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 Como iban a olvidar ese fatídico día que pasaron del extasis a la agonía en menos de un segundo. Fueron bajados de la nube más alta de un golpe seco, que los dejó sin aliento.

Cuando el sobre rojo fue tomando forma de una especie de boca humana la pareja se tomó de las manos sabiendo lo que iba a venir acontinuación.

La mente de Hermione iba a mil por hora tratando de encontrar sentido a todo aquello, tenía más de mil preguntas en su cerebro que estaba apunto de estallar.

Draco estaba muriendose por dentro, bajo su fachada de hombre de hielo era un cachorro asustado porque lo saquen de su paraíso.

Una voz resonó gruesa por toda la estancia

''Se requiere la reaparición pública de Draco Lucius Malfoy en el ministerio de magia a pedido del ministro de magía Kingsley Shacklebolt, la reunión tendrá lugar en el Ministerio de Magía en Whitehall, Londres, Inglaterra. El lunes primero de enero del dosmiltres a las 12:00 del mediodía se lo estará esperando en El Atrio para re-acomodar su deuda con el Ministerio de la Magia Universal a pedido de la señora Narcissa Malfoy.

Con mis mejores deseos Marcus Belby jefe del Departamento de Seguridad Mágica''

Ninguno de los dos habló, faltaban dos días. 

Esos dos días se la pasaron casi sin hablar, sabían lo que les esperaba. Draco intentó convercer a Hermione de no ir y seguir huyendo como lo habían estado haciendo hasta ahora, pero la castaña sacó a relucir su valentía gryffindor al querer ir de todas formas.

Y ahí se escontraban, apunto de partir hacía el Londres Muggle en su chimenea.

Se quedaron pasmados frente la misma y dejaron caer sus mascaras solo para mirarse por unos minutos, esas miradas transparentes que en momentos díficiles se dedicaban eran su conección más grande. 

— ¿Segura? — Preguntó Draco con la esperanza que decistiera a esa ídea que iba a llevar a su relación a una foza de suicidio.

— Segura — Respondió la leona con convicción y volviendo sus ojos a la chimenea. Sabía lo que les esperaba, tarde o temprano lo tenían que enfrentar después de todo amar a alguien no era algún pecado. 

Primero entró Draco ya que él era el menos buscado a comparación de Hermione, tomó los polvos flu y luego de dedicarle una mirada llena de sentimientos a su amada antes que una serie de llamas verdes lo absorvieran cuando menos se lo imaginó; Ya estaba en el ministerio.

Lo primero que vió fueron muchos flashes y miradas sobre él. 

Claro que idiota se dijo así  mismo como no lo pudo preveer, él era parte de unas de las familias de mortífagos más conocidas que Draco Malfoy volviera al mundo magico luego de estar exluído por cinco años era toda una novedad. En esos momentos frente a las cámaras su gesto se hizo más uraño y arrogante, odiaba a su castaña por ser tan insistente a venir, odiaba su valentía gryffindor y más cuando la usaba contra él. Pero como siempre se decían se odiaban con el mismo nivel del que se amaban.

Entre medio de todas las cámaras destingió a un hombre de su misma edad que hacía de lado a los periodistas y se abría paso hacía a él con gran facilidad.

— Bienvenido, Sr. Malfoy. Soy Marcus Belby jefe del Departamento de Seguridad Mágica pero creo que eso usted ya lo sabe. Si me acompaña podría acompañarlo hasta su reunión que está por empezar. — Dijo queriendo abarcar a Draco que aún no se había apartado de la boca de la chimenea principal de el ministerio.

Justo en el momento que iba a hablar por primera vez para decirle que podía ir solo y que se vaya a la mierda, una llamarada roja salió de donde hace momentos había venido él anunciando que una aparición se iba hacer.

El slytherin suspiró poniendo más rígida su postura y estiró su mano derecha hacía atrás donde se encontraba la chimenéa para tomar una mano fina y delicada de una cantaña de rizos rebeldes.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2014 ⏰

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Yin y yang. (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora