Dylan.
La vida en Bartonville es tranquila, sus más de 1.000 habitantes hacen su vida día a día sin mayores problemas, en este pequeño pueblo a unos 40 kilómetros de Fort Worth, en el estado de Texas.
Mi nombre es Dylan Page, tengo 24 años y hace unas semanas comencé a trabajar en un pequeño restaurante a las afueras del pueblo.
A las tres de la tarde estaciono mi auto a las afueras del restaurante para comenzar con mi turno del día, las últimas semanas he tenido turno sólo en la mañana, pero desde hoy comienzan mis turnos en la tarde. Al entrar saludo a mis compañeros y me preparo para comenzar a trabajar.
Cuando ya llevo un rato trabajando me siento en la barra frente a la cocina para esperar un pedido, observó a las pocas personas que se encuentran allí a estas horas, hasta que mi atención se centra en una chica sentada en una mesa del fondo. A pesar de que su mirada está puesta en la taza de café sobre la mesa, me puedo dar cuenta de que es una chica linda, aunque al instante noto las lágrimas que caen por sus mejillas. No dejo de observarla con mi ceño fruncido.
Me pongo de pie con la intención de acercarme a la chica, pero Sonia me toma del brazo y se pone frente a mi con la intención de detenerme.
- ¿A dónde vas muchacho?- pregunta ella sin dejar de mirarme a los ojos atentamente-
- ¿Sabes quién es la chica?- digo señalando con mi cabeza a la mesa del fondo. Sonia niega con la cabeza- iré a ver que esté bien
- No la molestes- ordena Sonia mirándome con seriedad-
- ¿Por qué no?- miro con confusión a la mujer frente a mi- ¿te das cuenta de que está llorando?
- Ha venido cada día por las últimas semanas- explica Sonia en voz baja- siempre llega y se va a la misma hora, ordena un café y se sienta en aquella mesa. Al parecer espera a alguien. Te prohíbo acercarte a ella muchacho, y estoy hablando muy enserio
Asiento con evidente molestia sin decir una palabra, vuelvo a mirar a la chica hasta que Sonia pone el pedido que estaba esperando frente a mí, al mismo tiempo que me da una mirada advirtiéndome que le haga caso en lo de no acercarme a la chica.
Continuó trabajando, aunque no puedo evitar mirar de vez en cuando a la chica de la mesa del fondo, ella no levanta la vista de su café excepto de vez en cuando, que le da un vistazo al reloj en su muñeca.
Estoy sirviendo café a una clienta cuando me doy cuenta que la chica que he estado observando toda la tarde se pone de pie y sale del restaurante, la sigo con la mirada a través de la gran ventana hasta que la veo entrar a un auto.
Son varios los minutos que pasan mientras yo no dejo de observar a la chica dentro de su auto, fumando y llorando. Las ganas de acercarme a ella cada vez son más grandes, pero sé que si lo hago me meteré en un gran problema con Sonia, y es justamente ella la que me hace volver a la realidad y a mi trabajo. Me aparto cuando veo que la chica apaga su cigarrillo y sube la ventana del auto, aunque a los segundos vuelvo a mirar y veo como sale del estacionamiento en su auto, y avanza por las calles sin mirar atrás.
Una vez que acabo mi turno ceno en el restaurante antes de irme a casa. La chica del restaurante no abandona mi mente en ningún momento, e incluso me mantiene despierto un buen rato. Sé que para estar en esa posición debe haberle pasado algo muy malo, y también sé que necesita ayuda, y realmente quisiera poder dársela.
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Smoking & Crying
RomanceHistoria basada en la canción Smokin' & Cryin' de Alex Roe, parte del soundtrack de la película Forever My Girl. TERMINADA. SEGUNDA TEMPORADA PRONTO.