Situación: Conversacion grupal.
Tema: El que sea.
Pienso y pienso, qué pensar, qué decir o no decir, de qué manera. Pienso y re pienso y todos me dicen tenes que hacer las cosas sin pensarlas tanto. El peligro de las palabras ¿No lo saben? Mi lengua es una daga que con cada palabra te da en el punto más vulnerable. Y las reglas, las odiosas reglas, qué decir, cuándo y dónde y no las entiendo. Por eso pienso y re pienso y permanezco callada y nada ma viene a la mente ¿Seré estúpida?
Entonces, me doy cuenta. Nada ma interesa menos que estar ahi y sobretodo esa conversación. ¿Entonces por qué? ¿A quien le debo algo? Pienso. A nadie. ¿Entonces?
Plan 1: Decir algo lo suficientemente relevante para que los demas no crean que soy un ser mudo y que no me interesa integrar, pero no lo suficientemente maravilloso para que el debate se haga más largo.
Plan A: Simplemente quedarme callada porque el tema ni nadie me interesa de ahí, seguir en mis pensamientos, desear estar en mi cama y que toda esa gente sufra alguna enfermedad de la garganta que les impida el habla o la capacidad motriz o que mueran. Bueno, no decir eso último, solo quedarme callada y tranquila como me gusta estar ¿Por qué esforzarme?
Final: Cual sea que sean las variantes, igual voy a caer mal o bien, habrá gente que aplaudira mis comentarios, otros mi sinceridad, el punto es, no me interesa, asi que ¿Por que esforzarme si quisiera para ALGO? Quiero estar sola y ya.