Dejados atrás

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Conforme pasaba las paginas Angela se encontraba ansiosa y aterrada por igual, la invadía el miedo a lo que podría encontrar, nombre tras nombre la lista solo se alargaba, había algunos que reconocía como "Liddiq", " Globo" y "IronStrike" pero la gran mayoría no le sonaban, como un tal "X-VCN". Finalmente llego a la ultima pagina que contenía imágenes, contó todas las paginas anteriores y obtuvo un total de veintiséis, "eso serian unas 560 fotos" pensó, al final de la ultima hoja había una leyenda:

*Las fotografías marcadas con "X" son de aquellos Súper Humanos que se tiene por confirmada su ejecución hasta abril de 2012, cuando se imprime este libro

Angela regreso las paginas una por una, contando con cuidado cada "X" que veía, las paginas temblaban un poco entre sus dedos cada que las pasaba, una vez acabo de contar no podía creer la cantidad de taches rojos que había, un total de 532. ¿Como era posible?, aquellas personas habían sido buena parte de la inspiración de Angela para hacer la justicia, y ella nunca se había dado cuenta de que la mayoría ya estaban muertos, si sus cálculos totales eran correctos solo quedaban treinta y dos perdonas con súper poderes en el planeta.

—¡Señorita Brown!

De un salto Angela despego la cara del libro y miro hacia el frente, donde la profesora con una cara como tomate le devolvió la mirada.

—¡Veo que la clase no es de su menor interés, ¿puede decirme que era tan interesante como para que no fuera capaz de oírme las primeras tres veces que la llame?!

—Maestra, yo...

Antes de que pudiera replicar Angela se llevo ambas manos al estomago, un horrible ardor se sentía en su interior.

    —¡Ah perfecto, ahora la muchachita va a hacer como que se siente mal para que pueda irse!, ¡BRAVO!

—M... maestra... y... yo

No podía hablar, una gran masa viscosa surgida de la nada se deslizaba por su garganta, era como si hubiera digerido caracoles vivos y estos estuvieran bajando por su esófago, una sensación que le provocaba arcadas.

—¿Sabe que señorita Brown? retírese, no quiero verla hasta que acaben las vacaciones

Angela guardo sus cosas tan rápido como pudo con una mano mientras que con la otra continuaba sujetándose el estomago, antes de salir disparada por la puerta alcanzo a escuchar un ultimo grito de su histérica profesora.

—¡Sepa que tiene dos puntos menos en su calificación final!

"Baño, necesito un baño" pensaba Angela mientras pasaba a toda velocidad por los pasillos de la escuela. En su frenética carrera derribo a una chica por accidente, solo pudo captar una injuria contra su persona antes de doblar por un corredor y llegar al baño de chicas más cercano, a su entrada azoto la puerta de modo que esta casi la golpea de regreso, aunque Angela fue capaz de evitarla para caer perfectamente de rodillas frente al inodoro, arrojando su mochila lejos, con la cara dando al inodoro hizo ademas de vomitar, pero no paso nada, de hecho el ardor de su estomago se había calmado y aunque aún lo sentía un poco tibio no era nada comparado a lo que había sentido en su salón hacia unos momentos, aún sentía la extraña sensación de viscosidad en la garganta pero eso era realmente nada comparado a los otros síntomas, era probable que hubiera contraído una infección estomacal, saco su teléfono y vio la hora <14:32> quedaba media hora de clase, pero ya no tenia ganas de regresar al salón con esa bruja y de cualquier manera ya había perdido dos puntos, se levanto, tomo su mochila y lentamente se dirigió a la salida mientras le marcaba a su hermana para que fuera por ella, no tenia ánimos para caminar y esperar el autobús, ademas era muy probable que volviera a darle otro ataque si no llegaba rápido a su casa. Tras unos minutos Hannah finalmente respondió.

—¿Que pasa pastelin?—

—Me siento mal Hannah, cuando venia de camino me fije que el auto de mama seguía en la acera, ¿crees que puedas venir por mi?

—Creo que te confundiste, ese no era el auto de mama, ella se llevo su auto, seguramente era uno parecido

El estomago de Angela volvió a rugir, como en respuesta a tal atroz noticia, ella respiro antes de contestar.

—¿Entonces no puedes venir por mi?

—No, lo siento pastelin, tendrás que... Oh, dame un minuto

Angela se recargo en la pared mientras esperaba a volver a oír la voz de su hermana por el auricular, cosa que paso tres minutos después.

—¡Listo!, ya van por ti—

—¿Que?, ¿quien?—

—El señor Beltrán, vino a pedir un poco de harina y le pedí de favor si podía ir por ti y acepto, ya va en camino, llegara halla como en veinte minutos, dijo que te esperaría en la entrada, lleva un nissan naranja

—Bien, ahí lo veré

Los que quedamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora