Eran 12:50 am cuando comenzó resonar tu nombre en mi cabeza, como el resonar de un trompetista en una montaña queriendo hacerle una melodía a la naturaleza.
Se sentía así como la ansía que sienten las flores del campo de que llegue la mañana para humedecerse con el ROCÍO.
Parecía trágico, el pensar en el reseco de mis labios deseando constantemente el húmedo y el dulce sabor de los tuyos.
La incógnita de cómo sería esa 12:50 am a tu lado corrían por mis venas dejando solo el rose de un profundo suspiró, que adormecian mis sentidos en tan solo 2 latidos. Mí corazón cada vez aceleraba los palpitares, así como el viento hace que las ramas de un árbol hagan movimientos bruscos.
Eso pasaba dentro de mí cada vez que en mis pensamientos se retocaban las teclas de tú nombre. Fui quedando plenamente perdido en los pensamientos de un pobre y moribundo adormecido.
