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Acham

Me encontraba entre las paredes de una habitación de escaso tamaño, decorada con pósters de artistas y un pequeño escritorio en donde se alojaban un gran montón de papeles y sobre estos un libro gigante. Entre el desorden de la basura se encontraba un pequeño colchón en donde yo estaba acostado, sábanas de mismo color que las paredes, azul.

La ventilación era escasa, había mucho calor, tuve que dirigirme hacia la pequeña puerta blanca y tratar de abrirla pero al escuchar unos pasos acercarse me aleje de ahí.
Al ver la manija de la pequeña puerta moverse traté de hacerme el dormido.

Entre cerré los ojos y vi unas piernas largas acercarse hacia mí, parecían femeninas.

Escuché una voz ronca y profunda.
—humano. . . —suspire con nerviosismo.—no tienes que fingir. . .—
Abrí mis ojos y vi un rostro femenino con tez sumamente pálida sin ojos en sus cuencas, con labios negros apunto de romperse y un cabello abundante lacio recaído al lado de su rostro, no había ningún rastro de vejez pero se veía el sufrimiento y la paz al mismo tiempo en sus cuencas vacías.

Esa criatura se acercó a mi con su cuerpo estando sumamente delgado y alto, pero cubierto con algún tipo de vestido negro que en su tela se reflejaban mil caras.

El aire de niñez en esa habitación se había convertido en una fosa de dolor, dolor que no sientes físicamente, sino el dolor de estar frente a la MUERTE.

—sígueme. . .—dijo dejando un rastro sobre el suelo de un tipo de polvo negro.

Entramos a un lugar que parecía bastante amplio pero por la escasez de luz no podía ver mucho.

Se prendieron unas luces haciendo resaltar la silueta de esa criatura.

Escuché un golpe atrás de mi, la puerta ya no estaba. Desde el suelo se encendieron unos reflectores mostrando lo realmente amplio que era el lugar, por lo mientras esa voz distorsionada empezó a hablar
— eres más poderoso de lo que te imaginas—
—no. . .No se de qué hablas.—
—tu eres buena persona en el interior pero estas atado a una condena de sufrimiento ajeno y no saber lo que es el amor. Lo curioso es que nadie Hiba a saber que te podría gustar, ¿quieres un té?— pregunto la criatura con calidez y con respeto me negué, así que me invitó a sentar, eso mismo hice en una silla que estaba a mi lado
— así que. . . Quieres que lea tu expediente?— asentí sin pensarlo.
—Acham ¿Cierto?—respondí acertivamente
— eres un travieso— dijo forjando una sonrisa en su inexpresivo rostro—voy al punto— se acercó hacia mí con el libro gigante en su mano esqueletal
—estas MUERTO, dime,¿ Que es lo último que recuerdas?—

pense un poco y dije con miedo
—un candelabro de una iglesia se calló sobre mi—
—bien, sabes que te toca a TÍ  después de la muerte?—dijo la criatura acercándose aún más hacia mi
—n-no— conteste con miedo al saber la respuesta
—TU tienes el peor futuro de todos los de tu generación, tú hiciste algo antes de la vida que afectará tu futuro en la muerte. Tienes 25 almas más poderosas del infierno de tu lado. Pero las tierras divinas te odian, entiendes que es eso?— negué con la cabeza
—cuando entres al infierno vas a tener la peor condena para alguien de tu edad—al decir esto la criatura se alejó suavemente a lo que yo contesté
—P-pero, ¿Porque?—
—Tu antes eras un ANGEL, pero por un accidente mandaste a las 13 almas más puras del divino mundo a sufrir eternamente en el infierno, no las podías sacar de ahí. Después te comandaron una condena de servir en el infierno, después de eso seguiste tu propio camino y no tomaste en cuenta las consecuencias. Y juntaste a las 25 almas más malévolas y poderosas para dejarlos salir desenfrenados a chingar a los de arriba—
—P-pero, yo no hice eso, se me hace familiar pero no recuerdo nada.— al decir esto la bestia se acercó hacia mí y me dijo— entonces RECUERDA!— sentí como me transladaba hacia un pequeño cuarto sin puertas, todo estaba de color blanco, después el cielorraso se abrió como si de una boca fuera y me tragó hacia un túnel transparente, deslizándome a gran velocidad. Desde adentro hacia afuera se podía ver un hermoso castillo gigante arriba de una nube. Derrepente fui segado por el abrazador sol y vi como el túnel que me transportaba llegaba hacia ese castillo, al final caí y tropese contra una pared.

Vi una tenue luz que salía del rostro de alguien con barba abundante y brillo suave entre sus labios. este alguien me vio con asco y señaló hacia un pasillo, caminé hasta llegar a un pilar de que colgaban plumas de oro y en cada una estaba grabado el nombre de alguien.
Estaba revisando los nombres hasta que escuché a alguien gritar al final del pasillo, volví la mirada y me vi a mi tomando de una correa de oro a varias almas de un color obscuro que estaban apunto de ser llevadas al infierno, suplicando perdón por su pecado, pero uno era diferente de los demás, este llevaba un brillo hermoso, un brillo divino, pero débil y no merecía ser llevado con los demás, este solo se dejaba llevar y aceptaba su destino no correspondiente, nadie se percataba, su destello era segado por la obscuridad de las demás almas pecadoras.

Así vi como un pequeño niño que era puro y no hizo nada para merecer ser castigado entro al infierno, yo no pude hacer nada, pero yo del pasado simplemente ignoro este mínimo detalle.

Vi esto suceder muchas veces, No podía creer que era yo. Por primera vez me siento mal por ver a alguien sufrir, compartí el dolor de esas inocentes almas con su no merecido destino, sufriendo por la eternidad sin ningún parar.

La Obscuridad Del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora