía verse a sí misma un poco más joven corriendo detrás de un hombre con un abrigo verde azulado y una maleta de cuero en la mano llegando a dicho almacén; las texturas de estos reflejos eran como de tiza difuminada; parecida a la textura desvanecida del encantamiento "Appare Vestigium". Ese recuerdo era del día en que ambos casi... morían bajo las órdenes de Grindelwald con la apariencia de Percival Graves. Ellos habían llegado a aquélla tienda detrás de un demiguise qué se había escapado, pero terminaron capturando a un Occamy en el desván de la misma. Esta chica de abrigo negro no pudo evitar una tenue sonrisa tras divisar aquella memoria, pero una persona de paraguas que pasó, atravesando y disolviendo su yo del pasado hizo que ella parpadeara rápidamente regresándola de vuelta a la realidad.
Tic... Toc...Tic... Toc...
Ese horrible sonido seguía rechinando en su mente, ya no lo soportaba, por un tiempo incluso optó por modificar su memoria para acabar con su dolor...
Continuó caminando sin dirección, incluso pasó frente a su antiguo departamento en donde rentaba con su hermana antes de que sus vidas cambiaran; sonrió con nostalgia a aquellos muros de ladrillo rojo y se preguntó si aún estaría ahí la señora Esposito, su antigua arrendadora. Posiblemente no, pues al fijar su mirada en aquel balcón qué ella adoraba, vio a una joven pareja muggle abrazados y admirando cómo brillaban las gotas de lluvia bajo la influencia del sol qué aún estaba presente. Entonces recordó que la dueña del edificio no permitía hombres en aquél inmueble.
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Sensibilité...
Fanfiction¿De qué sirve poseer magia, si ésta... no puede reparar ciertas cosas? La auror norteamericana Porpentina se encuentra perdida en un mar de pensamientos que le traen mucho dolor. Han transcurrido cinco años desde aquél diciembre en donde conoció a...