6. El Desconocido del Parque

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—Lo siento, no me di cuenta por donde iba.—voltee mi mirada, y mis ojos conectaron con unos ojos color verde. Vi como sonrió y luego su mirada cambio a preocupación. Caí en cuenta de mis lagrimas. Seque mis lagrimas. —De nuevo lo siento. Hasta luego.—di un paso a la izquierda y comencé a caminar.

—¿Esta todo bien?—Pregunto el, y me di media vuelta. Me percate de que era un chico, era alto, delgado y musculoso a la vez. Su cabello era rubio oscuro y sus ojos eran realmente verdes. Su cara era cuadrada, pero tenia su mandíbula marcada. Su nariz encajaba con la forma de su cara, su labios tenían la forma perfecta para su cara. Su piel estaba bronceada debido al sol, como si recién llegara de vacaciones. Estaba usando un playera negra y unos shorts que le llegaban una pulgada arriba de la rodilla, usaba tenis para correr. Realmente era un chico hermoso.

—Si estoy bien, gracias por preguntar.—dije con una sonrisa, me di media vuelta y comencé a caminara de nuevo.

—Hace un rato que chocamos, estabas llorando, no creo que todo este bien.—dijo. Me di media vuelta.

—Te dije que estoy bien.—dije un poco molesta. No me gustaba llorar enfrente de la gente y mucho menos que supieran que me pasaba.

—Lo siento, no quise molestarte. Solo que, hace un momento no te vi bien.—dijo el con las manos arriba.

—No quise ser grosera, lo siento. Es solo que me acabo de enterar de algo y no lo he tomado bien.—suspire.

—¿Quieres contarme?—dijo el. Yo lo mire para ver si hablaba enserio, su cara mostraba seriedad.

—No quiero molestarte con mis problemas. Pero, gracias. —dije con una pequeña sonrisa.

—No seria molestia. Es bueno decir lo que sientes y no quedarte con cosas guardadas. Aparte por como te vi hace un minuto, veo que de verdad necesitas contarle a alguien para poder desahogarte. Prometo no decir nada a nadie.—dijo con una mano hacia arriba.

—Eres un extraño, ¿porque debería contarte de mi vida personal?—dije con mi ceja levantada.

—Me llamo Nathanael, pero me puedes decir Nate.—extendió su mano.

—Me llamo Haven—correspondi el gesto.

—Ahora no somos extraños. Ya me puedes contar que te sucede.—dijo.—Venga, se que te hará bien. Pero si no quieres, lo entenderé.—dijo.

—Esta bien. Por alguna razón me inspiras confianza.—dije. Nos sentamos en la banqueta. Le dije de todo lo que me había enterado hoy.—Me siento engañada y triste. Se que no es culpa ni del Sr. Williams, ni de mi mamá. Se que debería alegrarme. Pero no quiero que nadie reemplace a mi abuelo Pedro. Es solo que siento que mi vida ha dado muchas vueltas y he tenido cambios en mi vida con los que no estoy de acuerdo. Primero el accidente de mi papá y su muerte hace unos años. Después enterarme de que fue un accidente planeado y que asesinaron a mi padre y ahora esto.—No pude contener mis lagrimas y comencé a llorar de nuevo. Esta vez mas fuerte.

Sentí como me abrazo y me sostuvo entre sus brazos. Lo abrace sin pensarlo dos veces. Así estuvimos por unos minutos hasta que deje de llorar. El seguía abrazándome sentía como acariciaba mi espalda tratando de tranquilizarme. Mi corazón comenzó a acelerarse, empece a sentir mariposas en el estomago. No quería apartarme de él, me sentía en paz entre sus brazos. Sentí como acaricio la parte de atrás de mi cabeza. Respire profundo y tome las fuerzas para secarme de él.

—Gracias.—era lo único que podía decir. El sonrió, su sonrisa era calidad. Tomo la parte de abajo de su camiseta y limpio mis lagrimas. Las mariposas en mi estomago se volvieron mas fuerte.

—¿Te sientes mejor?—Pregunto al terminar de limpiar mis lagrimas. Yo asentí.

—Creo que debería volver a casa, es tarde. Gracias por todo.—dije al levantarme de la banqueta. Estaba apunto de decirme algo cuando timbro su celular.

—Espera.—dijo y contesto la llamada.—Hola, si soy yo. ¿Quién mas podría ser tonto?—dijo a la persona en la llamada. Yo no podía entender lo que decía. —Estoy con una nueva amiga que me encontré en el parque.—dijo volteando a ver con una sonrisa.—Si, si es linda, jaja. Va te veo en casa en 20 minutos. No, no voy a tardar mucho. Te veo ahorita, cuídate. Te quiero, adiós.—finalizo la llamada.—Lo siento, era mi hermano en el teléfono, mi mamá tiene muchas ganas de verme y tengo que llegar por pizza.

—No te preocupes, yo también tengo que ir a casa.—dije con una sonrisa.—Gracias por escucharme.

—No tienes por que agradecerme, lo hice con gusto. Me alegra de que te sientes mejor.—dijo dándome la mano. Tome su mano.—¿Vives lejos de aquí?

—No, vivo cerca. No te preocupes por mi, puedo llegar a casa sola.—respondí.

—Dame tu teléfono, guardare mi numero para que me mandes mensaje y saber que llegaste con bien a casa.—Extendió su mano y yo le di mi celular desbloqueado. Después de guardar su numero en mi celular, me lo entrego de vuelta.—Cuídate Haven. Fue un gusto conocerte.

—Igual Nate, fue un gusto. Gracias por escucharme.—dije con un sonrisa. El asintió con su cabeza. Los dos seguimos nuestros propios caminos. 

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⏰ Última actualización: Aug 23 ⏰

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