Cap. 13 el pasar del tiempo

2 1 0
                                    

Paso mucho tiempo desde que volví a saber de Stewart, me sentí como si mi corazón se fuese de esta atmósfera a buscarlo por todas partes... Todo este tiempo me he sentido mucho mejor, ¿Que? ¿Que que le pasó a mi depresión? Pues bueno, conforme ha avanzado el tiempo, mi depresión ha ido disminuyendo, a tal grado de que ya no suelo sentir tristeza... Ahora lo único que si me da miedo, es perder a mi Stewart, recuerdo que desde que nos juramos amor eterno, no he dejado de repetirle que lo amo. Si lo sé, sé que suena muy irritante que digas que nunca lo dejaras... Pero yo hablaba muy en serio, en las relaciones que había tenido, siempre me jugaban que iban a estar conmigo, que me iban a amar siempre, que nunca me olvidarian, que siempre seré su mejor amor, ¡Patrañas! Eran puras palabras que te ablandaba el corazón para finalmente, dar una estocada para quebrantarlo y solo dejarte con ese dolor que duraría días, o meses.

Cómo sea, yo le decía siempre que lo amaba, el en cambio no se irritaba como los demás lo hacían conmigo, el era de los que me decía que también, y siempre iba a estar conmigo, era como si nuestras almas quisieran estar juntas, en vida y en muerte... Recuerdo que, al pasar de los meses, el me empezó a tratar mejor y más amoroso conforme pasaban los días, esos "te amo y siempre lo haré", esos apodos como "príncipe" "Bombón" "Nene" "Bebé" eran lo que más me ponía rojo de la emoción, sus besos eran como encontrar la felicidad y el calmante para el estrés, sus abrazos eran los que decían un "Nunca te soltaré" era perfecto... Al pasar de los meses, festejabamos nuestros meses juntos.

El primer mes me hizo feliz hablando conmigo todo el día.
El segundo mes, me dedicó amor puro y abrazos.
El tercero me dedico una hermosa historia de nosotros dos y cómo fue cambiando todo.
El cuarto me dedicó un sin fin de poesía, y una hermosa canción.
El quinto me dedicó un día entero a el, hablando de cómo nos fue y divirtiéndonos como nunca antes.
El sexto me habló de que estaba viendo un futuro conmigo y nuestra familia.
El séptimo se quedó impactado y me dedicó una llamada debido ya que no estaba en casa.
El octavo me dedicó un sin fin de cartas y frases que me dejaban el corazón derretido.
El noveno me consoló debido a que me sentía mal al contarle de cuán fríos eran mis ex cuando seguía con ellos... "Ahora estoy yo y te haré feliz" fueron sus palabras mientras me abrazaba.
El décimo estuvimos viendo un día para poder hablar los dos solitos, y conocer más a su "hija" adoptiva.
El onceavo me hizo feliz diciéndome que yo era la razón más especial de que el fuera feliz y del porque se enamoró de mi, y que siempre estaría conmigo.
Y el doceavo, fue cuando me abrazo con fuerza y me dijo "feliz primer y futuros aniversarios contigo nene".

- Eres todo un amor. Eres el mejor, nunca me dejes en serio, nunca nunca - le dije mientras empezaba a llorar y mirarlo con una gran sonrisa. - Shhh~ yo siempre te voy a querer y estar contigo amor... No llores, no quiero que esa carita tan adorable que tienes, se vea arruinada por unas lágrimas - dijo mientras pasaba su dedo pulgar para limpiar mis lágrimas y solo juntar nuestras frentes. - siempre voy a estar contigo en las buenas y en las malas amor, siempre te querré y siempre lo haré. - respondió nuevamente mientras me miraba a los ojos dándome un beso lleno de felicidad y dulzura, sus labios tan suaves y hermosos me hacían sentir un sin fin de sentimientos, me hacían sentir que tocaba el cielo. - Después de todo si tenías razón querido, el amor no tiene género - le respondí mientras sonreía dejando de llorar. - Jaja, te amo Josué, - me respondió mientras tomaba mis mejillas con suavidad y las pellizcaba suavemente.

A decir verdad, nunca he estado acostumbrado a que me pellizcaran las mejillas, ya que me causa dolor o simplemente me pone de los nervios, pero lo hacía de manera suave e incluso, me hacía reír y le decía que no se detuviera. Por último, recuerdo que puso una canción que me dedico hace más de 8 meses. Saco su teléfono, reprodujo esa canción, la dejo en la mesa y solo me abrazaba mientras sonaba esa canción, veía como movía sus labios al ritmo del cantante, me encantaba verlo así.

Las nubes de la depresiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora