Dαɴcιɴɢ ιɴ тнe Mooɴlιɢнт [Tнree Sнoт]

Pᴀʀᴛᴇ ᴛʀᴇs

Para suerte de ambos, lograron controlar sus nervios y emoción pudiendo dormir las horas suficiente para un adolescente.

Es tarde fue caótica para uno y relajante para el otro.

Por un lado, Hipo debió buscar y encontrar a Chimuelo. El animal quedó embobado con una gata blanca de ojos celestes. Causando que se escapé toda la tarde y no responda a los llamados de su dueño.

Al llegar a las 18:30 a su casa, casi se arranca los pelos de su cabeza. Se dió una ducha rápida, vistió y apenas logró secarse el pelo para llegar a tiempo.

En cambió, Astrid tres horas antes de lo pautado se dió un baño de espuma. Seco y peinó su cabello. Se maquillo levemente y vistió.

Su vestido era de color azul marino. Sus hombros estaban al descubierto también cómo su pierna derecha y su cintura envuelta por un cinturón del mismo color que la ropa. Era algo ajustado, pero valía la pena.

Media hora antes estaba lista para comenzar su gran noche.

Escucho el timbre. Se fijó la hora y justo marcaba las 19:00. Está vez no se tardó.

–Buenas noches Milady. ¿Está preparada para una velada maravillosa?– El castaño hizo una reverencia. Ella se sonrojó y miro a otro lado.

–Solo... Vámonos de aquí.– Cerró la puerta de su casa y se encaminó a su escuela, seguida del contrario.

–Oye Astrid. Solo espera. Debo darte algo.– La intentó detener él.

–¿Ah sí? ¿Que cosa?– Detuvo su caminar, mirándolo curiosa. Hipo no emitió ninguna palabra. De su bolsillo trasero sacó la orquídea. Al tener un elástico se la colocó en la muñeca.

–Hace juego con la mía.– Le señaló el bolsillo, donde reposaba la flor.

–Gracias.– La rubia sonrio. Paso su brazo alrededor del brazo del chico.– Ya casi estamos cerca. Deberiamos entrar de esta forma.–

–No puedo creer que la chica más popular y hermosa de la escuela quiere entrar conmigo a si– Penso Hipo no creyendo lo que sucedia.