Capitulo 3

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El noticiero en el que ella presentaba el pronóstico termino un poco después de la una de la tarde. Hacía tiempo que venía insistiéndole a Peter para que la cambiara a la sesión nocturna, pero el gerente hacia oídos sordos a su petición. Quizá porque tenía el puesto reservado para alguien más. Para nadie era secreto que Debora Bushell, su colega del prime time, tenía todos los privilegios porque era la amante de turno de Peter Lanzani. Cuando ella había llegado a trabajar a KTVC, la rubia ya presentaba la previsión meteorológica y Oriana sintió de inmediato su hostilidad. No sabía si era porque podía quitarle su puesto de trabajo o la atención de Peter.

Oriana ni siquiera veía a Peter Lanzani como hombre. Para ella, el gerente cuarentón era solo su jefe, nada más. Prefería mantenerlo a raya porque durante su primera temporada en la cadena se le había insinuado unas cuantas veces. Afortunadamente, había desistido cuando comprendió que Oriana era un hueso duro de roer.

-¿Cansada?

Oriana dejo los papeles que religiosamente le llegaban cada mañana desde el servicio meteorológico y miro a Francisco Stoessel, el conductor principal del noticiero.

-Un poco –respondió con una sonrisa.

Francisco entro en el diminuto camerino que le había sido asignado a Oriana desde el día en que piso por primera vez la KTVC y se sento a su lado.

-Te mereces tener tu espacio en la edición nocturna –le dijo aflojándose el nudo de la corbata-. Aunque te confieso que te extrañaría si te fueras.

Oriana no supo cómo manejar aquel comentario. Le agradaba Francisco, siempre era amable con ella y se encargaba de hacerla reirá cuando estaba agotada física y emocionalmente, como en ese momento. Lo  observo durante unos segundos; a su estilo era buen mozo. Cabello oscuro peinado desprolijamente y unos profundos ojos marrones. Sabía que estaba soltero y muchas andaban tras sus huesos. Sin embargo, a ella jamás le había atraído de esa manera. Le caía bien y se sentía a gusto a su lado, pero nada más, por lo que cada vez que el presentador trataba de ahondar en el terreno personal, ella se cubría las espaldas.

-Ambos sabemos que el puesto está ocupado y me temo  que será así por mucho tiempo –asevero Oriana dejando escapar un suspiro.

-¡A menos que el viejo zorro de Lanzani se canse de la adorable Debora y la eche de su cama y del noticiero!

Oriana dudaba de que alguna de esas dos cosas sucediera. Peter parecía  estar loco por la rubia y Debora era lo suficientemente inteligente como para conservar su sitio.

-Creo que mejor me voy –dijo Oriana poniéndose de pie. Dejo los papeles encima de una mesita junto a la puerta y espero a que Francisco  se fuera. Se hizo un silencio incomodo, porque estaba visto que él no planteaba irse aun.

-¿Te gustaría ir a almorzar? Conozco un restaurante italiano muy bueno y…

Oriana lo interrumpió. No tenía sentido dejar que continuara hablando.

-Hoy no, Francisco, estoy demasiado cansada –forzó una sonrisa-. Quizá en otra ocasión.

-Como quieras…- Francisco no tuvo más remedio que marcharse con el rabo entre las piernas una vez más. Esperaba que algun día Oriana aceptara salir con él. Le gustaba mucho y no era de la clase de hombres que se resigna fácilmente.

Cuando se quedo sola en su camerino se quito el exceso de maquillaje y se sirvió un vaso de agua mineral. No tenía planes ni para esa tarde ni para esa noche. Últimamente su idea de pasar un buen rato se resumía en tirarse en el sofá de su sala a disfrutar de alguna comedia romántica o leer una buena novela de suspenso. La especie masculina había quedado indefectiblemente relegada a un segundo plano de en su vida. Podía contar los amoríos que había tenido con los dedos de una mano y estaba segura de que le sobrarían un par. Tampoco tenía amigas; no de esas a las que les contas tu vida con pelos y señales. A veces pensaba que  su única amiga era la señora French, su vecina. SI seguía así, seguramente terminaría como ella: solterona y aficionada a la jardinería y a la costura. Bebió la última gota de agua y se recogió el cabello en una cola de caballo. Iría a su casa y dormiría una siesta. La necesitaba. Además, aun le dolía un poco la cabeza.

Hola! Perdón por no subir todos estos días. Este capítulo se lo dedique a Cande pos porque la adoro…disfruta pequeño saltamontes.

Cualquier duda o sugerencia a mi Twitter @tici_dance

Voten y comenten o un pandicornio las va a violar.

Repito..esta novela no es mia, ES ADAPTADA.

Besos y chocolates…PAZ!

Novela Orian - Susurros del mas alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora