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A veces, Erick odia tanto ser tan intuitivo.

Su mal presentimiento, era correcto. Joel estaba saliendo con otra persona.

De tan solo volver a pensarlo su corazón le dolía.

Respirando profundamente, el ojiverde se acomodó mejor en su cama, ya con su pijama mientras que cambiaba de canal, esperando poder encontrar algún bien programa.

El show que habían dado fue increíble y como todos los conciertos super cansador.

Con la mirada baja, Erick prestó atención a la película que se reproducía. No era fanático de los zombies, pero al parecer Resident Evil era la única buena opción.

Un ruido fuera de la habitación, lo hizo paralizarse. Alguien intentaba abrir la puerta que estaba con seguro.

Miles de pensamientos se atrevesaron en su mente, y solo dos cosas eran lógicas. El primero llamar a Kevin, y el segundo tomar algo, abrir la puerta y golpear hasta matar a la persona.

Con cuidado se levantó y tomó la lámpara que reposaba en la mesita junto a la cama, con paso lento se acercó hasta la puerta. Le quitó el seguro y la abrió lo más rápido que pudo.

—¡Ahh!

—¡Ahh!

Ambos gritaron.

Calmando su respiración, Erick dejo la lámpara a un costado de la puerta para posteriormente observar al rizado que estaba enfrente suyo.

—¿Q-que haces aquí?—logro formular antes de que su voz le fallara, Joel lo ponía demasiado nervioso.

—Yo..., No tenía nada que hacer y...—se rasco la nuca nervioso.

—No me importa, vete—dijo Erick. Si Joel lo ignoraba, Excelente, no podía venir cada ves que le dé la gana y jugar con sus sentimientos como si no importaran.

—No, espera...—sujeto la puerta impidiendo que el cubano la cerrará. Suspiro y se armo de valor—Te extraño.

El corazón de Erick comenzó a latir fuertemente de nuevo, sintió su cara enrojecer y su respiración a acelerarse.

Joel seguía causando los mismos estragos en su interior, igual después de tanto tiempo.

—¿Que?—escupio después de un largo silencio.

—Te necesito...

—No mientas—lo callo—No soy idiota, Joel. Ya me han dicho que estás saliendo con alguien, no puedes venir cada vez que tengas tus cambios y transtornos de bipolaridad, porque no es justo y...

Su discurso fue callado, cuando los labios del rizado tocaron los suyos. Las fuertes manos, adornadas de anillos tomando su rostro lo descolocaron, mandando su parte racional muy lejos y haciendo que el Erick estúpido tomase el control.

Con pasos torpes retrocedió hasta, que escucho como la puerta está cerrada, y posteriormente su espalda estaba tocando una superficie blanda.

El fuerte cuerpo encima suyo lo tenía extasiado, respirando pesadamente se separó de la boca del mexicano, aturdido y preguntándose, si esto era realmente verdad o solo era otro de sus sueños en donde soñaba con el pasado que había tenido con Joel, sus momentos felices y divertidos, cuando nadie interrumpía y solo importaban ellos dos.

Sus ojos se entrecerraron cuando el chico encima suyo, rozo sus labios. Tentandolo.

Con un suspiro atrapó su labio superior hablándolo y abrazando su cuello.

Las manos de Joel recorrieron su torso hasta quitar su pantalón de pijama. La única ropa que llevaba puesta.

Se sintió cohibido, pues hace mucho ya no lo veía así. Sentía que tal vez su cuerpo ya no era tan bonito como antes.

Volvió a conectarse con aquella mirada chocolate tan intensa que lo debilitaba y sintió un fuerte dolor en el pecho al ver la forma en la que lo miraba.

Realmente podía ver amor en sus ojos, podía verlo. Podía sentir tanto dolor, tanto anhelo y se perdió.

Se perdió en la suave piel del mexicano, despojando cada ropa hasta que ambos quedaron expuestos, piel contra piel.

Jadeando.

Un gemido bajo, salió de su garganta cuando sintió el primer dedo invadiendolo, hace mucho ya no lo tenía allí. Dolería.

El segundo ya no dolió.

Su respiración se aceleró aún más cuando sintió la cabeza del pene del rizado, reemplazando los dedos.

Levanto la mirada y observo al chico encima suyo, jadeando mientras se iba introduciendo más en él. Con una de sus manos tomo su mentón y beso sus labios lentamente.

Disfrutando de ellos, teniendo miedo de hacerlo muy fuerte, temiendo de que todo esto solo fuese un espejismo, una ilusión.

El rizado comenzó con un lento vaiven, bombeando dentro y fuera del chico, quitándole gemidos y jadeos.

Tocó toda la piel a su disposición, y beso cada rincón de su rostro. Adorando cada una de las facciones del ojiverde.

Desde sus hermosos ojos, su nariz tierna, y su boca rosada y bonita.

El era bonito.

El concepto perfecto de belleza para el, su sonrisa, su voz. Lo era todo.

Y ahora quería demostrarselo haciendole el amor.

Acelero sus movimientos, tensandose. Sintió como Erick se descargó entre sus cuerpos con un largo gemido.

Con cuidado tomo sus caderas y acelero sus movimientos mientras se corría con un gruñido siendo arrancando de su garganta.

Al bajar de aquella nube producida por el orgasmo, cayó rendido sobre el cuerpo del ojiverde. Disfrutando de su olor y de saber que lo volvió a tener entre sus brazos.

Pretend [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora