Cuestión de tiempo

Capítulo 2

No quería conocer a nadie solo desea estar solo mis amigas me decían que era inevitable la muerte que tenía que aprender a sobrellevarla, pero no le encontraba sentido a sus palabras y Annabeth creía que la mejor manera de alegrarme era haciéndome un cambio de imagen y me convenció de hacerlo. Ese sábado empezó con el pie derecho, las chicas me fueron a buscar a mi casa y Ana condujo hasta llegar a un spa, hicimos de todo un poco desde mascarillas hasta depilación y por último me acompañaron a la peluquería y ya que las chicas insistían tanto en cambiar mi aspecto decidí hacerles caso, pero ya que lo iba a hacer lo haría a lo grande. Así fue como termine siendo rubia pero manteniendo mis raíces castañas. Me sentía extraña, pero me gustaba.

Desde que mi padre murió mi vida se había vuelto muy monótona y mi perrita era lo último que me quedaba, me hacía sentir acompañada aunque mi hermano de vez en cuando me llamaba o venía a verme, sin embargo, no era lo mismo porque aun así me tocaba quedarme en esa casa tan grande yo sola. Pensaba venderla, este año era el último de universidad y después no tenía nada a que aferrarme, quería viajar y explorar nuevos lugares e incluso encontrarme a mí misma.

— ¡Ey, Lena! ¿Lista para deslumbrar a todos? — las chicas me volvieron a ver y al notar mi cara de nervios me abrazaron.

—Supongo que sí.

—Bueno pues no hay que tardar más, vamos ya deben estar esperando en el restaurante. — nos apresuró Chris, ella se encontraba ansiosa de ver a su novio.

Me senté en uno de los asientos de atrás del auto, las chicas iban hablando sobre algunos planes que tenían para estos últimos meses que nos quedaban en la Universidad, mientras tanto yo iba viendo por la ventana las calles pasar.

—Elena qué te parece si te presento a unos amigos de Oliver, me ha dicho que vinieron a visitarlo y que los invitó a cenar con nosotras. ¿Qué piensas?

Me le quedé mirando, como si me estuviese hablando en otro idioma se me quedó mirando fijamente y al no responderle me volvió a preguntar sobre lo que pensaba de su propuesta.

—Está bien, pero nada de ser intensa.

—Trato hecho— me sonrió y me dio la mano como símbolo de promesa.

Mientras iba de regreso hacia mi casa, recordaba un poco de la noche en que mis mejores amigas me ayudaron a no caer en depresión aunque sus tácticas a veces no eran tan eficientes por lo menos me sacaban una sonrisa en todo el estrés de la Universidad y la casa.

Cuando entro al edificio saludo a Henry el portero y subo las escaleras hasta llegar a mi piso. Dejo las llaves y la chaqueta en el recibidor y me dispongo a sentarme en el sofá para cenar tranquila.

Recojo todo y desecho los envases, lavo unos platos que estaban sobre la isla. Voy al baño me lavo los dientes y me pongo mi pijama de los días fríos me recuesto en mi cama y no tardo en caer rendida.

Un zumbido me despierta, giro a la izquierda y noto que es mi celular, tengo tres llamadas perdidas y justo ahora entra una así que la contesto.

— ¿Habla la señorita Elena Morgan?

—Sí, soy yo ¿qué sucede?

—Soy la detective Williams necesitamos que venga lo más pronto posible al hospital del centro, es sobre sus amigos Oliver y Christine Harris.

—De acuerdo estaré ahí en menos de media hora, ¿ellos se encuentran bien?

—Lo lamento aún no hay noticias, cuando venga le informaré de todo, buenas noches.

Me pongo una jacket y unos tenis lo más rápido que puedo, pero ahora el lío está en que medio puedo conseguir para ir hacia el hospital porque a las dos de la mañana no hay buses y los taxis no andan por esta zona.

Mi teléfono suena y no dudo en contestar.

—Elena soy Luke me han llamado del hospital, ¿sabes algo de Oliver o de Christine? — apenas contesto él habla.

—No, sé tan poco como vos solo me han dicho que me presente tan rápido como pueda.

— ¿Aún estás en tu casa?

—Sí no encuentro ningún taxi cerca.

—Iré por ti dame tu dirección y te pasare recogiendo.

Le doy mi dirección y no tarda nada en llegar me subo al auto y ninguno dice nada Luke mantiene la vista al frente y yo solo pido que mis amigos se encuentren bien.