cap 11: this is fucked up

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TN POV
Entonces exploté, pero ninguna palabra salió de mi boca, pues mis poderes habían salido a relucir antes de que él dijera algo. Y pasó, de nuevo. Objetos flotando, media ciudad sin luz.. pero algo se sentía distinto a la última vez. Como si de verdad estuviera aceptando mis poderes, pero mis pensamientos solo estaban dirigidos a Diego. Mi Diego.

Pero al mismo tiempo estaba en lo correcto, esta vez mis poderes salieron con más fuerza, con más dolor y tristeza. Es lo que pasa cuándo te enamoras sin remedio de alguien, la primera vez que salgo al mundo real soy traicionada, pero, ¿Qué esperaba realmente de él?

Cierro los ojos con más fuerza, levanto los objetos tanto que tocan el techo, hasta que escucho una risita. Una jodida risita que me molestó en lo más profundo de mi alma. Cinco y Klaus me miraban aturdidos, pero especialmente Cinco era el que me miraba con atención. Frené mis poderes en seco y sorprendentemente sigo en pie, sin un signo de cansancio.

Toda la casa estaba hecha mierda, como la familia Hargreeves. Miré a Cinco esperando una respuesta, pero en cambio unos brazos fuertes me abrazan por la espalda. —Te dije que sólo reaccionaría si te utilizabamos de excusa, Diego— dice Klaus. Volteo a ver a Diego con odio. —Perdón..— dice él latino, tratando de besarme, pero lo empujo al otro extremo de la habitación, dejando un hueco en la pared.

—Al carajo— me fui, dejando boquiabiertos a todos, pero en la puerta, decidí pedirle un favor a Klaus. Me paré enfrente de él, con una mirada aterradora. Él tragó saliva. —Vamos a emborracharnos, Klaus.— fue ahí cuando su rostro se llenó de calma. —Lo que pidas, my lady.— puso su brazo enfrente mío y yo lo tomé. Ví de reojo como Diego tenía la boca abierta en sorpresa con unas gotitas de sangre en su boca y tuve una pequeña sensación satisfactoria. Él se merece sufrir, aunque sea por un ratito pequeño.

•••••
Ahí estabamos. Él y yo, o bueno, Klaus, Ben y yo. Él no paraba de decirme lo que Ben hablaba sobre mí, decía que estaba hermosa, que era muy inteligente, y bla, bla, bla. La verdad, no me molestaba nada escuchar las dulces palabras de él, pero prefería que salieran de la boca de Diego, pero no puse objeción.

Hubo un punto, en que era tan tarde en la noche, que quedábamos sólo Klaus y yo en el bar, con un fuerte olor a cigarrillo y alcohol inundando nuestras narices, obviamente. —Sabes.. tus labios se ven extraordinariamente deliciosos, _____— Klaus parecía estar borracho hasta las entrañas, pero parecía mantener un pequeño margen de sobriedad.

—¿Eso es lo que dijo Ben?— respondí riendo, tratando de deshacer la tensión sexual que estaba provocando Klaus en mí. —No pero.. oh, _______, si supieras que tantas cosas pienso de tí— él le da una calada a su cigarrillo. —¿Qué esperas, Klaus? Diego no está aquí— me mordí el labio. Klaus apagó su cigarrillo en el cenicero, dándome una mirada seria, sorprendente en alguien tan infantil como él —No puedo hacerle eso a Diego, sé que mi ética es casi inexistente, pero no puedo—

—Pues yo sí—dije y me abalanzé sobre él. Devoré sus labios como pude (son sorprendentemente suaves) pero el alcohol me ganó, por lo que me caí en los brazos de Klaus, con un cansancio horrible. Pero antes de quedarme totalmente dormida, sentí los labios de Klaus sobre los míos, otra vez.

—Perdóname Diego, perdóname ______. Perdóname, Dave...— y hasta ahí quedó mi conciencia, en el arrepentimiento de Klaus hacia un tal Dave. Vaya noche que tuve y vaya día que me espera mañana.

The umbrella girl • Diego HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora