cap#10 "El destino"

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Maicol:
Anduve hasta la azotea,pase por las escaleras de madera refinada cruzando de vez en cuando con algún que otro estudiante.
Llegué hasta aquel lugar, estaba solo justo como lo necesitaba. Tome asiento pegando la espalda a la pared de un pequeño muro que separaba el lugar del abismo donde varias personas ya habían intentado tirarse (aunque estaba lejos de ser mis intensiones).por tal razón unas mayas grises que encerraba todo, la verdad no era muy difícil evadir tal resistencia, pero al menos quien tuviera ese pensamiento de terminar su vida lo consideraría dos veces.

Me perdí en mis pensamientos, aunque no quería seguir dandole vueltas al asunto, yuris era dueña de su vida, y yo no podía detener o contradecir a quien entregaba su corazón. Ella había prometido esperarme, esperar a que sintiera algo por mí, pero en vez de eso me había mentido y había jugado con mis sentimientos.

Me contradecía, no sabía que sentir, si debería de estar molesto o triste, si debía entenderla y ayudarla o impedir que progresara. Si debía secuestrarla y llevarla lejos de él o solo olvidarla.
En resumen no sabía si luchar o rendirme.

Me volvía loco solo pensar en eso.estaba tan confundido y decepcionada....
- Maldición!! -Sin darme cuenta una lágrima llena de impotencia resbaló en mi mejilla, parecía un niño, era tan tonto y confuso.

- porque lloras?- una voz conocida preguntó en dirección opuesta de dónde me encontraba.
Una señora, joven, de cabello plateado, lacio y largo, palida,con un vestido blanco que llegaba hasta el suelo, de ojos de un color singular, era un azul demasiado claro, lo cierto es que era una mujer que jamás en mi vida había visto y créanme si no fuera así, lo recordaría por que su singularidad destacaba mucho.

- la conozco?- pregunte, era como si su voz ya la había escuchado antes.

- yo pregunte primero -reprochó con una leve sonrisa.

- no es necesaria esa información- dije rígido, con respeto por que ella se veía mayor que yo, esperando no haberla ofendido

- entonces tampoco lo es mi identidad- respondió con una sonrisa juguetona, tomando asiento en el suelo alado mío.

En otro momento mi curiosidad me venciera, pero hoy no quería pensar en nada ni en nadie. Solo quería dejar mis inquietudes atrás pero no podía, cada cosa que veía me hacía pensar en yuris. Es doloroso.

- crees en el destino?- mis ojos se encontraron con los de la mujer, ella se veía emocionada por comenzar una conversación conmigo, pero yo de verdad quería estar solo por eso ni le contesté solo desvíe la mirada con el propósito de volver a perderme en mis pensamientos más no fue así ya que ella siguió,ignorando el hecho de que no le había respondido-  yo no lo creo, no estoy de acuerdo con que haya una persona destinada para nosotros, porque si por ejemplo tengo una pareja y comete un error, como sabre yo si esa persona en es la indicada, si debo luchar por esa persona o buscar a la correcta. Me parece ilogico, estúpido y egoísta, creer que alguien nació para estar conmigo. pero al mismo tiempo como podría saber yo cuando encontré a la persona ideal si no lucho por ella.-  habló la mujer que parecía "hija de la luna" como si supiera mis problemas.dejándome boquiabierto.

Si me ponía a analizar era verdad veía a Yuris como la única mujer en la tierra.... Pero lo era?

- dices que ...debería luchar por ella?- en mi propio mundo pregunte como si ella supiera de que hablaba. La mujer solo me observó y por primera vez desde que llegó se mantuvo sería, recta y con un rostro que lejos de la confusión expresaba desaprobación.

- quien soy yo para decidir por tí?- preguntó más bien afirmando que sería yo quien decidiría. La mujer, que se había negado a darme un nombre por el cual llamarla se levantó, sacudió sus vestidos eliminando la suciedad que había dejado el piso. Camino hacia las escaleras dándome la espalda, moviendo su brillante cabello color gris y su blanco vestido perlado, se detuvo y levantó su rostro al cielo.

-lloverá- afirmó y no pude evitar levantar la mirada. las nubes grises se reunían en el cielo y el viento aumentaba. Iba a responder pero al regresar mi mirada al frente ella no estaba.

Es la persona más rara que he encontrado en mi vida. Pero seguía pensando en lo que dijo.
*Rendirme o luchar*que haré.

Meiling:

-Otra vez lloverá - pensé en voz alta.

- si así es, el clima está mostrando defectos- menciono el secretario innecesariamente. Lo mire mostrando aprobación y regrese mi mirada al cielo por la ventana de cristal de el salón de conferencia de la presidencia estudiantil.

Mis labores habituales habían acabado, yuris en lo que pude dedicar no sufrió ningún tipo de abuso. Mi día estaba casi terminado solo faltaba mi encuentro con Maicol esto último me ponía nerviosa y ansiosa a la vez.

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Yuris salía de sus clases, un poco después de los demás, satisfecha de su día en el que aún sin la presencia de Maicol pudo llegar a salvó a su última clase y salir de ella igual.
 
Yuris:

El pasillo se encontraba casi en estado de soledad, mis pasos sonaba, y el aura frío me daba un índice de peligro que me presionaban a aumentar la velocidad. Miraba constantemente hacia atrás para ver si alguien me estaba persiguiendo, hasta que choqué con algo haciéndome caer dolorosa y repentinamente al suelo.

- pensabas escaparte de tu destino? Campesina malcriada!!- rugió una joven de cabello rojizo corto. En sus dos lados como si fueran guardianes ,dos chicas de cabello rubio y el ceño fruncido se miraban con complicidad. quede horrorizada, me habían encontrado en mi etapa más vulnerable.

- MALDICION!! - bufé antes de pararme en un ágil movimiento.- director gracias a Dios!!- grite mirando hacia atrás de ellas, ella voltearon con horror al mismo tiempo para darse cuenta de que no había nadie y de que yo ya me encontraba lo suficientemente lejos.

- maldita!! No saldrás muy bien de esta.- pude escuchar a lo lejos pero yo seguía corriendo por mi vida.

Meiling:

Mi corazón está latiendo anormalmente, mis manos temblaban igual mis piernas. Estaba justo enfrente de la puerta, tenía que abrirla, debía, pero mis músculos estaban inmovilizados.

-Ahora o nunca.- pensé recibiendo el valor necesario y abriendo la puerta de la sala de música donde suponía que debía estar la persona que amó.

Y ahí estaba. El hombre de mis sueños parado  frente al piano que había tocado la vez anterior que todavía guardaba los rosáceos pétalos de magnolias, Con su cabello negro y brillante, levemente desordenado, su rostro definido a la perfección,y  los ojos verdes brillante que amo. Todo inevitablemente creado para dejarme aún más atrapada en mi amor por él.

-hola- dijo buscando mi mirada con sus ojos verdes. Al encontrar mi mirada el corazón se me detuvo, está vez era diferente, sentía que lo sería.

Eso era lo que esperaba.







la lluvia tiene derecho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora