8# Desagradable

56 9 1
                                    


—¡Tengo hambre! —se volvió a quejar la castaña.

—¡Es la décima vez que dices eso Emily! —respondió la pelirroja levantándose de su lugar.

Dos pares de ojos las miraron sorprendidos por la repentina reacción.

Ethan y Zack no se había ido de allí aún.

¿Por qué seguían ellos aquí? Se preguntaba Emily. Pero decidió no decir nada y tomar asiento en la sala de espera.

La puerta de la habitación de Noah se abrió y por ella cruzaba un señor alto de bata blanca y junto con el peli morado.

—Bueno jovencito por suerte no sufrió lesiones graves así que aquí tiene —dijo el hombre entregándole un papel— tome esto cada 6 horas y disminuirá el dolor.

—Gracias doctor —el chico se despidió y se acerco hacia sus amigas.

Miro a su alrededor y se dirigió hacía las sillas que se encontraban al frente.

—Gracias por ayudarme —se giró en dirección al azabache que estaba de pie en frente suyo— si no hubieras estado allí yo ya est...

—Solo quería asegurarme que siguieras respirando igual no lo hice por ti —dijo el azabache con soberbia.

Los otros tres chicos se quedaron sin palabras por aquella respuesta.

¿Este tipo no podía ser mas desagradable? Pensó Emily conteniendo el enojo.

—¡Simplemente te estaba dando las gracias simio! —exclamó Noah cruzándose de brazos.

—Y yo te respondí así que no te quejes mariposa y nosotros ya nos vamos —dijo sin mucha importancia tomando del brazo a Zack.

—Eso fue muy grosero Ethan —se libró del agarre y lo miro con el ceño fruncido.

—¿Y que esperabas? ¿Qué lo besara imbécil? —respondió con molestia.

El chico de pelos rizados se acercó hacia donde se encontraban los tres chicos que aun seguían desconcertados por la reacción de Ethan.

—Los invito a tomar algo... ¿Qué dicen? —invitó amablemente.

Unas deslumbrantes sonrisas aparecieron en sus rostros.

—¡Por fin algo digno de oír! —exclamó Hanna feliz levantando sus brazos.

—A dos cuadras de aquí hay una cafetería podem...

—¡Tienes que llevarme a casa imbécil! —el grito de Ethan los hizo sobresaltar.

—¡Vete caminando idiota por algo tienes dos piernas! ¿O el príncipe simio necesita una carroza? —se quejó Hanna mirándolo con desagrado.

—¿Qué dijiste? —Ethan se dirigió hacia la pelirroja.

—¡Basta Ethan! —Zack se paró en frente de Hanna, que seguía molesta— no te llevaré a casa, vete tú solo yo iré con ellos.

El azabache se quedó en silencio y mirando seriamente a Zack.

Ninguno dijo mas nada y se dirigieron a la cafetería.

La noche de a poco estaba cayendo.

—¿Y tú Emibu cómo has estado? —preguntó Noah quien iba caminando a su lado.

—Bien y no me llames así —dijo dándole un pequeño empujón— hoy hablé con Olivia va a venir a visitarme.

—¡Oh al fin! Hacia mucho tiem... —el sonido del teléfono de Noah los interrumpió.

Los Colores de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora