Capítulo 3: ¿Quién realmente es Dios?

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Era de noche. El ángel se encontraba incomodo en este mundo tan distinto a su reino entre las nubes. La gente, los sonidos, todo era tan distinto.

El ambiente era hostil en su mayoría, la gente gritaba desde aquellas cajas de metal la cual producía un ruido bastante molesto y continuo.

Sydonai por otro lado, se encontraba acostumbrado a esto, pero igual le era molesto, apresuro su paso y el ángel le siguió, pero le tomo el hombro cuando escucho un lloriqueo en un callejón. – Sydonai... espera, ¿qué pasa ahí? - dijo mientras se adentraba en aquel callejón oscuro, la luz de la luna alumbraba muy poco, Nuriel se acercaba más y más, su vista se acostumbraba a la oscuridad y fue ahí cuando lo descubrió.

Era una señora, de quizás unos treinta años o más, su cuerpo; apenas cubierto por ropa sucia y rota, estaba lleno de llagas, añadiendo a esto una desnutrición terrible. En sus brazos esta mujer, sostenía el cuerpo de un niño de no mas de 7 años, se encontraba en las mismas condiciones.

La mujer lloraba descontroladamente sobre el cuerpo sin vida de lo que era su hijo. Se dio cuenta de la presencia de estos seres y les pedía ayuda. – Ustedes! ¡Ustedes ayúdenme! ¡Díganme porqué nuestro padre Dios permite que suframos esto! ¡Ese hombre que gritaba decía que Dios castiga a las personas malas! ¿Qué hicimos mal? ¿Por qué se lleva la vida de mi hijo?, porqué nos dejó en estas miserias?, ¿sufriendo de hambre todos los días...- la mujer temblaba mientras se aferraba al cadáver. Nuriel sentía una impotencia enorme, como podía ser que estas tragedias sucedieran y el no se diera cuenta de esto. ¿Era realmente culpa de su padre? Estaba en shock y Sydonai lo saco de este. -Ves que tu padre no es tan bueno? - Nuriel se acercó a la mujer – yo le ayudare, por favor confié en mi y deme a su hijo un momento. - dijo con una sonrisa, qué opción tenía la mujer?

Nuriel puso el cuerpo en el suelo y luego puso sus manos sobre el cadáver, abrió sus palmas y una luz salió de ellas. El hijo en efecto despertó, pero la luz desapareció, se deformo de manera atroz, los órganos se le salían y tenía lo que podría describirse como tumores. La mujer dio un grito desgarrador.

- Nuriel... vaya que si te falta aprender mucho...- decía Sydonai mientras se acercaba a "eso" que hizo Nuriel – Cuando quieres revivir a alguien es muy complicado traer el alma correcta, si no es la correcta puedes atraer a un demonio pues abres un portal a lo que sea, y si es un demonio este deformara el cuerpo vacío, a su gusto...- sin más, con su pie le aplastó la cabeza y "eso" dejo de moverse. Sydonai apareció su arma y le disparo a la mujer.

-Hoy aprendiste algo bueno jajaja- Nuriel se sentía tan mal... había causado mucho mas dolor del que pensaba reducir. -Bien vamos, no te lo tomas tan a pecho era solo unas vidas sin salvación mas que la muerte. En este mundo hay lugares sin el apoyo de Dios. - El demonio intentaba animar al joven ángel, un ángel deprimido no le serviría en lo absoluto. Lo saco de aquel callejón y caminaban alejándose de aquel lugar -Mira, en este mundo Dios no es tan bueno, el puede hacer que los humanos mueran por enfermedades, ya sean conocidas o crea una nueva para así eliminar a más. En esas situaciones tengo mucho trabajo... Pero tan solo hace falta mirar a este mundo. A sus personas. Ves como tienen deformidades... o les faltan extremidades. Dios los creo así, seguro el desgraciado se divierte viendo como sufren jajaja- Nuriel se sentía mal aun, el jamás había considerado eso, las almas no llegan con esas imperfecciones, pues el alma es la perfección total y no se ve afectado por enfermedades.

- ¡No creo que se divierta, mas bien a veces es alentador y emocionante el ver como superan las adversidades a pesar de sus defectos! - dijo ya mas animado -Si...? ¿Pues si quieres verlo de esa forma, para mi siguen siendo asquerosos todos los humanos...Ya te sientes mejor? Al ver que tu padre no siempre hace lo correcto, el también se equivoca. - Nuriel lo miro y asintió con la cabeza, sonriendo – Lo único en lo que coinciden tu padre y el mío es que ambos se pelean por las almas, dios quiere mantener su numero de almas y que mi Padre tenga menos gente a quien torturar. En fin, nuestro trabajo es corromper a el humano y arruinar el paraíso de Dios. - Llegaron a un parque y se sentaron en una banca, bajo unos árboles. – Sin embargo, en el infierno va gente "buena", solo por no creer en Dios, ¿comprendes lo estúpido y divertido que eso es?, tan solo imagina, un humano no siempre tiene acceso a alguna religión, o simplemente no quiere involucrarse en ninguna religión, aun así, lleva una vida en el margen de lo correcto.

Muere. Se va al infierno. Jajaja eso, es divertido- dijo mientras se carcajeaba, Nuriel lo miraba serio – Eso no es divertido... es triste, quizás si lograra arreglar esto... debería decirle a mi padre que me deje ver a los humanos mas seguido. - Sydonai le miro sin interés alguno. ¿Como puede ser que aun crea que le va a perdonar...? -Realmente resulta interesante hablar contigo... me dices tantas cosas que no sabía y que podría cambiar- el ángel sonrió cálidamente.

El demonio le ignoro, y solo miro a otro lado.

Aun le resultaba extraño hablarle a un ángel, y estar tan cercas de uno sin matarlo aún. ¿Así como le parecían tan afeminados sus rasgos, todos los ángeles siempre se ven tan afeminados? Nunca lo había visto con detenimiento.

Por otro lado, Nuriel le parecía algo agradable la presencia de Sydonai... Los demonios al parecer eran mas tranquilos de lo que esperaba, si, si son impulsivos y son mas sinceros y crueles con sus respuestas, pero igual no era desagradable.

Sus puntos de vista chocaban. Uno odiaba a Dios y el otro anhelaba ser como este.

Fin del capítulo 3

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