Capitulo 2 - Una enfermera inesperada

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Tuvo un sueño raro y muy peculiar, soñó nuevamente con esos orbes azules y esa sonrisa llena de confianza que le ofrecía la mano con una expresión totalmente alegre y radiante. Al principio creía firmemente que tenía en frente a su querida Ladybug, pero al ver que su blanquecino rostro de porcelana no poseía una máscara; quedo hipnotizado por su belleza, a ella la conocía... tenía algún tiempo sin verla pero siempre había estado en sus pensamientos aunque siempre lo negaba, esa sonrisa amable y siempre bondadosa tenían a su corazón tan liviano como una pluma. De solo verla quería llegar a su lado y preguntarle qué significaba para él realmente.

Pero cuando ella abrió sus encantadores labios de cereza para responderle...

Despertó.

Abrió los ojos de golpe ante el recuerdo fresco de ella, queriendo de alguna manera volver aquel sueño que lo llenaba tanto de paz y tranquilidad.

Quiso incorporarse aun con su mente con una neblina de confusión, pero un suave quejido salió de sus labios cuando un dolor atravesó su cuerpo junto con una pesadez muy recalcada.

Con un gruñido se obligó a estar tendido mientras sus ojos se acostumbraba a la brillante habitación blanca, no tardó en darse cuenta que estaba en un hospital.

Pero al principio no recordaba del porque estaba allí.

Hasta que las imágenes de la batalla con aquella Akumatizada le vino a la cabeza como un rayo.

Parpadeo varias veces para centrar un poco su mente aturdida, había sido herido... y mucho la verdad.

Primero se quitó la estorbosa mascarilla de su rostro. Luego como pudo alzo un poco la cabeza y lentamente aparto la sabana para ver que estaba vestido únicamente con una bata azul típica de hospital, está la retiro con movimientos algo torpes porque las vías que estaban conectadas en sus brazos le dificultaban la tarea.

Cuando logro su cometido; se fijó que a la altura de las costillas estaba completamente vendado.

Hizo una ligera mueca con los labios, eso iba hacer un gran problema al parecer...

Bufo de frustración mientras volvía la sabana a su sitio y observaba algún punto muerto del techo, preguntándose donde se encontraría su Kwami y si estaba bien o el muy glotón estaría emburrándose de queso en alguna parte.

Cerrando los ojos y secretamente temeroso; toco con la yema de su pulgar la base de su dedo medio, suspirando casi de alivio al sentir la textura fría del anillo.

No sabía como pero no se lo quitaron y estaba jodidamente agradecido por ello.

El sonido de la puerta lo trajo nuevamente a la realidad.

—Qué bueno saber que has despertado.

Felix frunció los labios unos segundos antes de girar su rostro para observar a su padre, que seguía teniendo una expresión totalmente carente de sentimientos.

—Padre—saludo simplemente por pura cortesía, sintiendo la garganta realmente áspera y seca.

Gabriel se acercó a la camilla con una expresión más seria—¿Qué fue lo que sucedió Felix? Nathalie fue la que te encontró medio muerto en la entrada, se pensó que fue un intento de robo.

Era una excelente escusa y válida para sus circunstancias, pero obviamente su padre no se la tragaría tan fácilmente sabiendo que él era sumamente precavido y que estaba entrenado en esgrima y en otras artes que requerían agilidad y astucia.

—Solo me descuide y me confié—dijo sin dar demasiadas explicaciones apartando la mirada. Jamás sabría la de verdad que se interpuso entre el ataque de un Akuma y de dos chicas inocentes.

Shift Nurse (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora