Orígenes

1.2K 85 10
                                    

Sé que esto era un capítulo único, pero me pareció interesante que vierais de dónde me vino esta idea y cómo se llega al punto del capítulo anterior.

Natalia aún recordaba el día de su creación. Millones de años después de aquella explosión que lo creó todo y que fue producida de la mano de todas aquellas fuerzas sobrenaturales e inexplicables.

Esas mismas fuerzas son las que la depositaron en una humareda enorme, donde todo era polvo y partículas desconocidas.

Aún hoy desconocía el tiempo transcurrido en la soledad de aquel lugar, dándole vueltas a las pocas pistas que le llegaban desde arriba sobre cuál era su misión en aquel sitio lleno de polvo e incertidumbre.

Todo era oscuro y ella se sentía partícipe de ello, se sentía parte y gobernante de aquella oscuridad tranquila que lo reinaba todo.

Había aprendido a reinar sobre lo que le rodeaba como si todo lo que su vista alcanzaba fuera extensión de su propio ser. Aun así, no podía dejar de sentir que algo esencial le faltaba para que su habitáculo enorme estuviera equilibrado.

Era inconsciente aún de cómo contabilizar el tiempo transcurrido, por lo menos hasta que algo comenzó a brillar en la lejanía.

"Estrella"

Esa era la única pista que le habían proporcionado para averiguar qué era aquello que se iba haciendo cada vez más y más grande y más brillante. Su curiosidad en cuanto a aquel ser misterioso acabó apagándose cuando su presencia se normalizó.

Pronto se dio cuenta de que la estrella se movía, o más bien ella giraba alrededor de ella. A lo largo de ese repetitivo proceso Natalia tuvo conocimiento de cómo las partículas de polvo se acumulaban ordenadamente bajo ella.

Durante ese letargo también fue consciente de cómo aquella enorme estrella producía una clase de pseudópodo que se acercaba a ella. Observó como algo salía de la enorme y brillante esfera a modo de exocitosis, creando una especie de cápsula que fue depositada a exactamente ochenta y cuatro metros y veintidós centímetros de ella.

La brillante bola fue transformándose poco a poco en un ser con similares características a las suyas. Al principio Natalia se dedicó a observar su crecimiento, lento y cuidadoso, más adelante dedicó su tiempo al completo a mirar al otro par de ojos que le devolvían la vista de la misma manera curiosa.

La extensa observación le fue de ayuda para determinar ciertos datos sobre aquel ente que reposaba a 8422 centímetros de donde ella se encontraba flotando en una superficie que se iba solidificando más y más desde la aparición de la enorme estrella.

Lo primero que le quedó claro era que, al igual que ella era capaz de provocar la máxima oscuridad, el ser frente a ella podía iluminarlo todo si así lo deseaba. No por ello se sintió amenazada, es más, sentía que la criatura brillante le brindaba los aspectos que le habían faltado durante su solitaria estancia en aquel angosto lugar.

La segunda reflexión que logró hacer era que la llegada de ese ser blanquecino había provocado que el polvo a sus pies se solidificara, creando un cuerpo esférico sólido de enorme proporción bajo sus pies, muy parecido a los que había visto formarse a su alrededor desde que la estrella había legado.

La tercera cosa que pudo observar es que la criatura frente a ella era, sin lugar a dudas, portadora de una espléndida belleza arrolladora que hacía imposible la misión de apartar su vista de ella.

Así pasaron lo que la criatura oscura calculó como mucho tiempo, lo cual debió ser mucho más de lo imaginable teniendo en cuenta la extraña percepción del tiempo que tenía.

Los dos seres mantuvieron sus miradas conectadas sin separarlas un solo segundo, estudiándose mutuamente con curiosidad y admiración, hasta que los de arriba les enviaron algo tan desconocido que fue lo suficiente extravagante como para ganarse su curiosidad.

El regalo que "sus padres", como más adelante llamarían a los de arriba, les enviaron fue observado por la luz y la oscuridad al detalle durante un extenso letargo.

Se trataba de un microscópico ser lleno de sistemas que funcionaban en conjunto con un único objetivo, todos ellos con funciones individuales que cumplían en compenetración para el funcionamiento del organismo vivo.

El ser se mantuvo en estado vegetativo, completamente quieto y con sus funciones en parada, hasta que sus incansables vigilantes se movieron del lugar donde tanto tiempo habían estado, temerosas por el hecho de moverse de su lugar de origen (más tarde bautizado como la casa de sus padres).

En cuanto las dos opuestas criaturas se acercaron al diminuto ser procariótico y redujeron aquella distancia de más de ochentas y cuatro metros, este comenzó a cumplir sus esenciales funciones, encargándose con la ayuda de sus guardianas de alimentarse, reproducirse e interactuar con lo que le rodeaba.

De este modo, el tiempo pasó mientras diferentes ecosistemas se formaban alrededor de las dos criaturas. La una al lado de la otra, fueron capaces de acordar la forma de que el planeta bajo sus pies creciera de manera adecuada, turnándose para reinar sobre sus dos caras de manera intermitente, favoreciendo a la creación de diferentes especies dependiendo de la luz y de la oscuridad que alcanzaban a depositar en cada zona de su querida esfera.

Juntas observaron la creación y desaparición de millones de criaturas, la evolución de estas mismas, que se volvían seres completamente diferentes a sus antepasados a lo largo de los años, en base a sus necesidades y los cambios de sus alrededores.

Cada ser, cada célula, cada átomo perteneciente a aquel planeta era mimado con extremo cuidado por las dos criaturas, sus creaciones fueron consideradas por ellas mismas como seres únicos, por lo menos hasta que una nueva especie, que parecía reinar sobre el resto, hizo acto de presencia.

Aquella especie era capaz de crear cosas maravillosas, de descubrir el valor y la extrema utilidad de los materiales que le rodeaban, y fue tan amada por las dos criaturas, que ellas mismas comenzaron a mimetizarse entre sus individuos, aprovechando el gran parecido que tenían.

Fueron testigos de cómo los clanes se transformaron en pequeñas sociedades, de cómo estas sociedades se organizaron en ciudades con cultura propia, variante en base a su localización. Conocieron a todos y cada uno de los humanos habitantes de su planeta, viéndolos morir y volver a nacer, siendo cada vez más conscientes de su inteligencia y de su poder sobre las demás especies.

Los vieron luchar entre ellos con dolor, los vieron encontrar la paz y volver a iniciar la guerra.

Vieron cómo su especie favorita asesinaba fríamente al resto de sus creaciones, siempre sin juzgar ninguno de los hechos producidos por aquellos seres que ellas habían ayudado a crear tomando de base aquel pequeño regalo de sus padres millones de años atrás.

Las dos criaturas, opuestas como ellas mismas, siguieron complementandose con la intención de mantener vivo al planeta que ellas se habían encargado de crear, sin importar los horribles sucesos que ocurrían ni el poco agradecimiento y cuidado que su especie predilecta les brindaba.

Se encargaron de mantener vivo el planeta hasta que este alcanzó su máximo. Y cuando todo desapareció, las dos criaturas se desvanecieron de la misma forma que habían transcurrido la gran mayoría de sus vidas. Juntas.

Me he pasao la biología por todo el chumino, soy consciente.

Si subo esto es gracias a la insistencia de hast3ria y a que soy un desastre y hago cualquier cosa por no estudiar.

Nos vemos pronto (espero).

Luces Y Sombras |  Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora