Los sentimientos de mi alma

Mala amiga

Te sostuve cuando tus lagrimas corrían por los ríos,
Y tu sonrisa estaba ausente,
Llamadas a media noche con nudos en la garganta,
Fui calor, cuando el frío abundaba en tu hogar,
Pero nunca fue suficiente.

Di mucho más de lo alguien pudiera ofrecer,
Pero para ti no significó nada,
O quizás yo estoy mal,
Y no he echo nada,
No hice nada para salvarte,
Así como tampoco detuve tu partida,
Y todo fue un mal sueño.

Dime, si antes sostenía a varios,
¿Dónde se han ido?
Creo que prefieren al que daña corazones,
y odian al que se los puede curar,
Prefieren los pedazos y seguir dividiendolos en partes más pequeñas.

Al menos tú parecías querer sanar,
Lo hiciste bien,
Fingiste bien; el estar para mí tambien,
Pero te has vuelto invisible
Sin embargo, no puedo obligarte a quedarte,
Siempre he dicho que yo prefiero almas libres,
Sin cadenas, ni condenas.

Y aun así me llamaste mala amiga,
Pero quién fue que se olvidó de quien,
Te has olvidado de mí,
Y todas las promesas sólo fueron simples palabras que volaron junto con el viento para nunca más volver,

El tiempo transforma los cuerpos,
Aveces ablanda corazones o los transforma en piedra,
Quien es consciente de ello, tiene el control de lo que pueda pasar,
Sólo un segundo es suficiente para abordar o huir,
Quién no arriesga, jamás sabrá si pudo perder o ganar más de lo que posee,
Como el que se aferra a quien no siente lo mismo, sólo se condena.

Un día más, un día menos pero ya nada es igual,
Nunca borrar recuerdos porque son parte de ti,
Pero sí perdonar hasta lograr salir.

Sabrás que lo has perdido todo cuando ya no escuches mi voz,
Que no sea tarde si piensas en volver,
Aun estas a tiempo y la alarma sigue en curso,
Que no te sorprenda mi estancia aunque este convaleciente,
Y es que me niego a ser sólo un disfraz,
A pesar de todo, mi pulso sigue vivo.