Los que quedamos

La primera vez

Andando lo mejor que pudo Angela llego hasta la entrada de la escuela, donde se recargo en la pared a esperar al señor Beltrán, temblorosamente saco su celular y se puso a revisar sus redes sociales, intentando no pensar en nada más. veinte minutos después y tal como lo habia dicho Hannah llego el señor Beltrán en su nissan naranja, tocó el claxon dos veces para llamar la atención de Angela, esta lo vio y lentamente camino hasta la cabina del copiloto, donde se sento, el auto arranco y comenzo su marcha de vuelta a casa.

—Gracias por venir por mi señor Beltrán

—No hay problema, cualquier cosa para ayudar a tu madre

Contesto el hombre con su habitual tono relajado pese a que su expresión era dura como la piedra, a Angela  le pareció curioso así que decidio continuar con la conversacion.

—¿Por mi madre?, crei que no le agradaba—  en respuesta recibió una ceja alzada que apenas cambiaba la expresión del hombre.

—¿Por que piensas algo así?—  pregunto mientras volvia su mirada al camino.

—Bueno casi no he hablado con usted, siempre que lo veo esta solo y ayer en la fiesta no se veia muy contento

—Lo primero respondetelo tu sola muchachita y lo demás... pues no tengo familia y digamos que no me gusta estar rodeado de mucha gente

—¿Le molesta si pregunto por que?

—Un poco si, ahora dejame a mí preguntar, ¿no dijo tu hermana que te sentias mal?—  Angela se habia olvidado de ello.

—Hace unr ato pero justo ahora... no mucho la verdad, solo siento un poco de mucosa en la garganta y mi aliento esta acido, supongo que ire al doctor cuando llegue a mi casa

—Oye tu familia...—  la voz del hombre se apago repentinamente.

—¿Que?

—Nada, ya vamos a mitad de camino

El cerebro de Angela apenas comenzaba a crear teorias paranoicas para enlazar al señor Beltrán con su madre cuando el ardor del estomago comenzo de nuevo, esta vez era como si cien volcanes estallaran dentro de su estómago y la ardiente lava tratase de salir por su boca.

—¿Esta empezando de nuevo?—  Angela asintio. —No te preocupes, llegaremos a tiempo

El hombre piso el acelerador a fondo haciendo que el auto saliera disparado como una bala, para sorpresa de Angela el señor Beltrán era tan bueno manejando que pese a saltarse multiples semaforos en ningun momento estuvo cerca de chocar con nada, tras lo que pareció una eternidad  finalmente llegaron a casa, tan pronto el auto se estacionó ella salió volando del asiento en dirección al baño de su casa que para su suerte estaba abierta ya que Hannah estaba afuera esperándolos.

—Pastelin ¿como...?—

Nuevamente Angela paso tan rápido que no pudo oir nada, lanzo tras de si la mochila a la par que subió las escaleras a saltos y en el momento preciso en el que iba a soltar todo llego al retrete y abrio la boca mientras cerraba los ojos. Un chorro que quemaba su garganta salio disparado hasta el agua del inodoro, tras unos segundos paro, Angela se limpio la comisura de la boca y respiro ondo, el ardor desapareció por completo y una sensación de frescura se instalo en su garganta, todo habia acabado, pero el silencio se vio interrumpido por un extraño siseo, Angela abrió los ojos y frente a ella se encontro un charco verde que consumia todo el retrete.