10

3.1K 421 155
                                    


Y sentí el sabor de sus labios tocando los míos.

La sensación que me invadió fue tan extrañamente sublime que no me quedó otra opción que aterrarme ante esa calidez desconcertante. Tal vez sentía que me gustaba un poco, más bien no me desagrada del todo, pero lo cierto es que me producía cierta incomodidad saber quién era el dueño de esos acolchonados labios, a quien pertenecían esas grandes manos que acariciaban mis mejillas con vehemencia, y a quien, por poco, le estaba correspondiendo de igual forma la suavidad de un dulce beso.

Era mí maldito mejor amigo.

➡    ⏲    ➡


Suspiré con resignación, limpiando con la manga de mí campera el fino hilo de sangre que caía desde mí labio inferior.

Parecía que el mundo se había detenido frente a mis ojos. Los pasillos estaban invadidos por la oscura soledad, tan silenciosa que solo dejaba escuchar la suela de mis zapatos al caminar y el vago arrastrar de mí mochila por el suelo. Mí cuerpo probablemente esté lleno de gruesas pinceladas violáceas, y mí rostro se encontraba en las ruinas. Era tan ardiente la sensación de dolor que cada paso parecía ser el fin, que cada uno era el último antes de que acabara desplomado en el piso y quedará ahí hasta que uno de los directivos me encontrara.

Pero sé que alguien me está esperando afuera, por eso es que aún intento continuar hasta la puerta de salida.

TaeHyung.

Oh joder, no.

Esa voz, esa maldita voz que me instó a detener mí andar cuando ya estaba cerca mí destino. Sé que él se encuentra a mis espaldas, como también sé que no tengo ganas de girarme a ver su cara. Así que, jadeante, apoye una mano en la pared y me quedé ahí, sintiendo como cada zona afectada por un golpe se adormecia.

—TaeHyung, te dije que no te metieras en esto.

Sonreí con la furia conteniendose dentro de mí boca. Si ese maldito supiera que hace años estoy metido en esto y que por eso ahora la estoy pagando.

—¿No quieres irte con tu novia?— pregunté divertido, evitando el tema mientras arrastraba la espalda por la pared hasta acabar sentado en el suelo— ¿Hm, JungKook?

Lo sentí caminar hacia mí, y fue cuando se agachó a un lado mío que me digne a observarlo a la cara. Sus oscuros ojos me miraban con dureza, como si me apretujara con ellos. Y yo solo seguía ahí, sonriendo y borrando el rastro de sangre que había en mí rostro por segunda vez. Nos quedamos en silencio, analizandonos el uno al otro. No tarde en reírme con extrañeza.

—Gracias al pedazo de paliza que me dieron siento que hasta puedo ver estrellas en el techo, ¿recuerdas?, unas más brillantes que otras— Jeon alzó una ceja con la expresión en blanco y aún así no abrió la boca, solo sujeto mí mentón entre sus dedos y me corrió la cara hacia un lado, seguramente viendo el moretón que habia quedado en mí mejilla, lo tomé de la muñeca para detener su acción—. Dime JungKook, ¿cuándo dejé de brillar yo?

Lo ví parpadear y de pronto su rostro serio pasó a uno mínimamente perplejo, incrédulo.

—Estas diciendo tonterías, vamos, te llevaré a la enfermería.

—¿No estás cansado de esto?, ¿No quieres regresar conmigo?— jale de la tela de su abrigo, observando como sus ojos evitaban mirarme.

Tal vez si estaba soltando tonterías, pero entiendan, mí cabeza fue golpeada contra la pared varias veces.

—Se que sabes quién me hizo esto, JungKook, ¿tu querías que me hicieran esto?, Mírame, soy un desastre, fue incluso peor que la paliza que tú me diste.

—Basta TaeHyung. . .

Las suelas de unos botines empezaron a retumbar por las paredes del pasillo, y pronto pude ver cómo HoSeok se acercaba preocupado. Mí mejor amigo se detuvo cuando lo vió a él, y luego me miró a mí, frunciendo las cejas en un claro signo de furia.

—¿Qué demonios le has hecho Jeon?

⬅    ⏲    ⬅


Sus cabellos castaños se mecieron con el fuerte soplar del viento, mientras él se quedaba parado en el porche de aquella gran casa con la duda pintandolo de arriba a abajo. Su mano hecha puño se elevó con lentitud, acercándose a la madera de la puerta y luego dando unos ligeros golpesitos en ella. Se quedó esperando con paciencia a que alguien abriera.

—Esto es una mierda, ya no lo soporto más, ¿por qué a mí?, dímelo, ¡¿por qué demonios me hacen esto a mí?!

Se giró sobre su hombro completamente perplejo al oír ese llanto tan desesperado con esa voz tan conocida para él. Observó por el rabillo del ojo como los dos muchachos caminaban por la acera a paso lento, uno de ellos ensuciado con pintura mezclada con lo que parecía ser huevo y la cáscara de este. El otro, al que se le caían un par de lágrimas, lo abrazó sin importarle que pudiera manchar sus ropas, e inevitablemente, sintió como los celos lo carcomian por dentro.

—Deja de llorar, por favor, ya no soy capaz de verte así sabiendo que no puedo hacer nada, JungKook.

—Es mí maldito cumpleaños, Hobi, desearía que no fuera así, desearía no haber nacido nunca, ustedes en cualquier momento también se cansarán de mí y se irán, como ha hecho TaeHyung.

Cuando escuchó su nombre se giró por completo con sorpresa, llamando la atención de uno de ellos. HoSeok lo escuadriñó con la mirada, asegurándose con aquel abrazo de que JungKook se quedará de espaldas y no se diera cuenta de su presencia.

—Nosotros no te dejaremos de lado, no somos como ese bastardo— escupió el muchacho a propósito, y tras darle unas palmaditas en la espalda lo tomó de la muñeca, empezando a caminar nuevamente—. Sigamos.

TaeHyung quiso ir detrás de ellos, detrás de él. Adolorido por lo que acababa de escuchar dió un ligero paso hacia las pequeñas escaleras, viendo cómo HoSeok aún lo observaba con disimulo, negando con la cabeza.

—Oh, TaeHyung, ¿qué te trae por aquí, hijo?, mí niña no está en casa— escuchó la grave voz del adulto a sus espaldas.

Carraspeó y se volteó con la mirada seria, dejando que JungKook se marchara. Soltó un pequeño suspiro antes de contestar, primero debía acabar con esto, luego iría a buscarlo.

—Señor Park, no vine a buscarla a ella.

—¿Entonces?

Vine a hablar con usted.




.

.

.

.

.

.

.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sin motivos para odiarme »KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora