El tiempo había pasado muy rápido, pasaron ya 1 mes desde que me había puesto así, había decidido terminar con mi novia, para no sufrir y ella no sufriera por mi, mientras tanto... Me he estado recuperando más a tiempo, incluso he estado sintiéndome diferente estos últimos días, he dormido las horas de sueño pérdidas, he estado comiendo mucho hasta engordar un poco, y he estado notando que no me siento triste estos últimos días... Vaya, esto si que me es muy confuso. Mientras tanto, estaba con suerte de que fueran vacaciones, era una alegría saber que por fin podría tomarme unas merecidas vacaciones, lejos de la sociedad por un rato, dormir y comer un poco más.
Recuerdo que esa misma tarde, Stewart me preguntó el como me sentía, le dije que bastante mejor, algo que me gustó de esta fase, era que entre nosotros dos nos ayudamos a seguir adelante, nosotros nos apoyamos mutuamente y logramos salir adelante, – Gracias por ayudarme con esto Stewart – le respondí de manera generosa mientras le daba una sonrisa llena de bondad, el siempre me decía que amaba de mí mi lado bondadoso, siempre ayudar a la gente y quererla como nadie más, en ese entonces, decidí conocerlo un poco más, empezamos a hablar sobre qué le gustaba más hacer y si tenía algún pasatiempo cuando no hace nada, me respondió que el ama bailar.
– ¿Bailas? Pues ojalá me pudieras enseñar algunos pasos de baile – le respondí mientras empezaba a reír, a mí no se me daba muy bien el baile, recuerdo que siempre lo hacía con mamá cuando era pequeño, pero ahora ya no se me da tan bien, incluso me da vergüenza de solo pensar que me podría equivocar de paso o me podría tropezar conmigo mismo. Pasando las horas, el me había invitado a su casa, ví que tenía algo más renovado el hogar, ya por lo pronto el se podría refrescar con un ventilador, ya que aquí suelen elevarse temperaturas de más de 40 °C.
– Me encanta como poco a poco renuevan tu hogar Stewart – añadí mientras miraba como había cambiado, las paredes estaban más coloridas que antes, el piso estaba muy limpio, todos los trastos acomodados, habitación limpia, lo único que no estaba limpio era el, estaba cubierto de pintura y de polvo. – y veo que hay algo que faltó limpiar, a ver... Déjame ayudarte – dije con una leve sonrisa mientras sacaba de mi mochila un pañuelo, lo moje un poco y limpie un poco su rostro mientras el se quedaba totalmente fascinado por lo fresco que estaba – Está demasiado frío... Y eso me encanta – me respondió mientras cerraba poco a poco los ojos, – oye, pero no te duermas, si no... No te vas a limpiar de cuerpo completo ¿sabes? – le dije mientras limpiaba el último rastro de polvo que tenía en sus pómulos, una vez que termine de limpiarlo, me había dirigido a acostarme un momento con el, – Dime Cariño... ¿Cómo te fue? – me preguntó mientras pasaba sus dedos por mi cabello –.
– me fue bien querido, ya he estado adaptándome a mi verdadero yo – le respondí mientras sonreía por completo y solo me dedicaba a sentir sus caricias, me encantaba como acariciaba así mi cabello, me hacían sentir muy relajado y me daban ganas de quedarme dormido, – ¿Y a ti? ¿Cómo te fue? – pregunté mirando su rostro aún manchado por la pintura. – me ha ido bien tesoro, he estado jugando un poco más que antes – respondió con una leve sonrisa, él era un fanático de los videojuegos, le dedicaba las horas posibles a los videojuegos, si por mí fuera y tuviera el tiempo libre todos los días, podría acompañarlo a jugar un rato o incluso, a divertirnos un poco haciendo algún juego que sea de actividad física.
– Oh ya veo, entonces todo ha ido muy bien al respecto, además de que si he visto que has trabajado también aquí – le respondí de nuevo mientras volvía a mirar las paredes, – si me hubieras avisado a tiempo, pude haberte ayudado un poco corazón –. – lo sé, pero no quería que mi dulce pastelito se ensuciara de pintura – dijo mientras ponía su dedo índice en la punta de mi nariz, lo había mirado a los ojos, hasta que me había quedado perdido en su mirada, poco a poco nos íbamos acercando, estuvimos a punto de darnos un beso, hasta que ese momento fue interrumpido por mi teléfono diciendo que ya debía regresar a casa, – ¿Uh? Oh lo siento, debo irme... Es mi mamá, dice que hay que ayudarla en la limpieza – sonreí mientras me levantaba de la cama, el por lo que veo se quedaba con ganas de darme un beso, yo me acerque como pude y le di un beso rápido en sus labios y me despedí, – Adiós Honey, nos vemos luego – le respondí mientras me dirigía a mi casa.
Una vez llegando, escucho a mamá dándole a mis hermanos un sermón debido a que no habían ido a limpiar lo que les correspondía, yo al llegar me dediqué a limpiar mi habitación, acomodar todo lo que pude y listo, había terminado en menos de tiempo.
La noche calló, ya todos estaban dormidos, hasta que en ese momento, había recibido una llamada de alguien, era de mi dulce corazón, con emoción había respondido a su llamada, nos la pasamos horas y horas hablando, hasta que él lo notaba algo nervioso, – ¿Uhm? Cariño... ¿Sucede algo? Te noto algo nervioso – le pregunté mientras esperaba respuesta, – no es nada... Te lo diré después ¿Vale? – respondió mientras solo trataba de calmar sus nervios, en mi mente me hacía muchísimas preguntas de que estaba pasando con el, como sea, hice caso a lo que hice, tampoco quería incomodarlo demasiado o hacerlo que se pusiera todavía más nervioso, seguimos hablando por toda la noche, hasta caer rendido con la llamada aún activa, ambos habíamos quedado por completo dormidos. Era lo más maravilloso que pude experimentar, oír su respiración, me hacían sentir más seguro de mí mismo.Al poco tiempo, empecé a soñar, esta vez, era un sueño un tanto raro, yo estaba mirando a dos niñas algo pequeñas, y al voltear a ver, ví a una figura masculina caminando hacia mi, al verle el rostro, era el de Stewart, todo este tiempo me han dicho que Stewart es alguien que si vale la pena, – Ya llevamos nuestros 5 años de casados – me dijo con una gran sonrisa, yo sonreí y bese sus labios mientras las niñas solo miraban y aplaudían emocionadas. – te dije que nunca te iba a dejar y eso haré, hasta la muerte – me respondió mientras yo solo sonreía y lo abrazaba, esta vez había despertado algo sonrojado, mirando hacia los lados, – Gracias por llegar a mi vida tesoro... – respondí mientras cerraba los ojos y me volví a acostar, esta vez con una sonrisa dibujada en mi rostro.
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Las nubes de la depresión
De Todo¿Qué harías, si tuvieras que cargar siempre con una gran nube de tristeza encima de ti? bueno... eso es lo que veremos aquí, Un chico llamado Josué, tiene que lidiar con la depresión, es algo difícil de tratar, ya que lo pueden provocar tanto sus co...