cap24: "posesión más valiosa"🌸

17 4 0
                                    

Kail y meiling estaban  camino hacia la mansión Thomas en un auto negro manejado por Marie. Meiling desde que había entrado no había dicho ni una sola palabra, solo miraba hacia la ventana sin expresión alguna. Por otra parte kail estaba de un humor terrible. estaba sentado con los ojos cerrados como si tratará de controlarse. Marie sentía toda la tensión en su espalda.
La mujer al volante estaba incómoda así que aceleraba la velocidad para llegar más rápido y poder dejar a un lado esa terrible situación. Cuando llegaron y ella detuvo el auto en la entrada, meiling abrió la puerta de forma brusca y salió despavorida dando un portazo después salir. Solo en en ese momento kail se dió cuenta de que meiling estaba furiosa.él quedó sorprendido por la actitud de meiling y salió de inmediato del auto atrás de ella.

Marie dió gracias a Dios por permitirle salir de ese tedioso momento e inmediatamente avanzó para guardar el coche.

Meiling llegó a la puerta de su casa de forma tranquila, evitando que sus emociones la dominaran.aunque estaba molesta no se permitió demostrarlo más que con un simple portazo. Uno de los empleados le abrió la puerta como de costumbre y lo primero que vio fué a su padre esperándola. *No estoy de humor*pensó frustrada y lo evadió sin decir palabra alguna.  se encamino a su cuarto. Su padre abrió los ojos con sorpresa, ella era fría con él pero no así, era odvio que ella estaba furiosa pero... ¿Por qué?

Kail llegó a la puerta tras ella
-¡¡mei!!- gritó pero meiling lo ignoro. -tsk- kail iba a ir atrás de ella pero lo detuvo la mirada atenta del señor Thomas.

- kail, acompáñame a mis despacho - dijo seriamente el señor Thomas, kail solo asintio y lo siguió.

Ya en el despacho, el señor thomas se sentó en su asiento e invito a kail a sentarse frente a él. En su asiento el señor Thomas cubrió su cara con sus manos y suspiro fuerte y pesado. Era un hombre alto y robusto con ese aura de superioridad que intimida a las personas.

- kail... - llamo fuertemente pero kail no contestó, solo quedó a la espera - kail.... Porque ella es tan mala conmigo - de repente el aura frívola se convirtió en una muy cómica, en donde un hombre fornido lloraba infantilmente. Kail no pudo evitar sonreír, él ya conocía muy bien que esa era la verdad personalidad del poderoso señor Thomas. - ella me odia y lo peor es que está vez no se que hice - chilló el gran seño Thomas.

-  porque no hizo nada. está vez yo soy el culpable - dijo kail declarando su culpabilidad. -  pero voy a solucionarlo justo ahora - afirmó kail confiado. El señor Thomas quedó sorprendido, eran casi inexistentes las veces en las que ellos tenían problemas, todos sabían eso. La relación entre ellos dos era tan larga y llena de tantas dificultades que se conocían demasiado, tanto como para saber que era lo que le gustaba o no al otro y por supuesto, evitarlo.

El señor Thomas suspiró está vez preocupado - kail, no confío en nadie más que tú para proteger a mei - dijo serio el CEO de el poderoso imperio de los Thomas. No era que él no pudiera cuidar de su propia hija, sino era que sabía que ella estaba más agusto con kail a su lado, además sabía lo mucho que Kail cuidaba  a su hija por lo que tenía mucha confianza en él. Sabia el porqué lo hacía, él mismo había presenciado ese momento en dónde Kail había prometido su vida entera para protegerla. Le preocupaba que ese lazo tan confiable desapareciera y meiling quedará devastada. kail comprendió sus palabras y asintió.

- lo sé, usted sabe que daría mi vida por ella.- dijo kail decidido, recordando sus promesas. El señor Thomas sonrió aliviado, sintió que un peso en sus hombres había caído.

- aún no superó que ustedes de verdad no sean pareja - se quejo el señor haciendo un puchero mientras kail reía, ellos siempre escuchaba lo mismo.

Después de la plática kail salió dejando al señor thomas en su trabajo. Al salir lo primero que se encontró fue un pequeño niño de cabello negro en la puerta.  El niño lo miro frunciendo el  rostro mientras kail lo miraba atentamente. Ésto sigue así hasta que el niño no puede más y se ruboriza haciendo sonreír a kail.

la lluvia tiene derecho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora