Tutorial de cómo ligar.

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  —¿Qué demo— Me detuve a mí mismo negando con la cabeza.—No, ¿saben qué? No me interesa, no me importa, no quiero saber nada.
  —Ah...— Pronunció uno de ellos mientras pasaba por su lado ignorándolos completamente.
  —¡No se quede ahí, Kiyoshi-dono! ¡Llegados a este punto, solo hay una cosa por hacer!— Dijo otro hablando de forma bastante formal.
  —¿Retirarnos?
  —¡No! Debemos de...
  —Evitar filtraciones.— Dijo otro de ellos con tono sombrío, y cuando escuché eso, un escalofrío recorrió mi espina, lo que me hizo voltear, solo para ver como los cinco se abalanzaban sobre mí con una cuerda entre manos.

  —En serio, ¿creían que podrían atarme?— Dije luego de haberlos atado a todos juntos tras haber evitado su ataque.—¿Y luego qué? ¿Me encerrarían en una habitación hasta el amanecer?
  —Pues, verás...— Dijo el rubio del grupo.
  —¡Por favor, déjanos ir!— Dijo al que había nombrado como Kiyoshi el que hablaba formalmente.—¡Nosotros... nosotros tenemos una misión! ¡Sí, debemos... debemos ir al paraíso!
  —¿De qué estás hablando? ¿Te metiste alguna droga o algo?
  —¡No! Estoy... estoy hablando de los, de espiar los... ¡de espiar los baños de las chicas!
  —Como su senpai, debería reprenderlos, pero como hombre debo elogiar su valentía. Pero, aún así no los dejaré ir.
  —¡¿Por qué?! ¿Acaso no entiendes nuestros sentimientos?— Dijo el rubio con tono exagerado.
  —No es eso, simplemente deben entender que esta academia está llena de mujeres, y ustedes son 5, un 0,48% del total de estudiantes de esta academia, ¿entienden lo que significa eso?
  —No, para nada.— Dijeron los cinco.
  —Que si son descubiertos, todo el mundo los excluirá, incluso hasta el punto de que el director se vea obligado a expulsarlos por quejas. Si fuera ustedes lo pensaría dos veces antes de hacer algo sin razonarlo detenidamente.

  —Ahora que lo dice, no está del todo equivocado, tal vez esto... no sea buena idea...
  —Oye, Gakuto, aún así...
  —Gakuto tiene razón, es un riesgo demasiado grande.— Dijo Kiyoshi como si esperara la oportunidad para desistir de la idea y llevar consigo al resto.
  —Kiyoshi...— Dijo el chico de capucha.
  —De cualquier forma, yo iré a tomar un baño, ustedes permanezcan aquí reflexionando sobre lo que iban a hacer.— Dijo comenzando a irme.
  —¡¿Qué?! ¡Espera, no puedes...!— Dijo el rubio.
  —Sí, sí puedo, y voy a hacerlo. Hasta luego.— Les dije desapareciendo de su vista mientras bajaba las escaleras.
Me puse mis auriculares y reproduje música subiendo el volumen al máximo mientras tarareaba de camino al baño masculino.
Entré al edificio del instituto y subí las escaleras siguiendo el camino que indicaba el mapa hacia mi destino, cuando doblé en una esquina un gran grupo de chicas estaba dirigiéndose al baño femenino ya que salían de educación física. Las ignoré y continué caminando normalmente.

Los baños estaban uno junto al otro, por lo que lograba escuchar todo el cuchicheo a través de la pared.
Me quité mi ropa y abrí uno de los grifos mientras lavaba mi cabeza sentado en un banco de madera pequeño.
Me tomé mi tiempo para bañarme, y cuando salí secando mi cabeza vi entre la tela de la toalla un cuervo sobre mi ropa mirándome fijamente.
  —¿Qué dem- Antes que terminase de hablar, el cuervo enrolló sus patas en mi ropa y se la llevó atravesando la pequeña ventana del baño.— ¿Es una broma, verdad?— Pregunté al aire.
Suspiré y continué secando mi cuerpo, tendría que salir con la toalla atada a la cintura ya que no tenía forma de pedirle a alguien que me trajese ropa.

Abrí levemente la puerta del baño para cerciorarme que no hubiese nadie alrededor y salí con paso apresurado, pero al momento que pasé delante de la puerta del baño de mujeres esta se abrió y me detuve en seco maldiciendo mi suerte.
La primera en salir jadeó conteniendo un grito y me observó con varias chicas detrás suyo.
Me volteé en su dirección y sus rostros se sonrojaron mientras recorrían los tatuajes en mis brazos y espalda, no dije nada, no dijeron nada, y seguí mi carrera hacia mi dormitorio.
Tenía el brazo derecho tatuado desde el hombro a la muñeca con varios diseños vikingos con significado, escritura en kanji y algunos tribales para completar el brazo, en el izquierdo tenía una pluma rodeada de llamas en el antebrazo y un lobo en el hombro, en la espalda tenía un dragón en la parte de arriba y más hacía los lumbares un símbolo antiguo de sellado (el sello del Kyubi).
Cuando volví al dormitorio me encontré con los cinco chicos aún atados allí.

Konoha Kangoku Gakuen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora