Quinto Pecado: Soberbia

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Sin descanso corrio hacia la villa, anhelando encontrarla en aquel lugar, anhelando una explicación... El simplemente necesitaba más de aquella mujer.

-TEME!!!! Que bueno que por fin vuelves Ttebayo!! Mi hermano!! - aquel rubio siempre hiperactivo, siempre inoportuno.

-No tengo tiempo para ti baka- respuesta seca, hostil. Había en aquel momento una prioridad y era encontrar a aquella mujer que le pertenecía.

-Peroooo Temeee tengo tanto que contarte...- el rubio hizo su mejor rostro lastimero y el moreno solo pudo levantar los ojos en señal de desaprobación. -Esta bien amargado, ya no seguiré molestando pero debes acceder a ser mi padrino de bodas dattebayo!!!- vaya que aquello era una noticia.

-Con que finalmente Sakura accedió, pobresilla- solto desinteresado.

Pero entonces el sonrojo en el rostro de su amigo le pareció una mala señal.

-No teme, Sakura era un amor infantil y le quiero pero... Mi corazón se lo entregare a otra persona- sin poder mirar a su amigo y con una mano tras la nuca finalmente solto. -Me casare con Hinata-chan, sabes? Ella es una gran mujer, es tan dulce y hermosa... Realmente estoy tan feliz de que ella me aceptará- aquella sonrisa de bobo enamorado no pudo más que asquearle y la ira empezo a corroer cada parte de su ser.

Sin ser consciente de en que momento había pasado todo se encontro junto a su amigo/rival en el valle del fin, luchando a muerte sin que el rubio supiera claramente el por que.

Un Rasengan y un Chidori iban al encuentro, cuando aquel pequeño cuerpo se interpuso. Justo a tiempo el Chidori fue desviado, pero no corrio la misma suerte con el rasengan y aquella mujer fragil se desplomo en el aire junto a Naruto.

El ataque de Sasuke había dado en el blanco y ahora Naruto yacía en un hospital mientras Hinata se debatía entre la vida y la muerte.

Sasuke había sido justificado al salvar a ambos de un encuentro "amistoso" fuera de control y allí estaba amparado por las sombras viendo a la fragil mujer que amaba delirando por 4ta vez esa noche.

-onegai salvalo... Salva al bebe onegai salvalo...- su sudor e incesantes gimoteos, aquella frase que el entendía tan bien, pero el simplemente no pudo salvarlos.

-eres una idiota, como puedes...- acaricio su cabellera suave y y larga - Como puedes remplazarme por el Usuratonkachi.- su corazón herido, era incapaz de ver que el menos indicado para reclamar superioridad ahora era el. Aquel hombre había sido un mejor apoyo a su pequeña aldeana mientras el solo causo dolor y rechazo.

-onegai Sas... Sasu... Onegai dejame ir onegai- aquel pedido fue suficiente. Con el ego herido, y la sobervia hasta las nubes decidió cumplir su petición. El se marcharia de su vida, haría la propia y entonces la olvidaría. Pues ningún Uchiha vale tan poco para rogar a una mujer.
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SASUHINA: Memorias de un Guerrero (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora