Capítulo 2: Solo es un sueño.

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—¿No crees que es muy cobarde de tu parte, Zack? —pregunto Anisa a Zack

Zack estaba debajo de la mesa en la que los cuatro chicos estaban almorzando. La "cobarde" actitud del chico se debía a Alice, una chica del grado menor, la chica había mostrado un gran interés en Zack, tanto era así que el chico había llegado al límite de la exasperación.

—Disculpa Anisa, pero yo lo llamo "técnica de para evitar a Alice" —respondió Zack desde debajo de la mesa.

—Por eso: cobarde —dijo Aurelio entre risas.

—Mira Aurelio, aquí abajo hay un chicle pegado y tiene forma de me importa una mierda tu opinión —bramo Zack.

Aurelio le propició una patada y Zack grito de dolor. Alice iba pasando cerca de la mesa pareció llamarle la atención y se dirigió hacia la mesa en donde los chicos se encontraban. Zack al ver que se encaminaba hacia ellos se encogió lo más que pudo.

—Si pregunta díganle que ya me morí —susurro Zack.

Alice les dirigió una gran sonrisa mientras se encaminaba hacia los chicos, los chicos miraron a Zack de soslayo mientras ella se iba acercando juzgando si ayudar a Zack o sacrificarlo. Lo cierto era que a Anisa, Laila y Aurelio les parecía Alice una adorable chica, solo con la excepción de ser bastante insistente. Zack les dirigió mantuvo una mirada suplicante que logro convencer a los chicos.

—¡Hola chicos! —Dijo Alice muy animadamente— ¿Han visto a Zack?

—Hola Alice, sobre Zack... —Laila miro de reojo a Zack y se encontró con la mirada suplicante de Zack— No lo hemos visto.

Alice hizo un puchero decepcionada.

—¿Alice te puedo hacer una pregunta? —pregunto Aurelio a lo que Alice asintió afirmativamente— ¿A ti te gusta Zack?

La chica se puso roja como un tomate y aparto la mirada nerviosa.

—Bue-bueno —tartamudeó Alice jugando con su melena de pelo castaña—, se puede decir que sí.

—¿Qué le ves a ese imbécil? —Zack le dio un pellizco fuerte a Aurelio a lo que él dio un brinco, por la pregunta que pareció ofenderlo.

—¿Estas bien? —cuestiono Alice que se percató del sobresalto de Aurelio.

—Sí, parece que hay algunas ratas por aquí —dijo Aurelio mientras le daba otra patada Zack— ¿Y tú respuesta es...?

—No lo sé, es solo que... —la respuesta de Alice se vio opacada por el ruido de campana y la estampida de alumnos dirigiéndose a sus aulas. Y Alice despidió de ellos.

Al asegurarse que Alice ya se había ido, Zack salio de su escondite y se sentó en la silla pareciendo exhausto. Para luego junto a sus 3 amigos dirigirse a las aulas. Los pasillos se iban vaciando y ahora los chicos estaban casi solos.

—Chicos... —dijo Laila en tono serio aprovechando que nadie los escuchaba— ayer ¿tuvieron sueños también?

El semblante de los chicos se ensombreció. Hace algunos días los chicos habían estado teniendo retorcidas pesadillas, el problema era que los sueños eran tan vividos que temían que no fuesen sueños de los que pudieran despertar. Anisa les había comunicado a sus amigos sobre la preocupante pesadilla que tuvo llevándose la sorpresa de que ellos había experimentado algo exactamente igual. En sus pesadillas aparecían rápidas imágenes en las que se vía destrucción, personas muriendo y guerras. Al despertar de los sueños crecía en ellos un sentimiento que los apresumbraba. Al inicio eran de esa manera sus sueños, poco a poco las personas de las imágenes les resultaban familiares, y al despertar tenía un peso en el corazón.

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