-Alumnos, pueden retirarse –exclamó la profesora de inglés recogiendo sus cosas, entre los sonidos de mochilas, cosas cerrándose o guardando, yo hice lo mismo que ellos produciendo el mismo sonido con mis cosas. Por fin tocó la campana del recreo, hora donde los prisioneros pueden hacer lo que quieran, claro que tampoco pasándose de las manos como estar besándose hasta quedar como Dios te trajo al mundo, no, eso era una expulsión inmediata. Aunque siempre se las ingenia para hacerlo.
Apoyada en la banca de al lado de la Fanny esperé.
-Fanny, apúrate que quiero comprar un taco antes de que se acaben –me quejé por la lentitud nivel tortuga sobre la luna que tuvo parar solo guardar una pinches cosas.
-Deja de quejarte, si vas a alcanzar –mire como ella se agachaba más, quedando en cuatro.
-Fanny, ponte bien –tuve que toser un poco, mi voz se volvió ronca y no me gustaba para nada lo que me pasó.
-¿Te incomoda? –preguntó mirándome sobre su hombro, no mire hacia otro punto pero se me fue imposible cuando empezó a moverlo suavemente cerca de mis piernas casi rozando mis jeans. No sabía si era que ella lo hacía a propósito o sin su consentimiento.
-No, solo... –no pude continuar ya que se paró y me miraba con una sonrisa provocando que yo también lo hiciera. –Sabes, mejor vámonos –la tome del brazo jalando su cuerpo hacia afuera de esa aula.
Ambas caminamos hacia su taquilla ya que necesitaba dinero para el lunch.
-¿Y tu hermano? –le pregunté a su lado. Mire las fotos pegadas en la puerta, la mayoría eran de las dos. Sonreí como boba a las fotos.
-Yo que sé –contestó quitándole importancia.
-Si te volviste a pelear con él, no me eches tu furia a mí, solo quiero saber si va a venir –pregunté a la defensiva, ella con enojo cerro el casillero y me miro.
-¿Porque tanto interés en saber su paradero?
-Solo quiero saberlo.
-Pues no deberías.
-¿Eh? –en este punto de la discusión, nos mirábamos entre nosotras con enojo, ella tenía sus ojos entrecerrados y yo abiertos escandalizada.
-Olvídalo –cogió su mochila del piso y se fue alejando a paso enojado a vete a saber a donde fue. Hasta hoy no se a donde se dirigió la rubia.
-¡Cam! –escuché como exclamaban mi nombre, olvide lo de Fanny y me puse a buscar, me pare de puntitas para alcanzar ver entre la gente que caminaba al ser humano que me estaba llamando.
Me iba a girar y irme porque me era imposible ver entre tanta gente.
Este planeta ya esta sobre poblado, ¡Señores adultos, dejen de tener familia como si fueran conejos!
Una mano en mi muñeca llena de pulseras de telas y piolas, esa mano fue la que me detuvo impidiendo que me aleje.
-Hola Cam –empezó a hablar Robert cuando me volvió hacia él.
-Hola –la voz me salió apenas en un susurro, estuve muy nerviosa.
-Y ¿Qué onda?
Enserio..."¿Qué onda?" Felicidades Robert, arruinaste todo.
-Bien y tú.
Por favor, digan me que no hice eso, ¡Dios, que estúpida!
-Genial.
¡Y tú como pendejo me sigues el juego! ¡Dioses de allá arriba ayuden a este ser mundano!
Ambos nos quedamos en silencio y tampoco nos miramos, solo admiramos las cosas a nuestro alrededor, como aquella mosca que pasa volando sobre ese matón del colegio que atacaba verbalmente a una rubia que era Fanny... ¡¿Fanny?!
-Hoy te mueres maldito –camine decidida hacia aquel pelirrojo de tercero con nombre de Miguel, bonito nombre para un completo idiota.
Me lo acerque por detrás y de tirón lo aleje de Fanny, quien lloraba en el piso, al verla en ese estado la furia se transformo en ira pura tal diamante.
No sé de donde saque tanta fuerza, creo que de la ira y el odio que sentí por aquel idiota.
Lo solté y le susurré:
-Aléjate o llamo a tu padre.
Ese era su punto débil, su padre, lo sabía por algunos contactos que tuve y tengo ahora.
Sin decir palabras se alejo por el pasillo. Traté de calmarme un poco y cuando ya creí que podía verla sin que ella mire las llamas en mis ojos, me le acerque, a su lado ya estaba Robert consolando a su pequeña hermana, ella al sentir mi presencia alzo la vista con los brazos extendidos liberándose de los de Robert, yo la estreche entre mis brazos.
-Tranquila, ya paso –la consolé entre mis brazos, traté que dejara de llorar, estuve con ella hasta que ya se calmo, el timbre de volver a las clases había sonado y Robert se había ido porque tenía una lección de matemáticas que no podía faltar.
No decidimos ir a interrumpir la clase, ambas caminamos por los pasillos hasta que se nos ocurrió salir a tomar un poco de aire, yo no me negué.
Ella abrazó mi cuerpo por mi cuello en medio del pasillo, a si que con una jalón la subí a mi espalda, ella soltó un grito emocionada, no me molesto, ella era peso pluma, muy ligera.
-¡Ya, Cam! Bájame por favor –me suplicó apretando más el agarre en mi cuello con sus brazos, yo no le contesté, en cambios, la subí un poco más para acomodarla bien.
No sé quejo en todo el camino hasta la entrada del patio, donde al pisar el camino de cemento la bajé de mi espalda, caminamos un buen tramo de suelo de cemento y al llegar cerca de un gran árbol, dejamos de pisar suelo de cemento a una lleno de césped, verde y fresco.
Me senté y apoyé mi espalda al tronco del viejo árbol, Fanny recostó su cabeza en mis piernas y con una de sus manos jugó con la mía.
-Sabes que te quiero mucho, ¿Cierto? –me pregunto sin mirarme, sus ojos seguían clavados en nuestras manos igual que los míos.
-Sí, por supuesto, yo también te quiero hermana –contesté mirando su rostro.
-Sí, una hermana –una mueca de disgusto apareció en sus her…digo, labios, yo frunci el ceño e iba a preguntar pero ella se me adelanto. –Sabes, Podemos ver una peli esta tarde…
-Por mí no hay problema –sonreí al ver sus ojos en mí.
-Está bien, yo llamare a tu madre para avisarle que vas a mi casa hoy.
-Okay.
-Bien –fue lo último que dijo al volver al sonido del silencio interrumpido algunas veces por algún pájaro de entre ramas.
-Sera mejor que entremos, ya mismo toca la siguiente hora –dije sacando su cabeza con un movimiento de pararme, ella de mala gana se paro.
-Sí, antes de que esa bruja de profesora que tenemos no nos deje entrar.
-Vamos, dale, que es buena gente.
-Si claro –rió sarcásticamente, ambas caminamos hacia nuestra prisión, digo aula.
Ahora que veo con detenimiento esa parte de mi vida me doy cuenta que ella, Fanny, tuvo un completo comportamiento extraño, demasiado, ahora sé por qué.
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Atte.
SamyGrey
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Los Pensamientos de una BI (CANCELADA por un tiempo)
RomanceHola soy Cam y estos son "Los Pensamientos de una Bi"