11# Todo Extraño

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<<... Misterioso incendio en la antigua casa de "Los Sobecs", los oficiales no encontraron rastro de aquello que provocó las llamas... Muchos dicen que aquel lugar esta maldito ya que además de este suceso reciente ocurrieron otros acontecimientos y la estructura sigue intacta... La historia cuenta...>>

—¡Emily! —exclamó Hanna desde la sala de estar.

La castaña salió rápidamente de la cocina.

—¿Qué carajos? —dijo mirando fijamente al televisor.

—Fue a la madrugada —comentó la pelirroja sin apartar la mirada de la pantalla.

Un extraño escalofrío recorrió el cuerpo de la castaña. Pero el sonido de la lavadora interrumpió sus pensamientos.

Se dirigió a la lavadora a sacar la remera de Ethan. Al ver la prenda pegó un pequeño grito

—¿QUÉ SUCEDIÓ? —apreció Hanna mirando con preocupación a la castaña— Oh mierda...

(...)

—¿¡QUÉ DIABLOS LE PASÓ A MI REMERA!? —gritó el azabache llamando la atención de los estudiantes que guardaban sus cosas en los casilleros.

—Yo... Lo siento es que Hann...—Emily bajo la mirada, su corazón latia rápidamente por la reacción del chico.

—¿LO SIENTO? —grito nuevamente a la vez golpeando el casillero— ¡ARRUINASTE MI MALDITA REMERA ESTÚPIDA!

Emily tragó saliva apretando los libros contra su pecho, aguantando las ganas de llorar.

—Amorcito ¿qué pasó? —apareció Alison mirando con curiosidad la situación— tu remera...

—¡CÁLLATE! —levantó la voz nuevamente, sin apartar la mirada de la castaña que se encontraba cabizbaja.

El chico estaba colorado por la ira y por impulso tomo el brazo de Emily que se sobresalto.

Los demás estudiantes que pasaban por allí miraban con curiosidad, la morena miraba con una sonrisa de lado.

—¿Qué te sucede Ethan? —por fin había aparecido alguien pensó Emily.

—No te metas Dave —sentía la presión que ejercía Ethan con cada palabra.

La pelirroja llego acompañada de Noah y Felix.

—¿Qué pasa... —dijeron al unísono.

En ese instante reacciono no podía dejar que otra vez él hiciera lo que quisiera.

—¡Suéltame! —y sus libros cayeron al piso.

El timbre sonó y los estudiantes se dirigían rápidamente a sus salones.

—Amorcito tengo clases con la señora Thopson —dijo depositando un beso en el cuello de Ethan.

—Vamos o llegaremos tarde a la clase de Humanidades —dijeron los demás.

—Adelántense —respondió la castaña mientras levantaba sus libros del suelo.

Ya casi no había ningún alma en aquel pasillo.

Ethan guardó su remera allí dentro y cerró la puerta del casillero de un golpe.

Su casillero quedaba justo al lado del azabache, sin decir ninguna palabra los dos salieron apurados.

Otra vez llegaría tarde a una clase, pensó y empezó a correr más rápido.

Llegaron a la puerta del salón y ella entró primero, la mirada de todos los estudiantes cayeron sobre ellos dos.

Los Colores de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora