Primera parte.

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Volviendo al pasado, recordando esa escena de la muerte del hijo mayor de Alexander.

¿Y si cambiamos el pasado para ver como seria el futuro?

La noche a pasado, la hora del duelo a llegado y cuatro jovenes bajo el manto de los rayos del sol se encuentran cruzando el rio en Jersey dispuesto a dar su vida en este duelo.

-¿Estas seguro de eso? Aún podemos negociar un tratado de paz-trató de convercer al ruloso con una mirada nerviosa, su padre dijo que el no habia hecho un duelo jamas en su vida ¡Nisiquiera presencio uno! Eso le preocupaba de sobremanera el futuro del menor.

El esta dispuesto a dar su vida por el, asi que estaria atento a cualquier indicio de trampa. Ya habia oido hablar de el señor Eacker y su mal conteo, asi que no se fiaria.

Alejó sus pensamientos preocupantes al sentir como Philip tomaba su mano y besaba el dorso de esta haciendole sonrojar ante esa acción.

Aunque ya no sean pareja su corazón seguia latiendo por él con tanta fuerza que le dolia el pecho, le dolia quererle, amarle y no poder demostrarselo por el orgullo que ganaba en ambos.

-Saldre vivo de esta, no te preocupes-sonrio divertido al ver las mejillas sonrojadas del contrario, Kyle jaló su mano hasta su pecho ante la verguenza, Philip rió un poco y le dio su testamento haciendo que Kyle lo mirara preocupado-No te preocupes, es por si acaso.

"¡Eso no me tranquiliza!" penso apretando un poco el testamento del chico viendolo avanzar hacia Eacker que solamente fruncio el ceño.

1... 2... 3...

Pudo ver como caminaban dandose la espalda, dando sus pasos hasta la muerte.

4... 5...

Se mordio el labio y volteo a ver el cielo por un momento, a pesar de que el sol esta en su explendor sentia un frio que le calaba los huesos y un escalofrio bajando por su espina dorsal haciendolo temblar. Dio un paso hacia adelante al ver la mirada de desespero de Eacker, temiendo lo peor.

6... 7..-

¿En qué momento...?

Eacker fue mas rapido que la visión de Kyle, tomó su arma y le disparó, disparó sin vacilar en el número siete.

Pero que hijo de puta.

Se escuchaba el eco que dejo la bala y el sonido de esta al entrar en el cuerpo de su persona amada.

Lo que vio despues hizo que su sangre se fuera a los pies, sus ojos se abrieran escandalizado y un grito de desespero salió de sus labios, llamando al moribundo cuerpo del chico.

-¡Philip!

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Alexander habia dejado de escribir cuando en un punto su pluma se habia roto por la presión que puso en ella.

Soltó un suspiro, cansado, talvez fue una señal divina para que vaya a descanzar, penso el un poco mas calmado pero con un pequeño dolor en su pecho, como un pequeño presentimiento que tuvo desde hace varias horas, desde que sus primeros hijos habian salido de su despacho para ese maldito duelo que definiria su futuro.

No esperaba que unos segundos despues su hijo menor, Alexander jr. abriera la puerta de su despacho con lagrimas desbordandose de los ojos.

Alexander corrio hacia el preocupado, el chico se habia vuelto todo un adolescente con todas las de la ley, alto de cabellos lacios como los de su madre, amarrados y colgando sobre sus hombros, ojos negros juguetones como alguna vez los tuvo en su juventud, cuando era tan solo un imigrante sin nada mas que su gran intelecto, ahora mostraban una tristesa desesperante, tomó a su hijo del rostro agachandolo un poco, acunando su rostro con sus manos con suavidad para que lo mirara a sus ojos, habia crecido mucho mas alto que el mismo, dandole un aspecto elegante como todo un Schuyler, a pesar de llevar el apellido Hamilton la sangre de su esposa dominaba en su cuarto hijo, sus pulgares limpiaban el rostro de su pequeño con preocupación.

Kyle Laurens.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora