A los chicos les pareció insufrible la explicación de la guía turista.
En un principio a Laila, Aurelio, Zack y Anisa el visitar los templos les había parecido una aventura emocionante, gran decepción encontraron con las aburridas explicaciones que les daban. A los padres de los chicos parecía que les interesaban mucho todas las cosas que oían, pues tomaban fotos y hacían preguntas animadamente.
Lo cierto era que los templos eran hermosos, y algunas veces en los museos se escuchaban las historias de los dioses griegos, historias las cuales los niños escuchaban con mucha atención pues, las maravillas que podían hacer esos seres les parecían increíbles, y los hacían fantasear con poderes similares.
Pero se encontraban escuchando el cómo de la construcción de uno de los templos, y la monótona voz de la guía turista hacia entrar a los niños en estado de somnolencia, impacientado Zack dirigió su vista a otro lado, y algo en la lejanía hizo que saliera del trance en el que se encontraba.
En la distancia había una gran explanada, en la cual había un pequeño templo que capturo la atención del niño, el templo lo llamaba y lo llenaba de deseo de dirigirse ahí.
—Miren, vayamos allá —dijo Zack a sus amigos señalando el pequeño templo.
Los otros chicos dirigieron también la vista hacia donde Zack les indicaba, noto que sus amigos también parecía llamarle la atención el lugar.
—No sé —contesto Laila insegura sin apartar la mirada del templo—, no deberíamos apartarnos del grupo.
—Creo que he tenido suficiente explicación aburrida —confeso Zack, la curiosidad le quemaba, quería saber que era ese lugar—. ¡Vamos!.
Parecía que Laila estaba igual de curiosa que Zack, Aurelio y Anisa, pues no siguió insistiendo en que debían quedarse, asintió y siguió a los demás. Con sigilo los chicos se apartaron de los demás y se dirigieron hacia el templo.
De camino al templo los chicos corrían aplastando el crecido verde césped y algunas flores y plantas silvestres, el muy brillante sol sobre sus cabezas los obligaba a entrecerrar los ojos. Desde lejos el templo parecía pequeño, a medida que se acercaban su blanca y hermosa grandeza de ese parecía que les estaba haciendo una llamada que urgentemente tenían que contestar. Como si dentro del hubiese algo que les perteneciese y ellos necesitasen recuperarlo.
Iban corriendo más lento a medida se acercaban el templo. El templo se imponía ante sus ojos, estaba rodeado por columnas de mármol, un triangular techo estaba formado por tejas de barro. Los cuatro niños se miraron entre ellos y como si solo con la mirada se alentaban entre ellos a acercarse más, se dirigieron basamento sobre el que estaba el templo y subieron por las escaleras de mármol.
Pasaron entre las columnas y se encontraron con una gran puerta dorara, sobre la que había gravados dorados en los que se podían ver diferentes hombres y mujeres, que por la ropa que usaban parecían ser personas de la Antigua Grecia. Tímidamente los chicos empujaron la puerta sin la esperanza que está realmente se abriera, para sorpresa de los cuatro, la gran puerta se deslizo fácil dejándoles el camino libre para que pudiesen entrar. Vacilaron un poco antes de entrar, pues a pesar de estar emocionados por entrar al templo, el lugar les inspiraba cierto temor pero este temor se vio eclipsado por la curiosidad que volvió a crecer en ellos.
Antes de entrar los niños se tomaron de la mano para infundirse la confianza que necesitaban para seguir avanzando. Entraron al templo el cual se iluminaba por la luz del sol que se colaba por el desgastado techo. En el lugar no había más que cuatro pedestales en medio del todo. Ahora, con paso decidido los chicos se acercaron a los pedestales. Sus pasos hacían eco en el blanco templo, dirigían sus miradas hacia otros lados en busca de algo que no fuesen solo blancas paredes, pero parecía que lo único que había en ese lugar eran pedestales, sobre los cuales reposaban unas hermosas armas.
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Mikrokosmos
FantasySolo eran niños que jugaban a salvar el mundo y derrotar monstruos. Pero esos niños crecieron, y ya no existen tales juegos. Para Aurelio, Zack, Anisa y Laila, la hora de los juegos termino y hay una misión que ellos deben aceptar, pero es demasiada...