Capítulo 2

7 1 0
                                    

Dylan.

Pasa una semana desde aquella tarde donde vi por primera vez a la linda chica que estaba llorando en la mesa del fondo. Todos estos días he tenido turnos de tarde en el restaurante, y también la he visto cada uno de estos días. La rutina ha sido la misma cada día, cuando llego al restaurante ella ya se encuentra allí, sentada en la mesa del fondo y con la taza de café frente a sus ojos, pasa toda la tarde allí mientras llora en silencio. A la misma hora se pone de pie, camina hasta su auto estacionado frente a la gran ventana del restaurante, y se encierra allí un buen rato a llorar y fumar.

Sonia me ha tenido vigilado todo el tiempo para evitar que moleste a su clienta, aún así no dejo de observarla cada vez que tengo la oportunidad, pero ella no parece notarlo porque en ningún momento me ha dirigido una mirada.

El día de hoy decidí almorzar en el restaurante, por lo que llegué algunas horas antes de comenzar mi turno, y tal como imaginé la chica aún no llegaba, así que por fin podría saber a qué hora lo hace cada día.

Sonia me deja comenzar antes mi turno y así salir antes, una vez que acabo mi almuerzo, por lo que comienzo de inmediato a atender a las cinco personas que se encuentran allí.

- Veo que llegaste antes Page- dice a tono de broma Summer, mi compañera de turno-

- Y me voy antes también- le dedicó una pequeña sonrisa-

- Suertudo- murmura ella con un tono que me reír-

Continuo con mi trabajo, pasan unos minutos cuando Summer se une a mi, así que como cada día nos dividimos las mesas.

Una hora después estoy conversando con Bill, uno de los cocineros, hasta que Summer me da unos codazos en el abdomen, la observo con el ceño fruncido y ella apunta con su cabeza hacía el estacionamiento, aún algo confundido dirigo mi vista hacía allá y mi rostro se ilumina cuando veo el auto rojo que se está estacionando.

- Tu chica misteriosa ha llegado- dice Summer en voz baja. Ambos miramos el reloj en la pared- y justo a la hora

Faltan cinco minutos para las 3 de la tarde. Sonrío porque por fin sé a qué hora llega. No dejo de observarla ningún segundo mientras ella baja del auto y acomoda su ropa, Sonia está ocupada dentro de la cocina así que por ahora no me dirá nada. La chica saca su bolso del auto y cierra la puerta, cuando está a punto de caminar a la entrada del restaurante su vista se dirige hacía una vieja camioneta que se estaciona al frente, yo también observo en la misma dirección, y veo como de la camioneta baja un chico acompañado por una chica.

La cara de la chica junto al auto rojo cambia de inmediato, se da la vuelta y mientras entra rápidamente al restaurante las lágrimas caen por sus mejillas. Yo sólo puedo ver cómo su mundo acaba de romperse al ver a las dos personas de la vieja camioneta.

Summer es quien atiende a la chica, y su pedido es lo mismo de siempre, una taza de café. Ese día ella está más triste que en toda la semana, ni siquiera intenta esconder lo que está sintiendo en su interior, y eso me mantiene distraído toda la tarde.

Cuando acabo mi turno aún es algo temprano para irme a casa, así que le pido a Summer un café y me siento en la barra. Como Sonia no está por allí me permito mirar más detenidamente a la chica de la mesa del fondo, tiene un bonito cabello rubio, largo y con ondas, sus ojos son verdes por lo que puedo apreciar y su piel blanca, su rostro es lindo y apuesto a que su sonrisa lo es aún más, es una chica realmente bella para estar viviendo de esa forma.

- Es preciosa, ¿no?- la voz de Summer me trae de vuelta a la realidad. Ella está frente a mi al otro lado de la barra mirándome con una sonrisa-

- Bastante- asiento antes de tomar un sorbo de café- ¿qué sabes de ella?

- Que llevo atendiéndola todos los días desde hace un mes, siempre pide una taza de café- explica Summer en voz baja para que sólo nosotros escuchemos- al parecer alguien la dejó plantada antes de que comenzará con esta rutina. Solía venir siempre con un chico, tal vez fue él

- Había un chico en una camioneta vieja color verde, estaba con una chica- no puedo olvidar la cara de la chica luego de verlos hace unas horas- ¿puede haber sido él?

- Sí, posiblemente. Siempre venían en una vieja camioneta- asiento creyendo que entiendo parte de su historia, y sé que ya he estado allí antes- la primera vez que la atendí hace un mes estaba llorando, le pregunté si se encontraba bien y me dijo que si. Luego de eso Sonia me prohibió volver a hacerlo, sabes que no le gusta que nos metamos en la vida de los clientes

- ¿Crees que la conozca?- le doy una mirada rápida a la chica-

- ¿Quién? ¿Sonia?- asiento luego de oír las preguntas de Summer- no lo sé, pero creo que no. Intenté preguntarle si sabía algo más de la chica y me dijo que no. ¿Por qué no te haz acercado a ella?

- Sabes que Sonia me lo prohibió- niego con la cabeza antes de suspirar y beber un poco de café-

- Eres un cobarde Page- se burla Summer- aunque por hoy perdiste tu oportunidad, tu chica ya se va a su auto

Me doy vuelta y veo que la chica camina desde la puerta del restaurante en dirección a su auto en el estacionamiento, mi compañera camina hasta la mesa que ella acaba de desocupar para limpiar, llevarse la taza y tomar el dinero del pago.

- Siempre deja la misma propina- Summer me enseña 5 dólares- aunque es la primera vez que deja café en la taza

- ¿Me das otra taza?- hablo apuntando a mi taza vacía-

Summer me sirve otra taza de café, aunque esta vez me la llevo hasta una de las mesas junto a la ventana para poder seguir mirando a la chica. Esta vez sí que la observo llorar con ganas mientras fuma, me hace sentir realmente mal verla así y desearía poder salir para darle mi mejor consejo, decirle que todo estará bien, pero no conozco su historia, ni siquiera su nombre, y tampoco puedo hacerlo porque Sonia sigue en el restaurante y me mataría si sabe que me quedé por allí sólo por aquella chica.

Acabo mi segunda taza de café y decido que es tiempo de irme a casa antes de que termine metiéndome en problemas con Sonia por seguir allí. Le dejo el dinero a Summer sobre la mesa y salgo del restaurante. Hoy he venido caminando, así que miro una última vez a la chica, ya ha apagado su cigarrillo y ha subido la ventana de su auto, lo que significa que también se va. Camino hasta mi casa pensando en que tal vez nunca sepa nada de la chica de la mesa del fondo, aún cuando soy muy consciente de que deseo saberlo todo.

Smoking & CryingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora