La Obscuridad Del Infierno

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Acham

Hoy era un día normal, hibamos hacia la capilla de una gran iglesia afueras de la ciudad, Alamie estaba a mi lado en el autobús, hablando sobre las perversidades que haríamos hoy, pero la verdad hoy no quería hacer nada, solo estar solo con migo mismo.

Alamie en TODOS los momentos que estábamos juntos hablaba, hablaba, y hablaba de las cosas malas que podríamos hacer y después de un rato las terminaríamos haciendo, causándole a todos otro día de soportarnos.

Mientras que estábamos en el autobús Alamie empezó a quitarle los tornillos a los asientos, en donde estaban sentadas las hermanas monjas. Y al final se calleron en un tope. Esto no evitó que paremos el viaje así que las monjas tuvieron que irse paradas y pagar las sillas al conductor.

Al fin llegamos a aquella hermosa iglesia,cuál estaba decorada con toques dorados y todo lleno de bellísimas pinturas.

Entre los murales destacaba una escultura peculiar acerca de la
crusificción.

Lo curioso de esta estatua es que todos los personajes se presentaban en escenas grotescas; Jesús con las entrañas de fuera colgando, los personajes restantes de sus ojos brotaba sangre y la cruz estaba a hacerse pedazos. Todas estas estatuas tenían reflejadas en su rostro una expresión de dolor y sufrimiento.

Al ver esa grotesca escena salí corriendo del lugar, mi corazón Hiba tan rápido como el escandaloso sonido de mis pasos, anunciando lo que acababa de ver. Al observar eso la madre mayor me arrastró de la oreja hasta una pequeña bodega para repetirme que si volvía a llamar la atención de esa manera en un lugar público y más en tierra santa iba a echarme a la cámara desolada, en donde los mal portados llegaban ahí y se quedaban por al menos un mes o más, en completa obscuridad y con sobras de la comida de los perros, durmiendo con las ratas y el excremento de todos los que hibamos ahí, me ha tocado ir un par de veces pero lograba salir al fingir estar muerto.

Tal el punto es que ella me pidió que confesará mis pecados, así que tuve que ir a ese clóset obscuro y hablar.

Al salir todos mis compañeros ya se estaban retirando,ya estaba surgiendo la tarde-noche  di un último vistazo a los hermosos murales recorriendo la mirada desde los pies de los pilares hasta llegar al hermoso candelabro, en ese momento en que mi vista llegó hasta lo más alto vi la hermosa iluminación colgante caer sobre mi.