Quiero aprender

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Cuando yo era niña siempre se me dijo que yo debía de obedecer a mi padre y madre, pero que la palabra de mi padre y hermanos valía más que la de mi propia madre.

A mis 5 años cuando vi una práctica por casualidad de mi hermano mayor, que para ese entonces él tenía 10 años, me sorprendió lo que podía hacer, sentí unas ganas de replicar lo que él hizo, lanzar un golpe de puño tan perfecto que incluso sonó el aire. Si ese era mi hermano, un gran chico, fuerte, amable y con un gran futuro.

Cuando me acerque a mi padre el cual estaba viendo con gran orgullo a su hijo mayor y le dije que quería hacer lo mismo que el me reprendió .- mi querida y delicada hija, no puedes hacer lo mismo que él, no tienes la fuerza ni la disciplina que se requiere para poder hacer lo que él, ve con tu madre, no debes ver cosas tan brutales como las practicas marciales de los hombres -. Me dijo.

Esas fueron las primeras palabras brutales que me dijo en mi corta vida. Lo que se nos enseñaba a las niñas era danzar, bordar, tejer, cocinar, cosas las cuales no implicaban brutalidad, a mi madre siempre le decía .- ¿madre por qué no puedo hacer lo mismo que el hermano mayor?-.

Mi madre, una mujer hermosa, agradable, con su cabellera larga y lacia, la cual se veía bien con cualquier vestido, porque ella lo podía lucir bien con su esbelto pero delicado cuerpo, casi hecho por los dioses, y sus ojos verdes esmeralda los cuales siempre brillaban en especial con la luz de la luna, los cuales lucia con orgullo casi como si fueran joyas. Cuando le hice esa pregunta, su mirada se dirigió directo a mis ojos, los cuales herede de ella .- hija mía, mi hermosa hija, las mujeres tienen otros deberes en este clan, así como en los demás clanes, y es satisfacer las necesidades de los hombres, quizás no lo entiendas ahora, pero en un futuro cuando te cases y tengas unos hermosos hijos, lo entenderás-. Me dijo mirándome con esos brillantes ojos.

Me sentí decepcionada y confundida, ¿Por qué no puedo hacer lo mismo que hermano mayor? Después de todo soy la hija del jefe del clan, no es como si no necesitara defenderme de alguien o de algo, pero, si no me podían enseñar arte marciales, no sucedería lo mismo que con las artes ocultas.

Fui directamente con padre y le dije con todo mi orgullo y valentía que si no podía aprender artes marciales entonces quería aprender artes ocultas, se lo dije delante de todos los ancianos del consejo, en esa época yo no sabía quiénes eran. Después de todo yo solo era una niña, quien diría que padre reaccionaria de una forma tan violenta .- ¡esposa, como dejaste que entrara, alguien llévesela de inmediato!-.

.- pero padre, quiero aprender artes ocultas, dame permiso pa-    -.

Padre en ese mismo instante me dio una bofetada que sonaría incluso fuera del templo, yo me puse a llorar en ese mismo ínstate, madre fue advertida por los gritos de mi padre y mi llanto, se disculpó con padre y con los del consejo, me tomó en brazos y me saco del templo donde siempre ocurrían reuniones entre hombres, aunque obviamente todos sabían que solo bebían y en algunas ocasiones traían mujeres para que bailen para ellos y puedan además, resolver un poco de su mal humor con sexo y jugarretas.

Reencarnación de mi trágica vida para poder salvarlos (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora