✝Su mirada...

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Estaba en la sala de Fanny, era agradable, todas las paredes estaban pintadas de café claro, había muebles de color café oscuro y también había una gran ventana que daba al patio delantero que estaba podado y lleno de flores de colores brillantes.

Ambas mirábamos la televisión, más bien Fanny yo estaba atrapada en mi cabeza.

-¿Cam? –me llama Fanny a mi lado interrumpiendo mi pensar.

¿Cómo es que caminamos? ¿Cómo funciona?, pensé antes de que me interrumpiera, tenía tantas preguntas que quería con todo mi ser que tuvieran respuestas, las quería ¡Ya! Así ¡Ya!

No respondí a su llamado, solo hizo sonido con la garganta para que sepa que tenía mi atención, no la mire, mi mirada seguía clavada en la televisión.

¿Cómo es que llegamos aquí? ¿Qué hay más allá del cielo? ¿Bob Esponja existe?

-¡Cam! –me grita Fanny en el oído, pego un grito y me sobresalto.

-¡Fanny!

-Ya, ahora que tengo tú atención ¿por qué no jugamos a las escondidas?

-Fanny, sabes que no me gusta…..

-Vamos ándale, no seas mala –me ruega haciendo un puchero.

-Vamos, juguemos –me paro del sofá a regañadientes y me preparo para contar en una pared ahí mismo en la sala.

-Solo somos dos, no será divertido –se lamenta Fanny desde el sofá tocando su largo cabello rubio peinado con una trenza sencilla.

-Pues llama a tu hermano –le dije lo más razonable.

-¡Robert! –pego un grito la rubia, su hermano de doce años aparece como rayo en la sala, era muy protector con su hermana y conmigo.

-¿Qué? Donde está el peligro, que yo lo combato –dijo hecho el héroe en la entrada de la sala con una escoba como arma.

-No pasa nada, solo ven a jugar con nosotras –dije apoyada en la pared lista para contar.

-Okay –respondió y así empezó el juego.

Pasaron la horas y ya paso mi turno, los encontré a los dos fácilmente, después de mi siguió Fanny que fue la primera que encontré y a ella es la que le toca hora contar.

-¡¿Listos?! –grita Fanny desde la sala, yo entré en acción y trate de buscar un lugar apropiado, fui al ático pero recordé que me molestaba el polvo que me hacia estornudar como loca, fui a la cocina mas trate de ocultarme en una de las gavetas cerca del suelo pero estaba llena de ollas y otras cosas de cocina, pensé en los cuartos de Fanny más sabia que sería el primer lugar donde me buscaría, así que fui al cuarto del hermano.

Entrando a la habitación de Robert una mano me pata la boca apenas pisé el cuarto, un grito salió de mi boca al por el susto que tuve, un “shhhh” a mi espalda me hizo alarmarme. La persona que me tapo la boca cerró la puerta tras de mí.

-Soy yo, Cam, soy yo –la voz del hermano mayor de Fanny me calmó.

Es el hermano de Fanny, no es él, pensé para calmarme.

-Ven conmigo –me susurro cerca del oído, yo asentí y deje que me guiara al escondite que encontró para ambos.

El lugar donde me escondí con él fue su armario que era tamaño considerablemente grande y ancho para mi estatura y la suya, aunque él era más alto.

Me arrimé a la pared de al fondo del closet y me senté, Robert hizo lo mismo a mi lado.

Pasaron los minutos en silencio hasta que él lo rompió.

-Fanny me ha contado que te gusta un chico del vuestro curso –abrí los ojos al caer en cuanta que Fanny, mi mejor amiga, le haya contado a su hermano mi secreto que solo era entre las dos. –Tranquila, yo se lo saque.

-¿Cómo? –pregunté

-Le insistí. Sencillamente.

-¿Por qué?

-Porque quería ver si había algún idiota en el camino molestándome –me miro fijamente a los ojos, la intensidad con la que me miro a los ojos fue mucha así que aparte la mirada. Su mirada me demostraba algo que quise no explorar más.

-¿Cam? –hablo Robert tocando mi rodilla, yo con ojos abiertos asustada me parto de él.

-No, no me toques –le digo.

-Sabes que yo no te haría daño –con sus manos hacia adelante se acerca a mí y yo asustada retrocedo. –Cam… -hablo despacio con ojos dolidos.

Mi vista se nubló cada vez más, las lagrimas comenzaron a salir y para ocultarme utilice mis piernas y me mecí tratando de calmarme.

-Cam –me habló alarmado Robert al ver mi estado, trató de acercarse pero yo retrocedí, el igual avanzo y yo ya no pude retroceder, ya toqué la pared.

Se acerco más a mí y yo llore cada vez más, miedo, el miedo volvió.

El me abrazo y yo con todas mis fuerzas trate de zafarme. No quería que me tocara, comencé a temblar y sacudirme para liberarme.

-Suéltame, por favor, déjame en paz –dije gritando en su camisa golpeando su pecho para que me libere. El recuerdo de ese ser me atormentaba desde aquel día de diciembre, eso nunca se lo conté a alguien, y siempre en las noches soñaba con eso por eso tenía ojeras. También es una razón por la que no me gusta que me toquen.

-¡No! Soy yo, Cam, soy Robert, tu amigo que siempre está para ti en cualquier situación.

No me calmé, seguía convulsionando entre sus brazos hasta que pasando los minutos me calme con sus acaricias en mi cabello, me sentí mal cuando ya la razón volvió a mí, golpe a Robert, cuando él no tiene alguna culpa, el solo trataba de calmarme, me imaginé que pronto aparecería en su piel unos moretones por mi culpa.

-Lo siento –le dije ya calmada cerca de su pecho, aun seguía entre sus brazos, no pensaba moverme, se sentía bien ahí.

-No hace falta –me contesto sin dejar de mover sus dedos en mi cabeza.

-¿Porque haces esto? -pregunté.

-Porque te quiero.

Alce la mirada observé esos hermosos ojos azules iguales a los de su hermana, el no es un Ken, el tenía el cabello negro como petróleo.  Si, así de negro.

Su mirada me decia que lo que dijo era verdad.

Y yo no supe que responderle.

Los Pensamientos de una BI (CANCELADA por un tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora