la sombra

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Quien pensaría que lo que veía por el rabillo de mi ojo, no era simplemente una sombra pasar, si no, el fantasma de la abuela, pero peor aún, quién diría que que esa sombra no pasaria rápido, si no que cada vez la podía notar más, y más, hasta tal punto de poder verla.

cuando llegó ese día solo veía mi fin, estaba en una parálisis del sueño, y solo veía como se acercaba cada vez más, y más, hasta tal punto, que lo toque, y pude sentir esa paz, ya que por fin había podido hacer que alguien me viera, me sintiera y me mencionara una vez más...

JAJAJA qué imbécil, no saber que con tocarlo. lo condene a lo mismo que yo tuve que pasar...

RELATOS CORTOS DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora