Parte 1. Capítulo 15: Un Niño Rechazado

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Dr. Sivana

Siempre he tenido una obsesión con la magia. He dedicado toda mi vida y todo mi trabajo en encontrar pruebas de la existencia de la magia, de que hay fuerzas que mueven este mundo y otros. Me han llamado loco, demente, perdedor, me han rechazado tantas veces; pero no por eso desistí de mi objetivo. Ese es, después de todo, el trabajo de un científico.

Todo comenzó una fría noche de diciembre de 1974, tenía 10 años. Estaba viajando con mi padre y mi hermano mayor Sid al interior, a la casa de mis abuelos para pasar la Navidad. Era una época difícil para mí, hace tan solo unos meses atrás había perdido a mi madre; había fallecido de cáncer, ella era la única en toda mi familia que en verdad me comprendía. Con mi hermano y mi padre era distinto, me sentía menospreciado a cada instante por ellos. Papá quería hacerme un hombre, pero lo hacía de la manera incorrecta, me regañaba cada momento: nada de lo que hacía parecía gustarle. Con Sid, básicamente él era un imbécil y siempre que podía, me hacía la vida imposible.

Esa noche, mientras estábamos en la carretera, comencé a jugar con una bola de adivinanzas que había llevado para el viaje. Yo iba en el asiento trasero del auto, Sid iba al lado de mi padre, que iba manejando.

En un momento, Sid me quitó mi juguete de las manos.

-¡Oye, devuélvemelo!-le grité.

-No seas llorón Thad-me respondió. Siempre odié que me llamaran así.

-¡Papá!-pedí ayuda a mi padre.

-Thad, ya deja de llorar. Tu hermano solo está viéndolo. Además, creo haberte dicho que nada de juguetes-respondió secamente.

-Ya oíste llorón-dijo Sid de nuevo devolviéndome mi bola.

Fue en ese momento que las cosas extrañas comenzaron a suceder. En mi bola de repente comenzaron a aparecer unos extraños símbolos.

-Ya la rompiste-levanté la cabeza para reclamárselo a Sid.

Entonces me di cuenta de que Sid y mi padre habían desaparecido. De repente estaba solo en el auto, y este comenzó a acelerar cada vez más rápido. Recuero sentirme muy asustado.

Cuando ya daba por hecho que iba a morir, el auto se detuvo. Después de meditarlo un tiempo, salí de él y me encontré en una especie de cueva.

-¿Hola?-llamé. Nadie contestó.

A lo lejos logré divisar una luz, comencé a caminar hacia ella; no mucho después, me encontré frente a un largo pasillo. En la entrada del pasillo había una vitrina, adentro de ella estaba un gusano, recuerdo que ese gusano me pareció bastante interesante, sin razón alguna; a la izquierda del pasillo habían siete estatuas de piedra con apariencia de monstruos; a la derecha, no había nada, excepto una extraña bola azul brillante; al fondo del pasillo estaba un hombre anciano con una túnica roja que tenía un rayo amarillo en el centro y un cetro con luz azul en la punta. El anciano estaba sentado en una especie de trono de piedra, habían siete en total, pero solo una persona.

-Thaddeus Sivana.-me llamó-Te he convocado aquí hoy porque te he elegido como mi campeón.

Recuerdo haberle preguntado qué significaba eso. El anciano, que me dijo era un mago, me contó una historia de un consejo de magos y de siete pecados capitales; me dijo que yo heredaría sus poderes, pero antes, tenía que probar ser puro de corazón.

De pronto, las estatuas de la izquierda, que parecían completamente inanimadas, comenzaron a brillarles los ojos y a hablarme, me decían que agarrase la bola azul que estaba a mi costado. Ellos la llamaron el Ojo del Pecado. Cuando miré el ojo, me sentí inmediatamente atraído por él; sentía que me hablaba, me prometía poder, tanto poder para que nunca más nadie me intimidase; ni mi familia, ni nadie. En esa cueva, viendo a ese Ojo del Pecado, tuve una visión; me vi a mi mismo gobernando mi mundo, teniendo el respeto de todos.

Shazam! La Historia de Billy BatsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora