36 capítulo

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Cinco años después

Estaba en el parque paseando con Matías de la mano, eran las diez de la noche, asia algo de frío peso con Matías a mí lado casi no lo sentía, el me beso tiernamente y luego dijo -quieres un algodón de azúcar?-me miro sonriendo dulzura, todavía no me acostumbraba a su cariño, a su atención, es qué tras vivir tantos años con una familia qué te odia, te acostumbras a la soledad, pero ahora qué tenía a Matías... no me acostumbraba del todo -esta bien pero me tendrás qué ayudar a comerlo- le dije sonriendo -echo-me dijo él, me beso y se acerco a comprar un algodón de azúcar, nos habíamos ido a vivir juntos hace dos meses, dormía muy bien a su lado y él también dormía mejor a mí lado, antes soñaba qué él se iba y se moría, estuve casi medio año con esos sueños, todo por lo qué pasó en esa maldita sala olvidada, él me contó qué soñaba cosas horribles cuando me dejó en el parque hace ya cuatro años, qué siempre soñaba qué yo estaba con otro y se despertaba de mal humor o simplemente no dormía, una vez qué llego al colegio y nos hicimos amigos el se recuperó, pero cuando le dije eso en la sala volvieron las pesadillas y aumentado en cuanto caí inconsciente en el hospital, me dijeron qué fueron tres meses horribles para todos pero en especial nada Matías qué no se alejaba de mí lado en ningún minuto, Matías volvió con un algodón de azúcar más grande qué su cabeza y una sonrisa de oreja a oreja, el era como un niño... amaba los dulces, tomé el algodón de azúcar y saqué un poco, lo lleve a mí boca y se derritio, amaba el algodón de azúcar y como nunca me comía uno entero yo sola, por eso no me hartaba, Matías sacaba y sacaba y yo me reía de él por lo feliz qué estaba, después de pasear por la ciudad y en especial el parque decidimos volver, era de noche, y teníamos qué ir caminando, íbamos tan felices tomados de la mano qué no nos dimos cuenta qué un sujeto nos seguía desde hace unas cuadras, en cuanto doblamos a un lugar con menos gente este se nos hacerco por detrás y nos apuntó con un arma para qué le dieramos lo qué traíamos, estaba muy asustada, el hombre tenía un arma!!.

le di mí dinero y unos aros qué traía de oro, Matías le pasó su billetera y sus cosas valiosas, pero el ladrón no tenía suficiente con eso.... me quería a mí... me tomo de la cintura y me empezó a empujar a un callejón mientras me toqueteaba, yo gritaba asustada e intentaba safarme.... Matías me intento defender, golpeó al ladrón muy fuerte en la cara, siéndolo caer, yo corrí para protegerme atrás de Matías.

Se qué piensan qué soy una cobarde, qué no debía de ser tan débil y esas cosas, pero admitan, sí un hombre de dientes podridos, imaginen, el pelo revuelto y sucio, la ropa rota y sucia con un olor..

Uff... asqueroso!! te lleva a un callejón mientras te toquetea, uno queda en shock, es demasiado todo eso!!, yo estaba literalmente qué me caía, estaba temblando por todo lo qué sucedía, cuando me dí cuenta el hombre se levanto y le devolvió el golpe a Matías, empezando así una pelea.

unas personas qué iban pasando llamaron a la policía, pero se demoraban en llegar, yo gritaba al ver como el ladrón golpeaba a Matías y yo no podía hacer nada.

la policía llegó, cuatro patrullas aparcaron en la calle rodeandonos.

el ladrón asustado comenzó a dispara..., en uno de sus tantos disparos me dio en el brazo y caí golpeando mí cabeza contra la acera, el dolor era horrible, sentía un ardor, y ni siquiera pensar en ver la.herida, quise llevarme la mano al brazo para apretado he intentar calmar el dolor como en las películas, peso al hacerlo sólo me dolo más.

Matías se me hacerco corriendo, tenía el labio y la ceja partida y un ojo morado, se veía muy preocupado, intentaba tranquilizarme pero su voz sonaba lejana, sabía qué estaba perdiendo mucha sangre, un disparó llamo mí atención, gritos se escucharon por todas partes, la adrenalina se disparó por mí cuerpo anestesiando por un tiempo el dolor, pero el dolor era lo menos qué me importaba, mis ojos estaban en una mancha roja al costado de Matías, este cayó de costado en la calle, le habían disparado, él estaba perdiendo mucha sangre, -no te preocupes _____ todo estará bien- lo escuché decir con dolor, hablaba entrecortadamente y jadeaba.

por siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora