Parte 1. Capítulo 10: Una Mañana en el Supermercado

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El sábado a la mañana me desperté como a eso de las 8 AM. No podía dormir más. El dolor de la pelea del día anterior ya había pasado más. El Sr. Tawny en su forma de gato estaba durmiendo a mis pies y, aunque yo me levanté, el siguió durmiendo. Freddy también seguía dormido y no quise despertarlo, así que silenciosamente fui al baño a cepillarme los dientes y luego bajé de desayunar.  En el comedor solamente estaban Rosa y Víctor despiertos.

-¡Buenos días Billy!-me saludaron los dos al mismo tiempo.

-Buenos días.-les devolví el saludo-¿Dónde están los otros niños?

-Están todavía dormidos-me respondió Rosa.

-Los niños suelen despertarse tarde lo fines de semana-completó Víctor.

-Supongo que es lógico-respondí riendo.

-Ven cariño, acércate a desayunar. Tenemos waffles de banana con jalea de mapple, café y jugo de naranja. Sírvete lo que quieras y cuánto quieras, ¿entendido?-me dijo Rosa-¿aún quieres ir conmigo al supermercado después del desayuno?

-Sí, vamos-le respondí sirviéndome el desayuno.

-Magnífico.

El desayuno estuvo increíble. Me serví dos veces. Incluso hablé un tiempo con Rosa y Víctor. Después de desayunar todo, subí a cambiarme para ir al supermercado. Me cambié en silencio ya que tanto Freddy como el Sr. Tawny seguían sin despertarse. ¿Cómo podían dormir tanto?

Al bajar, Rosa ya estaba esperándome en la puerta.

-¿Listo?-me preguntó.

-Listo-respondí.

-En ese caso, vamos al auto.

Nos despedimos de Víctor y fuimos al supermercado. La idea era comprar lo que fuera necesario para la semana.

-Normalmente aprovecho los sábados para venir a hacer las compras, Billy.-me explicó Rosa-Es el día que más tiempo libre tengo.

Agarré el carrito y empezamos a pasear por los pasillos. Algunas de las cosas que compramos fueron: cereal, café, leche, jugo, azúcar, frutas, pollo, carne, arroz; en fin, comida y cosas para el hogar.

-Siéntete libre de agarrar lo que quieras y te lo compraré-me dijo en cierto momento.

-Gracias, iré a buscar algo-respondí.

Wow. Ninguna de mis madres adoptivas anteriores me había tratado así. A decir verdad, sentí que algunas de mis familias adoptivas me tenían por obligación, no porque me quisieran de verdad. Revisé las estanterías por algo que quisiera. Al final, compré dos barras de chocolate. Una para mí, y otra para Freddy.

-Billy, ¿no se te antoja un poco de helado?-me preguntó Rosa después de pagar todas las compras.

-¿Alguna vez es mal tiempo para uno?-le respondí sonriendo.

-Jajajaja, bien dicho, allí hay una heladería; vamos, yo invito.

Nos sentamos en la heladería y Rosa compró los conos de helado. Yo pedí de chocolate y menta, ella pidió el suyo de vainilla y fresas.

-Freddy me comentó algo de que hoy a la noche saldrías con alguien, ¿no?-empezó.

Gracias Freddy.

-Sí, de hecho saldré con una compañera de clases.

-¡Eso es grandioso Billy! Me alegra de que ya estés haciendo algunos amigos.

-Sí, yo también me alegro.

-Y ¿qué tal todo por la casa hasta el momento? ¿Te estás adaptando?

-Estoy bien. Intento adaptarme.

-Eso es bueno. He observado que pasas mucho el tiempo con Freddy.

-Sí. Supongo que Freddy es con el que más rápido me he adaptado. ¿Quién no lo haría?

-Jajajaja, sí, sí. Freddy es algo hablador, tiene un muy buen corazón. Aunque, ¿sabes algo? Fue uno de los que más tiempo tardó en abrirse a nosotros.

-¿En serio?-Freddy ya me había dicho que tardó en acostumbrarse, pero no que fue uno de los que más tardó.

-Sí. Freddy había vivido mucho tiempo con sus padres. Al perderlos, quedó destrozado. Es por esto que no nos aceptaba al principio. Es más, se ocultaba y trataba de escapar. Normalmente escapaba al cementerio, Víctor y yo lo encontramos varias veces allí, frente a la tumba de sus padres. Es más duro ganarte el corazón de un niño que ha vivido ya con sus padres, pero después de un tiempo, Freddy comenzó a aceptarnos.

-¿Cómo lo hicieron?

-De a pequeños pasos. Empezando por demostrarle que estaríamos ahí para él cuando lo necesitase, consolándolo cuando se sentía mal, dándole a entender que no buscábamos reemplazar a sus padres, sino darle lo mejor. Eventualmente, él cedió y nos comenzó a llamar mamá y papá.

Nos quedamos un rato en silencio, luego siguió hablando.

-Y eso es lo que quiero decirte Billy. Víctor y yo no buscamos reemplazar a tu madre. Solo queremos que te sientas en tu casa y que sientas que puedes confiar en nosotros. Nosotros estaremos ahí cuando lo necesites al igual que Freddy, Mary y todos los otros niños; pero no te apresures, cuando estés listo. Ten esto siempre en mente, cuando necesites algo o quieras hablar con alguien, no importa el lugar o el día o la hora, puedes hablar con nosotros. ¿Entendido?

-Entendido. Gracias Rosa. En verdad, gracias y... perdona si hasta ahora he estado algo distante.

-Todos pasamos por eso Billy, no hay nada de qué disculparse. Entendemos a la perfección.

Al terminar de tomar nuestros helados, nos dirigimos al estacionamiento y volvimos a la casa. En el camino me puse a pensar en todo lo que Rosa me había dicho. Me había hecho sentir bien. Se notaba que quería que me sintiera cómodo con ellos, se notaba que se preocupaban por mí; no había sentido eso en ninguno de los otros hogares en los que estuve. Tal vez, los Vásquez no eran tan malo después de todo. Tal vez podría ser feliz con ellos.

Cuando llegamos a la casa ayudé a Rosa a guardar las cosas y después subí a mi habitación. Freddy ya estaba despierto, pero estaba en su cama con su celular y el gato Sr. Tawny en su regazo.

-Al fin llegaste, ¿por qué tardaste tanto? ¿Hiciste un tour por el supermercado?-me preguntó

-Te traje chocolate-le respondí mostrándoselo.

Shazam! La Historia de Billy BatsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora